ASTROLOGÍA DEL 24 DE NOVIEMBRE

 

Petróleo sin Reservas           

Rafael Gallegos 711

Las dos dictaduras del siglo XX venezolano, la de Juan Vicente Gómez y la de Marcos Pérez Jiménez, tuvieron su partida de nacimiento en los sucesos ocurridos un 24 de noviembre. En 1908, y cuarenta años después en 1948. ¿Casualidad o… alineamiento de los astros?

No se asombre, los arcanos del destino, los adivinos y los astrólogos han ejercido – más de lo que se puede creer, rol de “asesores” de los poderosos. Dicen que Hitler no se movía sin oír las predicciones de su equipo de astrólogos, y que Churchill sapiente de esto, tenía su propio equipo de astrólogos para que le explicaran lo que le recomendarían estos a Hitler, y actuar en consecuencia.

En nuestro país, los gomecistas y supersticiosos explotaron el supuesto significado astrológico y esotérico de la coincidencia de nacimiento y muerte de Gómez y el Libertador el 24 de julio y el 17 de diciembre.

Otros no salen de su asombro al corroborar que los dos grandes emblemas de las literaturas inglesa y española, Shakespeare y Cervantes, murieron… en la misma fecha, 23 de abril de 1616. Los deslenguados dicen que de que vuelan, vuelan, y no les falta razón.

En Venezuela la misma fecha, el 24 de noviembre, fue una especie de “mercurio retrógrado” para los presidentes Cipriano Castro y Rómulo Gallegos. Al primero en 1908 lo “embarcaron” en el navío Guadalupe vía Alemania, y al segundo exactamente cuarenta años después, lo pararon de la silla de Miraflores. Ninguno de los dos volvió a gobernar.

1908, CASTRO SE FUE POR UN MOMENTICO PARA ALEMANIA

Tanta fue la jaladera, el aguardiente y la parranda, que a Cipriano Castro le deformaron el ego y le enfermaron los riñones. Tanto que le dijeron y repitieron que era superior a Bolívar que llegó a creerse un semidios. Y fue tanta la parranda que los riñones le pasaron factura. Primero se los operaron en Caracas con escasos resultados. Luego ningún médico quiso intervenirlo por las amenazas de los adláteres del dictador.

Decidió irse a Alemania a ponerse en las manos de un acreditado Dr. Israel. Dejó al más fiel de sus lugartenientes, su compadre Juan Vicente Gómez, cuidándole el coroto. En su decisión influyó su esposa doña Zoila. Le gustaba que Gómez no bebía ni parrandeaba. El zamarro Juan Vicente Gómez disimuladamente provocaba esa recomendación. Se hacía el loco con la frase de Doña Zoila que tanto lo humillaba: "compadre, por allí tengo un gato para que me lo cape". Y tenía que aguantarse cuando la primera dama comentaba entre conocidos: “es que el compadre tiene unas manos de cirujano”…

-      Esta Doña no se da cuenta que yo soy el Vicepresidente - se decía entre dientes el Bagre lleno de ira.

-      Claro comadre, cuando usted quiera mándeme el gato – le respondía asomando su mejor sonrisa. Siempre con el ojo puesto en Miraflores.

Don Cipriano, yo me quiero ir con usted para Alemania, quiero acompañarlo, cuidarlo, nadie va a estar tan pendiente de usted como yo – le decía el futuro Taita a su jefe, mientras de sus ojos de aligátor se asomaban lágrimas que rodaban por los cachetes. 

El Cabito, conmovido, se convenció que su compadre Juancho era el hombre para cuidarle la presidencia. Obedezcan a mi compadre como si fuera yo - fue la última orden de Don Cipriano antes de embarcarse en el "Guadalupe".

Mejórese Don Cipriano… No se nos vaya a morir Presidente… Sin usted el país se acaba... Los exagerados decían que las lágrimas de los jaladores en el puerto de La Guaira eran tan abundantes que subían el nivel del mar. Vaya tranquilo compadre – le decía muy zamarro Juan Vicente Gómez…

También era pasajero del Guadalupe el gran periodista Pedro María Morantes, quien bajo el seudónimo de Pio Gil, escribiría "Los Felicitadores", una obra que muestra incontables frases de los incondicionales de Don Cipriano, que reflejan descarnadamente la vergonzosa jaladera de la época con Castro.

Usted es más grande que el Libertador… la estatura de los grandes hombres se mide de la frente para arriba… La Providencia nos lo ha enviado en esta hora tan difícil…

Por cierto, ni Cipriano Castro ni Pio Gil regresaron a Venezuela.

Veinticinco días después del viaje, el compadre Juan Vicente Gómez tomó el poder. A Castro lo “embarcaron” los mismos que cuando se ausentó de Venezuela lloraban hasta el llanto y muy cerca del Cabito para hacerse sentir. La eterna historia de Venezuela. Sin duda los planetas no estaban con Don Cipriano el 24 de noviembre de 1908.

1948, DON RÓMULO GALLEGOS CASI QUE SALIÓ EN PANTUFLAS

Cuando Miguel Otero Silva le preguntó en una entrevista al Presidente Rómulo Gallegos si había oído rumores de golpe de estado, el gran novelista, que andaba en pantuflas, le respondió que quien pensaba correr no estaba empantuflado. Pocos días después, fue derrocado.

 Jamás creyó el inmortal autor de Doña Bárbara que el coronel Delgado Chalbaud, Ministro de la Defensa y como su propio hijo - habían vivido bajo el mismo techo en Barcelona, España - sería capaz de una acción de esa naturaleza.

-      ¿Tú también hijo mío? – hubiera podido imitar a Julio César con Brutus.

¿Por qué tumbaron a Don Rómulo? Hay muchos pareceres al respecto. Infinitos pareceres que hay que sopesar para enriquecer los análisis de esa fecha tan importante.  Que no estaba capacitado para gobernar.  Que le faltó la malicia de sacar a Pérez Jiménez a un cargo diplomático. Que los militares jamás dejaron de conspirar. Que el líder de los militares civilistas Mario Vargas sucumbió a la entonces incurable tuberculosis. Por cierto, el trienio adeco se inició con un cisne negro, la enfermedad cerebral de Diógenes Escalante, y tal vez finalizó con otro cisne negro, la tuberculosis de Mario Vargas. ¿Más “casualidades”?

 También se decía que en lugar de hacer figuras literarias con sus pantuflas, Don Rómulo ha debido estar más alerta con el entorno que lo acechaba. Que los adecos eran muy sectarios, tanto que a los pocos días del golpe Villalba y Caldera se acercaron a saludar a Miraflores. Que se había roto la gobernabilidad por la enemistad entre los dos Rómulos. Betancourt y Gallegos que aunque usted no lo crea no se hablaban cuando el golpe. Que a Estados Unidos el gobierno le era incómodo por el asunto petrolero (el Congreso aprobó el fifty – fifty once días antes del derrocamiento). Por cierto, Don Rómulo Gallegos dijo que USA estaba detrás del golpe cuando llegó exiliado a La Habana. Betancourt años después desmintió esa versión en su Venezuela Política y Petróleo, tal vez pensando en allanar el camino de su posible retorno a Miraflores.

Finalmente, hay una tendencia que opina que el golpe a Don Rómulo Gallegos era inevitable. Que a la perenne ambición y conspiración de algunos militares, se aunaba el imperativo de Estados Unidos de estimular militares de derecha en el poder (observar la internacional de los sables), en lugar de demócratas susceptibles de   veleidades con el comunismo soviéticos. Era el imperio de la guerra fría.   

 Lo cierto es que Don Rómulo, al igual que a Don Cipriano, el 24 de noviembre de 1948 lo agarró un mercurio retrógrado.

EPÍLOGO, EL NOVIEMBRE (RETRÓGRADO) DE DELGADO CHALBAUD

Parece que el secuestro y asesinato de Delgado Chalbaud (13 de noviembre de 1950) se dio porque éste quería hacer elecciones libres. ¿Asesinato o accidente? Queda para la historia. Rafael Simón Urbina, testigo de excepción hubiera podido dar luces; pero lo acribillaron, tal vez como en las películas… sabía demasiado.

De estos hechos, es imperativo extraer lecciones para no repetir tanta historia.

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