LOS HERMANOS DE LECHE DEL LIBERTADOR
Rafael Gallegos 667
Cuando nació Simón Bolívar su madre - Doña Concepción Palacios - no
estaba en condiciones de lactarlo. Quedó muy agotada del parto. Su cuerpo
comenzaba a ser víctima de la tuberculosis, mortal en la época.
En nuestros tiempos la falta de lactancia materna no es problema. Se
soluciona en la farmacia con alguna leche maternizada. Pero en el siglo XVIII
era de vida o muerte - del bebé- ubicar
una madre sustituta.
La negra Hipólita era esclava de los Bolívar en el Ingenio de San Mateo,
joven – unos veinte años – sana, dicen que muy pechugona y buena moza. Estaba
por parir un hijo de su esposo Mateo Bolívar, otro esclavo de la hacienda (los
esclavos tomaban el apellido de sus dueños), pero aún faltaba un mes para el
alumbramiento.
Era urgente buscar una madre sustituta para el niño Simón. A media cuadra
de los Bolívar vivía una señora que acababa de tener un bebé. Se llamaba Inés
Mancebo de Miyares, una cubana de alcurnia casada con Don Fernando Miyares -
secretario del Capitán General - quien
por cierto sería el sustituto de Emparan luego del 19 de abril.
Doña Inés de Miyares era muy amiga de la madre del bebé Simoncito y ante
el problema, se ofreció para amamantar al recién nacido. La recién nacida de
Doña Inés se llamaba Úrsula. Fue hermana de leche del futuro Libertador. Ella
los amamantó a los dos durante un mes. ¿Morochos de leche?, porque compartieron
los mismos senos simultáneamente.
Cuando la esclava Hipólita tuvo a su hijo - lo llamó Dionisio - comenzó a amamantar a Simoncito. Dionisio, otro
hermano de leche - ¿morocho de leche? - de Simón, fue durante su infancia, un
gran compañero de Simón en múltiples juegos y travesuras. En una ocasión Dionisio
le confesó a Simón que quería escaparse para lograr su libertad. Éste le
contestó - ¿premonición? - que cuando fueran adultos, él lo liberaría.
Al pasar de los años, cuando el joven Simón regresó de Europa, se reencontró
con Dionisio. Durante la guerra, éste se alistó en las tropas patriotas y combatió en Junín y
Ayacucho, alcanzando el rango de sargento.
LA CAMPAñA
ADMIRABLE
En 1813, el coronel Simón Bolívar fue asignado a Barrancas en las orillas
del Río Magdalena. Sin consultar a sus jefes de Barranquilla tomó la población
de Tenerife y triunfo tras triunfo fue
limpiando el río de españoles. Siempre con la mira de libertar a Venezuela. La
última batalla antes de pasar a Venezuela fue la de Cúcuta. Allí derrotó al
Brigadier Ramón Correa. Por cosas de la vida, Ramón Correa era su cuñado… de
leche.
Pues sí, el Brigadier Correa era casado con Úrsula Miyares, la hija de
Doña Inés, “morocha de leche” del futuro
Libertador. ¿Sabrían Bolívar y Correa que eran cuñados? ¿Habrían conversado
previamente a la batalla? Como dato curioso, la hija mayor de Don Ramón y
Úrsula se llamó María Concepción, igual que la madre de Bolívar.
En el momento de la batalla de
Cúcuta Fernando Miyares era el gobernador del Zulia, uno de los focos más
importantes de resistencia realista. Tal vez el más importante. Y su madre de
leche, Doña Inés de Miyares, era la
Primera Dama del Zulia.
BOLÍVAR
AGRADECIDO
Luego de Bolívar entrar
triunfante a Caracas durante la Campaña Admirable, recibió una esquela de Doña
Inés, donde le solicitaba ayuda ante la orden que había emitido Manuel Antonio
Pulido de expropiar unos hatos a la familia Miyares Mancebo en Boconó. El Libertador
inmediatamente en una carta le pidió (ordenó) a Pulido: "Cuanto
haga a favor de esta Sra. corresponde a la gratitud que un corazón como el mío
sabe guardar, a la que me amamantó como madre. Fue ella la que en mis primeros
meses me arrullo en su seno. ¡Que más recomendación que esta para el que sabe
amar y agradecer como yo!".
Luego en
1821 cuando Bolívar entró a Caracas triunfante de Carabobo, supo de la
presencia en la ciudad de Doña Inés, quien
ahora vivía en una modesta casa. Fue a visitarla.
-Madre
querida, vengan esos brazos donde tanto dormí - le expresó Simón.
Por
cierto, el general Morillo, amigo de Doña Inés, le expresaba a Doña Inés – antes del
Armisticio- que cómo era posible que ella hubiese amamantado a ese monstruo y
no le hubiera transmitido ninguna de sus virtudes.
Más
adelante, en su última visita a la capital, el ya legendario Simón Bolívar se encontró
a Hipólita. Emocionado, saltó del caballo, la trató de mamá tras un gigantesco abrazo.
En una carta le había encomendado a su hermana realista María Antonia,
que la cuidara como si fuera él. “Su
leche alimentó mi vida y no he conocido otro padre que ella”. Realmente
Hipólita luego de morir el padre y la madre de Bolívar, se encargó de su cuidado.
Por cierto, otra esclava que tuvo una relación casi maternal con el niño
Simón, fue su haya la Negra Matea. A ella el presidente Antonio Guzmán Blanco la llevó de su brazo por las
escaleras del Panteón Nacional cuando trasladaron los restos del el Libertador.
Tenía más de cien años.
SANTA ANA - TRUJILLO
En 1821, entre los miembros de la
delegación española para discutir los términos de la Regulación de la Guerra y
el Armisticio, se encontraba el Brigadier
Ramón Correa, esposo de Úrsula la “morocha de leche” del Libertador.
En el encuentro que Bolívar y Morillo sostuvieron Santa Ana, Trujillo,
está documentado que conversaron ampliamente acerca de las virtudes de Doña
Inés. Igual habrán hecho Bolívar y Correa, los “cuñados de leche”.
También estaba en el encuentro de Santa Ana, el general Miguel de La
Torre, que había perdido ante Piar en la batalla de San Félix y meses después saldría
derrotado ante Bolívar en Carabobo. Él se había casado en 1819 con una prima de
la esposa de Bolívar, o sea que Bolívar y La Torre eran… primos.
Por cierto el general Morillo - cual chico casadero – dejó solo a La
Torre luego de la firma del Armisticio, ya que se fue a disfrutar de su luna de
miel en España, donde hacía pocos años se había casado por poder en segundas
nupcias.
NUESTRO MUNDO ES
UN PANUELO
El general Miguel de La Torre murió en 1843 en Madrid. Su viuda, además de
prima de María Teresa del Toro lo era de Fermín Toro, quien como Ministro
Plenipotenciario representó a Venezuela en 1846, en la entrada en vigencia del tratado de paz
mediante el cual España reconocía a Venezuela.
Por cierto, he leído que la
primera vez que se izó la bandera de Venezuela en España fue en la casa de la
prima de Don Fermín, la viuda del Brigadier La Torre, el que perdió la Batalla de Carabobo. Cosas veredes…
Comentarios
Publicar un comentario