LA VIOLENCIA CONTRA EL GOBIERNO DE BETANCOURT
Rafael Gallegos 702
La sobrevivencia de la democracia en los inicios de la república civil no fue soplar y hacer botellas. Rómulo Betancourt fue asediado desde diversos frentes: la extrema izquierda dirigida por Fidel Castro, y el militarismo, cuya figura emblemática fue el dictador Trujillo de R.D. Luchó a brazo partido para finalizar su período presidencial. Contó con el incondicional apoyo de militares demócratas, y de líderes políticos como Caldera, Villalba, CAP, Leoni y Barrios entre muchos otros. Además, con el respaldo de un pueblo resuelto a hacer respetar la Constitución.
La primera intentona
En abril de 1960, Castro León reintentó tumbar al gobierno desde el Cuartel Bolívar en San Cristóbal, cuyo mando le fue cedido por su comandante el coronel Lizarazo. Ya el 23 de julio del año anterior, siendo Ministro de la Defensa había sido jefe de otro movimiento.
Castro León estuvo acompañado por oficiales en retiro, entre los que destacaba el teniente coronel Moncada Vidal, que en el futuro se identificaría con la extrema izquierda. El movimiento fue derrotado por las fuerzas del gobierno.
La vieja rivalidad Betancourt - Chapita
Rómulo Betancourt cumplió 20 años en las mazmorras del dictador Juan Vicente Gómez, como consecuencia de su destacado rol en los actos universitarios de 1928. Luego participó en el intento de derrocamiento del dictador en abril de 1928, que fue controlado por el general Eleazar López Contreras. Huyó hacia Curazao, luego se trasladó a República Dominicana. Allí – a instancia de la policía de Gómez, se dieron instrucciones de controlar al joven líder Rómulo Betancourt. El encargado fue el entonces jefe de la policía de R.D. Rafael Leonidas Trujillo, que un año después se convirtió en el dictador de RD. Por su parte, en 1945 Betancourt fue presidente de la Junta de Gobierno en Venezuela.
En 1953, estando Betancourt exiliado en Cuba, el dictador dominicano atentó contra él en tres ocasiones. En una de ellas intentaron inyectarle, le venezolano se defendió, y el asesino salió corriendo y dejó la inyectadora. Cuando se revisó su contenido era… veneno de cobra.
El 14 de junio de 1959, Betancourt y Fidel estaban aliados para derrocar a Trujillo. De Cuba salió el primer lote de aviones hacia R.D. Amenazas de Estados Unidos a Castro, tumbaron la operación – “si salen los otros aviones te invadimos” – le expresó el Departamento de Estado. Castro reculó y no salió el segundo lote programado, fracasando la operación.
El intento de Magnicidio
El 24 de junio de 1960 una bomba dirigida al presidente Betancourt estalló en Los Próceres. Hubo muertos y heridos. Rómulo se salvó milagrosamente, pero quedó con un tímpano reventado, daño en el ojo y las manos quemadas. Sin embargo, al día siguiente en la mañana, con las manos vendadas – tipo Ramoncito Arias - se comunicó con los venezolanos acusando a Trujillo como autor intelectual del atentado, y colocándose al frente del país, evitando así cualquier peligroso vacío de liderazgo.
Insurrección armada del MIR y el PCV.
En marzo de 1960 en Maracaibo fue fundado el MIR, división de AD que se llevó a buena parte de la juventud del partido. Fidel Castro en su visita a Venezuela el año anterior, había hecho creer que la revolución era un cielo que se podía tocar con la mano, que con montañas como el Ávila se podía imitar la gesta de la Sierra Maestra. Inicialmente hubo guerrilla urbana. Mataban humildes policías para quitarles el revólver y se colocaban bombas en diversos sitios para crear zozobra.
El MIR se alió con el PCV, y apoyados por Castro, iniciaron un movimiento guerrillero que fracasó. Caldera en 1970 aplicó un exitoso proceso de pacificación.
Alzamiento de la Escuela Militar
En 1961, el coronel Edito Ramírez - meritoria figura protagónica cuando la revolución de octubre y exiliado de Pérez Jiménez - encabezó una intentona con la toma de la Escuela Militar, el Cuartel de la Policía Militar y Radio Rumbos. No se presentaron oficiales comprometidos y el movimiento fracasó. Ramírez asumió la responsabilidad de los hechos.
Barcelonazo
En junio de 1961, a los oficiales Vivas Ramírez y Masó Perdomo, les fueron abiertas las puertas del Cuartel Pedro María Freites de Barcelona, por el capitán Tesalio Murillo. También entró un centenar de civiles. Dentro del cuartel murieron baleados unos veinte de ellos. El movimiento no recibió el apoyo esperado.
Betancourt lamentó la violencia y expresó “quien se introduzca a un cuartel en Venezuela no será recibido con serpentina y confetis, sino con plomo”.
Carupanazo
Un año después - mayo de 1962 – se alzó la guarnición de Carúpano. La intentona la encabezó el capitán de corbeta Molina Villegas. Además, estuvieron involucrados los diputados Eloy Torres, Sáez Mérida y los dirigentes de extrema izquierda Germán Lairet, Douglas Bravo, José Vicente Abreu y Lunar Márquez. El gobierno reaccionó con bombardeos de la Fuerza Aérea. La insurrección duró menos de dos días. Diez muertos, veinte heridos y 400 presos. Veinticuatro militares y once civiles fueron sentenciados. El gobierno allanó la inmunidad parlamentaria de los diputados Torres y Sáez.
Porteñazo
A menos de un mes del Carupanazo, estalló en Puerto Cabello la rebelión más cruenta, encabezada por los oficiales navales Ponte Rodríguez, Medina Silva y Víctor Hugo Morales. Los rebeldes disponían de 1000 infantes de marina, 150 policías navales, y civiles integrantes del PCV y el MIR. Tomaron la Base Agustín Armario, el Fortín Solano y el Castillo de Puerto Cabello. Además pusieron en libertad a unos 50 guerrilleros. El gobierno dio al coronel Alfredo Monch, al frente de 1600 efectivos, la orden de atacar hasta lograr la rendición incondicional. Además, dos destructores cañonearon la Base Naval. También aviones de la Fuerza Aérea la atacaron.
El resultado, triunfo del gobierno. Según El Nacional, se estimaron unos 400 muertos, 700 heridos y mil detenidos. Ante dubitaciones en las discusiones de atacar por las pérdidas de vidas, Betancourt expresó que había que dar la lección, que quien se levante en armas, debe atenerse a las consecuencias.
Juicio a diputados del MIR y PCV
En 1963, los asesinatos - a mansalva - de cuatro guardias nacionales y siete heridos incluyendo dos mujeres y dos niños, durante el Asalto al Tren de El Encanto por parte de militantes de extrema izquierda, rebasaron la paciencia del gobierno.
El Ministro del Interior Manuel Mantilla anunció que había dispuesto someter a juicio a los nueve parlamentarios del PCV y el MIR, que según el gobierno se habían convertido en “brazo armado”. Sobre los nueve pesaba auto de detención. El presidente Betancourt expresó que la actuación de esos partidos “rebasaba los límites de lo tolerable”. Las intentonas, las guerrillas, la violencia urbana en los últimos tres años…
1963, elecciones libres
En diciembre de 1963 se realizaron las elecciones presidenciales. Votó más del 90 % del patrón electoral, lo que significó una derrota a la violencia. Jóvito Villalba fue candidato por su partido URD con el lema “votos sí balas no”.
Ganó Raúl Leoni, del partido de gobierno, que así superaba las dos divisiones del período: la del MIR y la de AD oposición, que participó en las elecciones con su abanderado Raúl Ramos Jiménez.
Los muros se habían llenado de RR (Renuncia Rómulo), y el líder respondió con su famosa frase “ni renuncio ni me renuncian”. Por primera vez en la historia de Venezuela un presidente electo en libres comicios entregaba el gobierno a otro electo en libres comicios.
Había triunfado la democracia.
Referencia: Libro “Constructores y destructores de un país, presidencias de Venezuela 1900- 2020”. Eddie Ramírez y Rafael Gallegos. Amazon.
Buenos días Rafael G.
ResponderEliminarA lo largo de su presidencia, Rómulo Betancourt demostró una defensa férrea de la democracia, resistiendo asedios tanto de la extrema izquierda, liderada por Fidel Castro, como del militarismo de Trujillo. Su liderazgo se caracterizó por una voluntad inquebrantable para finalizar su mandato constitucional, superando numerosos intentos de golpe de Estado, alzamientos militares y violencia urbana. Betancourt, respaldado por una coalición de líderes y un pueblo decidido, no dudó en utilizar la fuerza para sofocar las rebeliones, afirmando que quien se levanta en armas debe atenerse a las consecuencias. Su perseverancia fue clave para que, en 1963, se celebraran elecciones libres, permitiendo la transferencia de poder a su sucesor y consolidando la victoria de la democracia en Venezuela
Un abrazo.