EL ROL DEL ESTADO EN LA INDUSTRIA PETROLERA

 

Petróleo sin Reservas           

Rafael Gallegos 687     

En algunos países las empresas petroleras son estatales como en México, o coexisten estatales con privadas como en Ecuador, China o Rusia. En los países árabes los jeques son los dueños, en Estados Unidos las petroleras son privadas, en Holanda el Estado es dueño de las dos terceras partes. Casi tantas modalidades como países. Y en casi todos el Estado controla los aspectos políticos y macros del negocio.

En Venezuela el gobierno y todas las tendencias de oposición, están acordes en la necesidad de ingentes capitales privados para operar la industria petrolera. En lo que no hay consenso es en la Visión del negocio: en el Cómo (hacerlo) y en el rol del Estado.

LA NACIONALIZACIÓN: LOGROS Y EFECTOS

La nacionalización del petróleo (la única, la de 1975) fue un proceso muy exitoso. El cambio de patrón de refinación, la internacionalización, la integración de las refinerías de Cardón y Amuay, el Intevep y el Cied, el fraccionamiento del gas, Jose, la exploración y desarrollo de la Faja y de las nuevas provincias petroleras en Monagas y Apure… y luego el proceso de Apertura que incorporó muchos capitales privados, que se reflejaron en los mejoradores de la Faja y los Campos Maduros, que en conjunto adicionaron un millón de barriles diarios.

Todo esto en apenas 20 años y con venezolanos. Pdvsa llegó a ser considerada la segunda empresa petrolera del mundo, e iba enrumbada hacia casi seis millones de barriles por día, a ser el cuatro productor petrolero del planeta ¿Qué tal?

Lamentablemente este exitoso proceso, hoy es historia. El mundo se asombra  del pésimo aprovechamiento de esos recursos. Nuestra industria petrolera está si acaso al 30% de su capacidad y seguramente al 10 % de su calidad de gestión. Y lo peor, no ha realizado su rol de servir de pivote para la construcción de una Venezuela próspera y sustentable.

¿Qué ha pasado? Una comedia de equivocaciones - con intención y sin intención -  que es necesario analizar para no repetir errores.

LOS TRES “DEMASIADOS”

1-   Demasiado dinero (mal administrado)

La nacionalización se ejecutó en una era altísimos ingresos petroleros que redimensionaron el flujo de caja del país. El gasto público se multiplicó, la burocracia se duplicó, se diseñaron proyectos faraónicos, se exacerbaron los subsidios y la protección a las empresas. El facilismo aflojó los resortes morales y  desdibujó la relación esfuerzo – éxito. Todo lo esperábamos del estado, y el estado lo esperaba todo del estornudo de algún jeque árabe. Uslar Pietri alertó que los ciudadanos vivían del estado, en lugar de ser al revés. Pérez Alfonso previó su Efecto Venezuela: tanto dinero nos iba a transformar en un país intoxicado.

     En diez años pasamos del Boom, a la devaluación de la moneda y al paquete.

 

2-   Demasiado estado (controlar no es operar) 

Con el boom, el estado tuvo un crecimiento exponencial. Estaba en todas partes, la industria petrolera, el aluminio, el hierro, la electricidad, miles de industrias, el turismo. Su sombra abarcó al país y debilitó a la empresa privada. El clientelismo, los negocitos, el populismo gerencial, se fueron convirtiendo en modus operandi. La productividad quedó en un segundo plano. Y el estado  - petroestado - en un ente gigantesco y flácido. 

Pdvsa fue una honrosa excepción en términos generales. Además, hizo un magnífico esfuerzo de incorporación de capitales privados con la Apertura Petrolera, que fue interrumpido en 1999.  Sin embargo, el petroestado lo permeó todo.

Carlos Andrés Pérez en su segundo gobierno intentó, fallidamente, voltear la tortilla con el llamado paquete. Pero la resistencia fue infinita.

 

3-   Demasiada destrucción (Pdvsa se convirtió en nostalgia)  

El siglo XXI marcó la decadencia de Pdvsa. Los números están a la vista. De tres millones y medio de barriles que se proyectaban a cerca de seis, se pasó a un discutible y jadeante millón. Ídem, decadencia en el gas y la petroquímica. Además, la seguridad energética deja mucho que desear.

La politización, los malos esquemas y prácticas gerenciales, y la corrupción han apuntalado este proceso. La expulsión de 23.000 trabajadores significó un hito – único en la historia mundial del petróleo – y un punto de inflexión.

 

LECCIONES APRENDIDAS

De estos tres “demasiados” debemos extraer experiencias para no repetir errores: industria petrolera de máxima calidad de gestión, que no despilfarre los ingresos petroleros y los utilice con Visión de pivote para una Venezuela próspera y sustentable, además minimizar el rol del estado operador.

ROL DEL ESTADO

Y el Estado debe ejercer el rol de Controlar el Negocio. Sin ejercicios de inocencia hay que estar conteste en que si nosotros los venezolanos no controlamos el negocio… lo controlarán otros. Así de simple.

Es preciso aclarar que controlar no significa operar, todo lo contrario. ¿Qué le corresponde al estado?

-      Diseñar la política petrolera.

-      Coordinar una nueva Ley Orgánica de Hidrocarburos, moderna y flexible. Que contemple  Agencia de Energía que selecciones lotes para subastar en las Rondas de Negociación, que proponga impuestos y regalías competitivas. De manera que se cree una industria de hidrocarburos de primer mundo a lo largo de toda la cadena de valor.

-      Velar por la creación de una nueva industria petrolera, muy bien gerenciada, que contemple muchas industrias privadas y mixtas, y de haber una pequeña estatal, que compita con las privadas sin ninguna prebenda.

-      Monitorear, regular y fiscalizar las operaciones de petróleo, refinación, gas y petroquímica. Para ello es imprescindible que el ministerio del ramo, no sea una hermanita pobre de las petroleras, sino que tenga las mismas ventajas organizacionales, tecnológicas, laborales y lucrativas de estas.

-      Manejar rol de Venezuela en la OPEP, que sigue siendo una organización de balance en el mercado.

-      Coordinar con el país las políticas y la utilización del ingreso petrolero, para evitar repetir el uso de estos en gasto público generador de inflación, el despilfarro, y para descentralizarlos. Es muy importante que estos ingresos se constituyan en pivotes para crear una Venezuela próspera y sustentable.

 

Es hora de dejar de ser un país con petróleo y  convertirnos en un país petrolero: capaz de gestionar su principal recurso y transformarlo en calidad de vida.

 ¡Ah!,  y  que el mundo nos deje de observar como un limosnero sentado en un barril.

 

PD1: Quedan varias décadas de horizonte petrolero que si los aprovechamos transformarían a Venezuela en el primer proyecto de las américas.

PD2: Es la hora de convertir a Venezuela en el HUB energético de las américas.

      

 

Comentarios

  1. Demasiados#4 zamuros merodeando las ingresos fiscales en la abundancia y en lo poco.

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