MEGA ACUERDOS DE TRUMP DESDE EL PETRÓLEO ÁRABE
Rafael Gallegos 683
¿Qué busca
Trump en los países árabes?, ¿petróleo?, seguramente. Estados Unidos a la
vuelta de pocos años debe tocar su pico petrolero. Pero hay otros factores más
allá del petróleo: miles de millones de dólares para que los árabes les compren
productos norteamericanos; así como para convencerlos de que inviertan en Estados Unidos, contribuyendo
a disminuir los más de 600.000 millones de dólares del déficit norteamericano en
la balanza de pagos. Además, la visita
de Trump tiene un alto contenido político y estratégico, ya que esa zona es el polvorín
del planeta.
Algo así
como matar muchos pájaros de un… viaje.
ARABIA SAUDITA
La primera
estación fue Arabia Saudita (AS). La más alta reserva petrolera del mundo, tercer
productor y líder de la OPEP.
Trump viajó
dispuesto a renovar y reforzar el viejo y exitoso acuerdo estratégico EEUU – AS,
iniciado por Roosevelt y el Rey Ibn Saud en 1945 a bordo del crucero USS Quincy
sobre el Canal de Suez, consistente en intercambiar Protección por Petróleo. Para
llegar a la reunión Roosevelt salió apresurado del encuentro de Yalta, donde
finiquitaba con Churchill y Stalin la repartición del mundo de posguerra.
Por cierto
Roosevelt, que tenía una silla de ruedas de repuesto - por su parálisis- se la regaló al Rey Saud que estaba
padeciendo de un serio problema en una pierna. ¿El acuerdo de las sillas de
ruedas?
Hoy AS ofreció a Trump comprar bienes a
Estados Unidos por más de 140.000 millones de dólares. Además le planteó inversiones en Norteamérica por más de 600.000
millones de dólares. Igualmente le abrió las puertas a los capitalistas estadounidenses
para invertir en acuerdos nucleares, inmuebles y sobre todo en la ciudad
futurista (para algunos surrealista) de The Line, de 170 kms de longitud y apenas
doscientos metros de ancho.
Por su parte Estados Unidos busca conseguir la
adhesión de Arabia Saudita al histórico Pacto
de Abraham – relaciones diplomáticas con Israel – tal como ya hicieron Emiratos
Árabes y Bahréin. AS parece dispuesta, pero eso sí, sin abandonar la solicitud
de reconocimiento del Estado Palestino.
Trump viajó
acompañado de varias decenas de CEOs de las empresas más importantes del mundo,
que compartieron en el Foro de Inversiones preparado para la fecha.
QATAR
También visitó
Qatar, un país de apenas 10 mil kilómetros cuadrados, que era un desierto muy
pobre cuando su independencia del Reino Unido en 1971, y hoy su capital Doha es
un impresionante centro urbano lleno de rascacielos, lujos y riquezas. El
ingreso per cápita de Qatar es uno de los más altos del mundo: 130.000 $.
Todo ello
producto del gas, es la tercera reserva del mundo. Su Campo Norte es el yacimiento de gas más grande del planeta, lo
comparte con Irán en una proporción 60-40. Lo descubrió Shell en una época en
que el gas era la hermanita pobre del petróleo. Qatar se ha convertido en el tercer
productor y primer exportador de gas natural licuado (GNL). Licuan el gas y lo
exportan en metaneros hacia Japón, China, India, Corea del Sur...
Su fondo de
inversiones “Qatar Power” es de 1.300
millardos de dólares. Qatar ha “sembrado el gas” con gigantescas inversiones en
infraestructura, educación, tecnología. En el extranjero son dueños del equipo
de fútbol París Saint German, y tienen
acciones en muchas empresas importantes como Volkswagen, Shell, Rosneft y
muchas otras. Además son de los líderes inmobiliarios en Nueva York, en Londres y en otras ciudades muy importantes,
por cierto negocios que en lo personal le caerían muy bien a la fortuna de Trump.
A los cataríes les quedan muchos años de su negocio fósil, porque el pico de
producción de gas luce muy lejano.
¿Qué buscaba
EEUU en Qatar? En primer lugar inversiones para su país. Qatar ofreció invertir
500.000 millones de dólares en USA en los próximos diez años. Igualmente, comprar
doscientos aviones Boeing por 200.000 millones de dólares, y cerca de 40.0000
millones de dólares en armamentos sofisticados. Además requiere inversiones y
tecnología norteamericana para producir en su país semiconductores, chips,
etc.
Es de
destacar que en 2017, Arabia Saudita y Kuwait bloquearon a Qatar. Trump llevó
en su carpeta, armonizar a estos países.
EMIRATOS ÁRABES
84.000 kms
cuadrados. Independizados en 1971. Federación de siete emiratos, entre los que
destacan Abu Dabi y Dubái. El primero produce el 90 % del petróleo del emirato
(cerca de tres millones de barriles por día), y Dubái es un centro de
inversiones top, cuarta ciudad turística del mundo, y especializada en turismo
siete estrellas. Requieren de USA sofisticados armamentos. Qatar le ofreció a Trump inversiones por más de 1400 millardos de dólares en los
próximos diez años, entre las que
destacan un proyecto explorador de Marte.
Tanto en
AS, Qatar y Emiratos, hay regímenes absolutistas. Los dos últimos con menos de
15 % de población autóctona y con las mayorías (extranjeros) con condiciones de
vida muy inferiores a las de los jerarcas de la zona.
EL EQUILIBRIO DE LA ZONA
Trump se
reunió en AS con el presidente sirio Sharaa (sunita) y levantó las sanciones que pesaban sobre ese
país. Este es un nuevo comienzo en las relaciones bilaterales, que ha sido muy
bien recibido. Entre los proyectos a futuro se destaca un oleoducto desde AS
que atraviese Siria y llegue al Mar Mediterráneo, liberando en parte la
dependencia del transporte por los estrechos de Ormuz y Bab el Mandeb, así como
del foco de violencia que ha significado
Yemen.
Esta
alianza geopolíticamente favorece a Arabia Saudita, porque apuntala la mayoría sunita en la zona, en su eterna
rivalidad con Irán (chiita).
Pero Trump
también parece que llegará a un acuerdo con Irán, consistente en eliminar
sanciones a cambio de que Irán abandone la carrera nuclear.
Como se
observa, una exitosa gira de mega acuerdos como inversiones árabes en USA,
inversiones norteamericanos en los países árabes, gigantesca venta de
armamentos norteamericanos, la alianza con Siria y la promesa de pacto con
Irán.
Dinámica
comercial, y acuerdos políticos que buena falta hacen.
¿Y VENEZUELA?
En los años
setenta los venezolanos nos reíamos de los lujos y formas del mundo petrolero
árabe. Y en sorna se criticaba al gobierno de CAP hablando de Venezuela
Saudita. Hoy somos antípoda de ese mundo. En lugar de fondos soberanos tenemos
deudas impagables, nuestro PIB per cápita ha disminuido unas cuantas veces, y no
generamos confianza para mega inversiones.
Requerimos
de reingeniería – estrategia de cambio que se aplica cuando se está muy lejos
de los objetivos y se requieren medidas radicales - para atraer mil millonarias inversiones
que generen una industria petrolera con
4 millones de barriles, 10 mil millones de pies cúbicos diarios de gas, y una
petroquímica de primera, que sirvan de pivote para sembrar el petróleo. Igualmente
requerimos confianza para inversiones en electricidad, agua, y múltiples
servicios que sirvan de base para el arranque del país.
Ningún país
árabe ofrece la variedad de escenarios de inversión internacional que tiene
Venezuela. ¿Entonces?
PD: “Yo tengo un sueño”, diría Martin Luther King:
condiciones para que nos visiten dos docenas de CEOs de las grandes empresas,
buscando espacios para invertir.
Excelente información. Gracias
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