¿TIENE ALGO QUE VER UCRANIA CON CHEVRÓN?
Rafael Gallegos 671
Guzmán Blanco expresó que Venezuela es un cuero seco, se pisa por un lado
y se levanta por el otro. Hoy, ciento cincuenta años después podemos extrapolar
su frase y decir: el Planeta Tierra es un cuero seco, se pisa por un lado y se
levanta por el otro.
Porque, ¿qué tiene que ver Ucrania con Chevron? ¿O Rusia con Venezuela?
¿O la invasión de Rusia a Ucrania con los chips de Taiwán? Mucho, el mundo es
un pañuelo.
No es casual que Rusia invada a Ucrania un 24 de febrero y a comienzos de
marzo llegue un delegado norteamericano a Miraflores. La primera consecuencia
de la invasión fue la búsqueda de nuevas fuentes energéticas por parte del
mundo occidental para finalizar con la inmensa dependencia europea del gas
ruso. Una dependencia que fue advertida como un error estratégico, aunque ustedes no lo crean,
por el presidente Kennedy hace más de sesenta años.
Pero el final de la dependencia europea del gas ruso viene a dedo con la
duplicación de la producción de gas en Estados Unidos por la lutita, o el
“fraking” como dicen algunos. ¿Casualidad?
Europa es una salida lógica para
el gas licuado que en volumen de cerca de dos millones de barriles diarios exporta
USA. Ella compra buena parte de éste a un precio superior tres o cuatro veces
más caro que el gas ruso. Muy caro porque el gas se licua a menos 162 grados
centígrados, se coloca en metaneros que atraviesan el Océano Atlántico, y en
sitio hay que regasificarlo para incorporarlo a los gasoductos.
Es decir, que aunque usted se sorprenda, Estados Unidos ha salido
beneficiado con la invasión rusa. Una guerra que tal vez hubiera podido
evitarse si Europa no hubiera insistido en ingresar en la OTAN a países
fronterizos con Rusia, que equivale a colocar misiles rusos o chinos apuntando
a USA, desde México. Basta recordar el borde de la guerra nuclear a que estuvo
sometido el mundo por los misiles cubanos en 1962.
Por su parte Rusia busca recuperar su condición de imperio soviético. Con
Putin la incipiente democracia rusa quedó atrás, y él aspira a gobiernos
títeres y con serios déficits de democracia en sus países limítrofes. La nostalgia
por recuperar imperios del pasado hace gobernantes peligrosos como Mussolini,
que aspiraba recuperar el imperio romano y terminó aliado con Hitler. O el
mismo Hitler que con la excusa su espacio vital (otra forma de imperio) invadió
Checoslovaquia, Austria y Polonia, y dio pie a la catastrófica segunda guerra
mundial.
El mundo es un pañuelo – o un cuero seco- por ejemplo, ¿qué tendría que
ver el hambre de un niño paraguayo o venezolano con la hipotética e indeseable
destrucción de Taiwán y su masiva producción de chips? Parece absurdo, pero sí
podría haber una fuerte relación. Como “el aleteo de una mariposa” de la Teoría
del Caos, que nos explica como pequeñas variaciones pueden tener grandes
consecuencias.
CHEVRÓN
Trump acaba de revocar el permiso de Chevron para producir petróleo en Venezuela.
Se trata de más de 220.000 barriles por
día, aproximadamente el 25 % de la producción de Venezuela según cifras secundarias
OPEP. Y según algunos especialistas, una renta de unos cuatro o cinco mil millones de dólares anuales para Venezuela.
Muchos están felices porque piensan que esto traerá consecuencias
políticas. Y volvemos a caer en el campo de la especulación. Rusia e Irán
padecen de sanciones en su negocio
petrolero, y ahí están. O sea…
Lo que sí es seguro con la medida de Trump con Chevron, es una
disminución severa del flujo de divisas, que disparará el dólar, generará una
muy peligrosa inflación de tres dígitos y hambre y pobreza porque los ingresos
declinarán aún más. Se verá afectada la economía de Venezuela. Hasta ahí… lo demás
es especulación.
Por otra parte, aumentará el trasvase de crudo en altamar, se
incrementará la venta de oro… pura sobrevivencia. El gobierno ya tiene
experiencia.
REPARTIMIENTO
DEL MUNDO
En 1945 se reunieron en Yalta los tres grandes, Stalin, Churchill y
Roosevelt. Y así de simple, se repartieron el mundo. Es más, Roosevelt abandonó
la reunión para reunirse con el Rey Saud de Arabia Saudita para solicitarle
petróleo a cambio de seguridad. Por cierto, como Roosevelt era paralítico tenía
dos sillas de ruedas en el buque, el rey tenía un problema en una pierna, y el
presidente le regaló su silla de repuesto. Ese pacto de petróleo por seguridad –
que por lo curioso podría recordarse como el pacto de las sillas de ruedas - ha
funcionado por ochenta años. Y seguramente ha evitado guerras en el polvorín
del medio oriente.
Otra forma de repartir el mundo, nada diferente a la que se dice pactarán
Trump y Zelenski: te cambio tierras raras por protección. Nada ha cambiado.
Tal vez hoy se estén repartiendo el mundo los tres grandes: Putin, Xi
Jinping y Trump. Trump podría decirle a
Putin: - te cambio tu cinturón europeo (a excepción de las tierras raras de
Ucrania) por el Caribe - donde ha perdido influencia de manera
logarítmica. Y a China: - te cambio Taiwán por un trato comercial favorable.
¡Ah!, y Trump dejó a la OTAN entendiéndose, tal vez para que el camarada
Putin no pierda su sueño de revivir su imperio soviético. Este pedacito para
ti, este negocito para mí… esa es la historia del mundo.
Entre la vertiginosa comunicación tecnológica y las bombas atómicas, el
mundo le va quedando cada día más pequeño a los tres o cuatro grandes. Como la
piel de zapa de la novela de Balzac, que se iba encogiendo por la desmedida
ambición de su dueño.
Muy buena la metáfota del "cuero seco" que como dices, cada día se hace más vigente y sobre todo, peligrosa. Lo terrible es que en una parte del cuero seco están, como siempre unidos sin importar color políticos, los grandes y del otro, los pequeños y pobres. Si aquellos saltan, los pobres indefectiblemente caerán en sus garras. Como dices claramente, la historia se repite pero en condiciones más agresivas y peligrosas.
ResponderEliminarGracias Mario. Realmente preocupa. Siempre ha habido guerreros y destructores, pero hoy tienen armas absolutas.
EliminarUn abrazote!!!!