ANVERSO Y REVERSO DE LA NACIONALIZACIÓN DEL PETRÓLEO (y II)

 

Petróleo sin Reservas            

Rafael Gallegos  673

Como expresamos en la primera parte de este artículo, la nacionalización del petróleo tuvo aspectos muy exitosos y algunos impactos en la sociedad – positivos y negativos- que obligan a reflexionar. Veamos:

1. Organización… El proceso permitió a Venezuela manejar el negocio de manera integral. La comercialización y la orientación de las inversiones, que agregan  muchísimo valor, dejaron  de ser manejadas desde afuera. La Internacionalización y el Cambio de Patrón de Refinación,  difícilmente se hubieran podido realizar con las transnacionales.

 En el artículo anterior comentamos logros de producción, de manejo de gas, de investigación, de educación, así como el proceso de Apertura a objeto de atraer capitales. El negocio petrolero creció hasta niveles no imaginados en época de las transnacionales.

Los recursos humanos se manejaron bajo la modalidad de la meritocracia, que por cierto sirvió de bandera para los 23.000 expulsados  en el 2002 – 03, el hito que marcó el descalabro de Pdvsa.    

Se dio gran apoyo a empresas de servicios y de ingeniería venezolana. Pdvsa llegó a ser considerada la segunda empresa petrolera del mundo.

 

2. Producción… Cuando se inició Pdvsa, la producción era de algo más de 2,3 millones de barriles por día. Esta continuó a la baja – muy paulatinamente-  durante unos diez años por dos razones: la primera como reflejo del abandono de la exploración que hicieron las transnacionales luego de la Ley de Reversión, y la segunda porque los precios comenzaron bajar, en 1982 la OPEP - que llegó  a tener 14 millones de barriles cerrados- estableció  cuotas de producción.

En 1987 Venezuela comenzó a levantar su producción. En 1998 ésta superaba los 3,3 millones de barriles por día y se enrumbaba a 5,8 millones, lo que hubiera colocado a Venezuela como el cuarto productor mundial.

 

3. Monopolio del Estado… La Apertura Petrolera ha debido ser más agresiva para romper el monopolio del Estado. Incorporar más capitales privados utilizando el artículo quinto, hacer más convenios operativos, desarrollar empresas mixtas, colocar a las filiales en la bolsa de valores, y otras medidas.

En primer término porque los desembolsos del estado eran gigantescos y pedían a gritos ayuda de capitales privados. Y en segundo lugar porque era necesario contrarrestar al creciente Petroestado, mucho más grande que la economía privada, y eso significaba dinamitar la productividad del país.

 

4. Gobiernos voraces… En 1982 ordenaron a Pdvsa trasladar a Venezuela  sus reservas internacionales, un primer paso contra la autonomía financiera. Después, se hizo costumbre meterle la mano a los dividendos. Pdvsa comenzó a ser una caja chica. Si la industria petrolera hubiera tenido un componente de capital privado mucho más alto, esto hubiera sido más difícil.

    

5.- Miopía en el manejo de la renta… He allí el problema más grande, la barrena que disoció la productividad de Pdvsa con el bienestar de la nación…el manejo de la renta petrolera sin tomar en cuenta la sustentabilidad de Venezuela.

En los años setenta  se multiplicaron por cuatro los precios del petróleo. El último presupuesto de Caldera fue de 14.000 millones de bolívares y el primero de Carlos Andrés Pérez 42.000 millones. Los aumentos del precio del petróleo tuvieron un nuevo repunte en 1979, a la caída del Sha de Irán. Nos “enriquecimos” súbitamente. El primer gobierno de CAP redimensionó al país, Guri, hierro, aluminio, Mariscal de Ayacucho, hospitales, escuelas universidades…  pero paralelamente se multiplicó el  gasto público, se duplicó la burocracia, crecieron las importaciones para el consumo masivo, y surgieron los “doce apóstoles”, como los llamó en su libro Américo Martín.

Como balance, en menos de diez años Venezuela pasó del boom petrolero al viernes negro. Un milagro al revés. Pérez Alfonso clamó en el desierto su Efecto Venezuela, que explicaba que los ingresos por encima de nuestra capacidad de gastar, iban a generar un país descompensado.  

Paradójicamente en medio de ese espectacular  boom y de grandes obras y proyectos…. nos hicimos más pobres. Pero hay que preguntarse, ¿fue “culpa”  de la nacionalización del petróleo… o del pésimo manejo de un boom petrolero que de todas maneras - con Pdvsa o sin Pdvsa - se iba a dar?

 

ENFERMEDAD HOLANDESA

Este fenómeno comenzó en los albores de la industria. La renta fácil paulatinamente fue sustituyendo a la agrícola. Entre 1908 y 1934, gobierno de Juan Vicente Gómez,  las exportaciones de Venezuela comenzaron a disminuir: café desde 40 millones de Bs. a 29, cacao desde  18 a 6, cueros de res de 7 a 0,6.

Se hizo más escuálida la agricultura. Nos fuimos convirtiendo en hombres del petróleo, similar a los “Hombres de Maíz” de Miguel Ángel Asturias.  

A partir de 1936 Venezuela inició un crecimiento que por cincuenta años fue el mayor del mundo. En los años setenta éramos una moderna sociedad que no tenía nada que ver con aquella palúdica y analfabeta que nos legó Juan Vicente Gómez.

Sin embargo, la moneda dura y el papaestado, una mezcla de proteccionismo con capitalismo de estado, corroían al sistema desde adentro. Jamás logramos romper la alta dependencia del petróleo.

 Y que conste, estamos reflejando un país donde el negocio petrolero estaba en manos de las transnacionales. Eso no impidió la falta de sustentabilidad del modelo, y menos la enfermedad holandesa.

 

NACIONALIZACIÓN Y MULTIPLICACIÓN DEL INGRESO

Los gigantescos ingresos coincidieron con la nacionalización. Y en medio de los logros empresariales de Pdvsa, y de grandes avances en el país (he ahí la paradoja) los venezolanos nos empobrecimos en veinte años.

Se exacerbó el petroestado, se incrementó la inmigración hasta más allá de la capacidad de los  servicios públicos, la pobreza creció y en buena parte se convirtió en marginalidad, se aflojaron los resortes morales, a la dependencia del petróleo se agregó la esperanza (casi fe) de que los jeques árabes estornudaran para que subieran nuestros ingresos.  Además los liderazgos en boga no dieron paso a las nuevas generaciones.

EL INTENTO FALLIDO DE  CAP

Luego del viernes negro, el país entró en barrena. La pobreza llegó a afectar a más de la mitad de la población, se aflojaron los resortes morales, los partidos políticos comenzaron a desmoronarse y el apoliticismo casi que se convirtió en una religión.

El llamado “paquete” de CAP intentó revertir  esta tendencia. Pero encontró mucha resistencia, en los políticos y hasta en su partido AD,  en los intelectuales, y en la larga lista de los beneficiarios del sistema.

Además, CAP no supo vender el paquete. Confió en su “mano mágica”, producto tal vez de la deformación del ego que sufren los políticos altamente exitosos. Los esfuerzos de Caldera y Petkoff, además de imperfectos, resultaron tardíos.

El país en lugar de buscar un modelo perfectible, se fue tras un Mesías. Llegó el comandante Chávez y comenzó una nueva historia.

CONCLUSIONES

La nacionalización - o estatización - fue un proceso muy exitoso. La industria petrolera fue manejada (en general) con excelencia. Pero el estado se fue haciendo muy poderoso en detrimento de la industria privada. Era un estado gigantesco… y flácido.

 Cuando a Pdvsa se le fue haciendo difícil mantener el ritmo de inversiones, se ejecutó  la Apertura, que resultó un proceso tímido al que le faltó agresividad y no pudo contrarrestar efectos del Petroestado. A la larga el dinero producido por Pdvsa en lugar de enriquecer al país,
 lo empobreció (ojo que esto hubiera pasado igual con transnacionales, porque fue producto de los booms).  En diez años pasamos del boom al viernes negro. CAP II  no pudo enderezar entuertos.

La desmoralización y pérdida de la autoestima le abrió las puertas a la “revolución”, período que no corresponde analizar en este trabajo, aunque allí se generó el descalabro.

Hay preguntas que enriquecen el análisis. ¿Fue inevitable la nacionalización? … era el paradigma de la época. ¿Fue exitosa? … claro y elevó la moral de los venezolanos.

¿Trasladó sus beneficios al país?... sí en muchos aspectos, aunque sus beneficios fueron utilizados con una visión miope que no estimuló la sustentabilidad. ¿La “revolución” descalabró a Pdvsa?... claro, ahí hay una clave fundamental. ¿Pdvsa es repetible?... no, las circunstancias y lecciones aprendidas obligan a redefinir una nueva industria de petróleo y de gas.   

Queda abierta una discusión -sin fanatismos- sobre la nacionalización, fundamental para redefinir el futuro de la industria petrolera y del país

Y urgente, no hay que olvidar que los pueblos que no aprenden su historia están condenados a repetirla.

Comentarios

  1. Excelente análisis. Solo tal vez, sería bueno mencionar que, esa experimentación de la apertura ocurrida en 1997-98, fue copiada por México solo, que allá con la llegada de un gobierno con ideología distinta, dio al traste con esa gran experiencia. La apertura permitió incluso, que ciudades como Cabinas renacieta de su letargo.

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  2. Este artículo es un arroz con mango

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