PETRÓLEO: UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD PARA VENEZUELA
Petróleo sin Reservas
Rafael Gallegos 654
Todo parece indicar que a Venezuela se le presenta una segunda
oportunidad en el negocio petrolero. Los últimos pronósticos muestran que el
petróleo y el gas permanecerán en primer plano varias décadas, tenemos muchísimas
reservas, tradición en el negocio, y
somos tal vez el país con mayores técnicos en hidrocarburos por kilómetro
cuadrado.
Luego de más de cien años como país petrolero, nuestra
situación socioeconómica es tan precaria,
que damos al mundo la insólita impresión de ser un limosnero sentado en un
barril. Claro que la “revolución” ha sido fundamental en esta destrucción de la
industria petrolera y del país.
Pero… sincerémonos. En los noventa, los
resultados del modelo de país ya dejaban mucho que desear. Para aprovechar la
segunda oportunidad que nos ofrece negocio petrolero venezolano, es
imprescindible analizar la relación beneficios del petróleo- prosperidad de
Venezuela, en los años previos a la “revolución”.
Observar la prosperidad generada por el petróleo,
así como los factores que impidieron que esta fuera sustentable. Hay que
extraer lecciones aprendidas, para no
repetir errores y maximizar el aprovechamiento de la segunda oportunidad que –
Dios Mediante - nos va a dar el petróleo. Veamos:
1930-70…
TRANSFORMACIÓN Y ENFERMEDAD HOLANDESA
Por más de cincuenta años el país tuvo el mayor
crecimiento paulatino del PIB en el mundo. Es innegable que la pujante y
envidiada Venezuela de 1970 no tenía nada que ver con la palúdica,
semianalfabeta, endémica y autoritaria de los años 30. Venezuela fue
transformada radicalmente por el petróleo.
Educación básica, hospitales, electrificación,
servicio de agua, crecimiento de ciudades, Guri, CVG, autopistas,
universidades, una clase media pujante. Democracia. Mucho bienestar. Sin
embargo, paradójicamente el modelo estaba lejos de construir un país sustentable
que no dependiera del petróleo.
La sociedad fue afectada por la llamada
Enfermedad Holandesa: cuando un sector de la economía es mucho más productivo
que el resto, los demás sectores se distorsionan. Por ejemplo el petróleo, que
produce gran parte de las divisas de una economía, genera moneda dura que
afecta la competitividad de los otros sectores, y acelera las importaciones, la
protección, los subsidios, constituyendo un país artificial, poco competitivo e
incapaz de sobrevivir sin su principal
ingreso.
El modelo aplicado, a pesar de los gigantescos logros
de esos años, no fue sostenible. No podía
sobrevivir sin el petróleo.
1973-83…
ABUNDANCIA DE DIVISAS Y EFECTO VENEZUELA
El embargo petrolero de 1973, y en 1979 la caída del Sha de Irán,
multiplicaron por más de diez el precio del petróleo. El primer presupuesto de
Carlos Andrés Pérez en 1974, triplicó el de Caldera en 1973. El gobierno de CAP
creó hospitales, colegios, universidades. Se duplicó la producción de maíz, de sorgo, de arroz. Se
nacionalizó el petróleo. Se adelantó Guri, grandes avances con el hierro y el
aluminio. Se realizó el fabuloso Plan de
Ayacucho. Venezuela se redimensionó.
Paralelamente se multiplicó el gasto público, se
duplicó la burocracia, se mantuvo una moneda dura, no se abrió la economía y se
potenció el Petroestado, factores que significaban una bomba de tiempo…
Pérez Alfonso alertó su Efecto Venezuela: el
exceso de divisas iba a indigestar al país. Propuso producir solo un millón de
barriles y guardar el resto en el subsuelo, donde “se revaluaría”. El gobierno,
a pesar de haber creado el FIV para represar excedentes, no lo hizo y por el contrario se endeudó por 11.000
millones de dólares.
Por ello el siguiente presidente Luis Herrera
Campíns, declaró en su toma de posesión que recibía “un país hipotecado”. Su
gobierno tuvo logros educativos y sociales, e inauguró el Metro, construyó el
teatro Teresa Carreño, e hizo otras
obras de importancia. Sin embargo elevó en más de 40 % el gasto público y… más
que duplicó la deuda recibida por CAP.
Las cuentas no daban y advino el viernes negro. LHC
se vio obligado a devaluar el bolívar… y se acabó la isla de la fantasía.
A pesar del intento de CAP II con el llamado Gran
Viraje y algunos esfuerzos del Caldera II, el país comenzó una decadencia que
hasta hoy ha sido irreversible, caracterizada por la inflación, el incremento
de la pobreza que llegó a 60%, la desmoralización y el descontento con la
democracia y su liderazgo.
Era la hora como dijo LHC, de “perfeccionar la
democracia”. Pero el pueblo, de tanta vocación mesiánica, se emocionó con Chávez y se fue tras él tal
como los ratones en el cuento de El flautista de Hamelin hasta caer en el
precipicio. Pero esa, es otra historia.
La década CAP – LHC (1973- 83) se inició con un
boom y finalizó con una devaluación. En apenas diez años pasamos de la cima a
la sima. Terrible.
Aquellos polvos trajeron estos lodos.
PROHIBIDO
REPETIR LA HISTORIA
Ante la segunda oportunidad petrolera que se le
presenta a Venezuela – si hay un cambio de modelo, porque de lo contrario ni
modo - es imperativo analizar los factores que a pesar de tantos logros y tanto
bienestar que generaron, encerraban la bomba de tiempo de la insostenibilidad.
La protección arancelaria y de subsidios no para
hacer crecer las empresas sino para “pepetizarlas”, el crecimiento desmesurado
de las importaciones de artículos de consumo masivo, ídem el del gasto público
a partir de petróleo, el populismo, la creciente corrupción, el petroestado, la
moneda dura, el endeudamiento más allá de los límites… todos esos factores inocularon
la Enfermedad Holandesa, y de acuerdo al Efecto Venezuela, descompensaron al
país.
Para la segunda oportunidad del petróleo, es
imperativo desarrollar antídotos para no repetir la historia.
Libertades económicas, gerencia social con meta
“pobreza cero”, austeridad en el gasto público, estado eficiente, protección y
subsidios con visión de competitividad, institucionalidad con reglas claras,
utilización de impuestos de hidrocarburos y regalías solo en inversiones,
descentralizar esos ingresos, ahorros de los excedentes, educación y más
educación, desmontar el petroestado. Valores para la honestidad y la
productividad. Democracia.
No se trata de una lista de mercado, sino de
opciones que hay que poner arriba de la mesa para generar una guía de acción
que sea un antídoto contra la Enfermedad Holandesa. Es fundamental lograr una siembra del petróleo eficiente que dé
maravillosas cosechas.
Aprovechar la segunda oportunidad que nos dan la
naturaleza y el mercado petrolero, va mucho más allá de desarrollar una
industria petrolera de primera. Se trata de construir un pivote que se utilice
en la construcción de una Venezuela de prosperidad
sustentable. Una Venezuela que no dependa del petróleo.
De lo contrario, dejémoslo así… no vale la pena.
Es la hora de migrar al petróleo desde el
subsuelo hasta la mente de los venezolanos, para que dejemos de ser un país con
petróleo y por fin, nos convirtamos en un país petrolero.
Sería fatal para los venezolanos repetir la historia de Macondo, “donde las
estirpes condenadas a cien años de soledad no tenían una segunda oportunidad
sobre la tierra”.
Innegable lo de la atracción de la industria petrolera sobre otros segmentos de la industria o comercio. Un obrero petrolero llevaba en tres días lo que un obrero de construcción en un mes. Contra eso, es necesario trabajar además, hay que romper el paradigma de las monedas duras y la devaluación. La productividad es lo importante y mantener en cifras manejables los déficit o deudas.
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