ES URGENTE QUE “SEMBREMOS” EL PETRÓLEO
Petróleo sin Reservas
Rafael Gallegos 649
Cuando murió Juan Vicente Gómez surgió una
epidemia de creatividad en Venezuela, todo el mundo quería dibujar una nueva sociedad.
Como dijo Mariano Picón Salas, entrabamos al siglo XX en 1936 con casi cuatro
décadas de retraso. Por cierto, ¿cuándo entraremos al siglo XXI?
En el nuevo liderazgo - que aireaba las ideas de
libertad y modernidad - destacaban jóvenes perseguidos, encarcelados y hasta torturados
por la dictadura, como Rómulo Betancourt, Raúl Leoni, Miguel Otero Silva, Jóvito
Villalba y muchos otros.
Ese liderazgo también lo integraban jóvenes que
habían sido funcionarios del régimen gomecista, como Arturo Uslar Pietri, de apenas
30 años y célebre por haber escrito la inmortal “Las lanzas coloradas” a los 23.
Uslar escribió en julio 1936 un editorial en el
diario Ahora cuyo título resultó lapidario: “Sembrar el Petróleo”, que acuñó la
idea impulsada entre otros por Alberto Adriani, una gran promesa joven que lamentablemente
se fue muy temprano.
“Sembrar el Petróleo” significaba utilizar para
el desarrollo de Venezuela los beneficios de esa industria. Hoy, con lógicas
variantes, la idea sigue presente. La necesidad de utilizar los beneficios de
las industrias de petróleo y de gas como pivote para el desarrollo de
Venezuela.
Los resultados nos indican que por más que se
haya sembrado y a pesar de extraordinarias transformaciones, hoy la cosecha está
a punto de perderse. ¿Por qué? Analicemos algunos períodos históricos:
Juan
Vicente Gómez… Su célebre frase: “hagan ustedes las leyes porque son los
que saben de petróleo”, explica toda su política petrolera. Fue un dictador de
petróleo. Y corrupto, al morir su fortuna era mayor que el presupuesto
nacional.
Hizo carreteras, creó la administración pública y
pagó la deuda en el centenario de la muerte del Libertador. Pero dejó un país
postrado con 85 % de analfabetismo y la esperanza de vida de 34 años. Y su
represión fue gigantesca.
Entre
1936 y 1973… Venezuela, gracias al petróleo fue el país con el mayor crecimiento del
mundo por casi cuatro décadas. Entre los maravillosos subproductos estuvo la
democracia. La expectativa de vida se dobló y más. Científicos encabezados por los
doctores Gabaldón y Tejera, acabaron con las enfermedades endémicas. Se
masificó la educación y el analfabetismo llegó a niveles mínimos. Surgió otra
Venezuela, absolutamente superior a la de los años treinta. Otro país.
Como contrapartida, creció la marginalidad, la
industria estaba súper protegida por aranceles y subsidios y por ende no era
competitiva. La moneda sobrevaluada hizo que fuera más negocio importar que
producir. El Estado era un gran empleador y operador. Venezuela no se
independizó del petróleo como motor.
De
boom en boom… hasta Chávez
En 1974, el primer presupuesto de CAP triplicó al
último de Caldera. Con la Guerra del Yom Kipur los precios del petróleo
subieron de tres dólares a doce. Venezuela de inundó de divisas. Ese gobierno
de CAP tuvo logros extraordinarios en el Guri, Pdvsa, el acero, el aluminio; en infraestructura,
educación, sanidad. El programa de Becas Gran Mariscal de Ayacucho fue
maravilloso. El desempleo llegó a aniveles mínimos. El consumo se multiplicó.
Sin embargo el famoso Efecto Venezuela de Pérez
Alfonso se materializó. Él planteó que el exceso de divisas iba a indigestar a
Venezuela, cual indigente que ganara el premio gordo de la lotería y comiera
siete veces al día y se descompensara. “Venezuela será un país descompensado –
expresó el Maestro - y esa descompensación será conocida como Efecto Venezuela”.
El gasto público se multiplicó y la deuda de su
gobierno creció hasta tan altos niveles,
que permitió decir al siguiente
presidente Luis Herrera Campíns que recibía un país hipotecado. Luego el mismo
LHC se vio obligado a devaluar la moneda en el fatídico Viernes Negro.
En diez años Venezuela pasó del boom de precios a la devaluación del
Viernes Negro. ¿Qué había sucedido?
El mismo CAP hizo un mea culpa de esos años: no controlamos el gasto público, no devaluarnos la moneda… el estatismo
Todos lo que vivimos esa época recordamos la
tribu Ta Barato, y cómo nos alegraba el
estornudo de un jeque árabe, porque significaba mejores precios del petróleo.
En su segundo gobierno, CAP trató de enderezar el
entuerto, pero sobreestimó su liderazgo, y el país empezando por su partido AD,
no le compró el “paquete” económico. Y de paso, cuando los indicadores se iban
enderezando y Venezuela disfrutaba del crecimiento más grande del mundo… llegó
el 4F y las medidas se vinieron abajo.
La
“revolución”… Chávez no fue producto de generación espontánea. En el
gobierno de Caldera la inflación de dos dígitos tenía tiempo instalada, la
pobreza superaba el 60 %, se hablaba de
mucha corrupción, y sobre todo el país ya no creía en los liderazgos.
Entonces, el pueblo se fue tras un mesías que
resultó un falso profeta. La “revolución” acabó con Pdvsa y con el país. En
lugar de siquiera intentar fallidamente sembrar el petróleo, arrancó las matas
de raíz. El modelo cubano. Destrucción estratégica.
EL
RENACIMIENTO DE LA INDUSTRIA PETROLERA
No lo dude, en caso de un cambio de modelo
político, Venezuela puede llegar a producir tres o cuatro millones de barriles
en unos diez años.
Y volverá la renta petrolera.
¿Eso es bueno o es malo? … Depende. Si vamos a
despilfarrar la renta es mejor que la industria se quede postrada como hoy.
Pero si como debe ser, se van a usar los
beneficios del petróleo como pivote para el desarrollo sustentable del país –
“sembrar el petróleo” -, hay que comenzar por aprender las lecciones de tanto
fracaso. Estamos obligados como generación a levantar a la industria y
utilizarla como pivote para una Venezuela sustentable.
Lecciones
aprendidas… Bajar los niveles de estatismo e impulsar el desarrollo de empresas
privadas. Dejar flotar la moneda, aplicar aranceles que hagan crecer y competir
a las empresas, proteger con sentido de productividad. Gerenciar políticas
sociales para lograr marginalidad cero. No utilizar beneficios del petróleo en
el gasto público.
Los
beneficios de la industria petrolera… Los impuestos y las
regalías: descentralizarlos y utilizarlos solo en inversión. Crear una Agencia
de Beneficios de Hidrocarburos (tipo Agencia de Energía en la LOH) con
autonomía del gobierno e integrada por gente representativa, capaz y honesta,
que decida cómo invertir las divisas de
la industria.
Aplicar en todas las empresas petroleras las
políticas de Responsabilidad Social Empresarial, que contribuyan a impulsar la
calidad de vida sustentable en las áreas aledañas, (buena parte del país).
Industrializar el petróleo… corrientes de
refinación, petroquímica, planificar las economías conexas para que sobrevivan
al petróleo.
La idea es aprovechar la industria petrolera para
crear en pocas décadas, una Venezuela próspera… que no dependa del petróleo.
Claro, y todo esto con instituciones fuertes,
separación de poderes, libertades… Democracia
Lo demás,
es eternizar el mito de Sísifo y pasar la vergüenza ante las generaciones
futuras de haber recibido un país rico y haber entregado un casi ex país.
Todavía hay chance de ”sembrar” el petróleo.
Hola Rafael. Excelente escrito. ¿Como hacer que esté y otros tantos artículos tuyos, se convirtieran en un libro de crónicas educativo y que algunos como este, se volvieran panfletos que le llegarán al barrio. cuando terminemos de salir de esta pesadilla.
ResponderEliminarUn abrazo JF
Gracias Juan.
EliminarYa veremos , ojalá perduren y con el tiempo se puedan extraer algunos.
Claro, como dices, al salir de esta pesadilla.
Un gran abrazo.
La frase sembrar el petróleo de Adriani ha sido sinónimo de gasto público no retornable. La mejor idea es desmontar el rentismo petrolero, que parte de esos ingresos sirvan para diversificar la producción primaria y las industrias todas (pequeñas, medianas y grandes) pero no a fondo perdido sino devolviendo al Estado ese capital para inversión social...el estado de bienestar general es sembrar el petróleo. Malbaratar y saquear es un crímen varias veces cometido...
ResponderEliminarCierto, se requiere toda una estrategia para aprovechar la renta, que en democracia no se logró transformar en un país sustentable, y en estos últimos años se ha reflejado en un país destruido. Saludos!
EliminarBuenos días Rafael.... excelente artículo, claro como los demás....Dios quiera, sirvan como estudios, para futuras generaciones.... saludos y abrazos fraternos ....
ResponderEliminarGracias Henry. Gracias por ese comentario tan estimulante. Ojalá como dices, estos artículos trasciendan. Afectuoso saludo!
EliminarExcelente artículo. Muchas lecciones que debería considerar el nuevo presidente de Venezuela. También sus recomendaciones. Sembrar el petróleo es una frase que abarca amplia dimensión. Entre ellas la mejor educación para el pueblo. De forma tal que el hombre se pueda valer por si mismo y dependa menos del estado.
ResponderEliminarGracias César. Excelente comentario. Y como dices, la mejor inversión es la Educación.
EliminarOjalá aprovechemos la renta que viene por ahí.
Un abrazo!!!
Excelente articulo para ser tomado en cuenta para un futuro programa de gobierno.Que la consigna de sembrar el petróleo sea el norte que impulse el desarrollo de nuestro pais. Felicitaciones Rafael por tu valioso aporte con excelentes ideas para impulsar el devenir de nuestro país.
ResponderEliminarGracias Luis.
EliminarMil gracias. ios quiera los próximos gobiernos utilicen bien la renta petrolera, que Dios Mediante, volverá. Un gran abrazo.
Se nota la ausencia de otra historia no contada. El nacimiento del "PetroEstado" simultáneo con la estatización de la Industria petrolera y el lanzamiento de la Gran Venezuela apuntalada en empresas estatizadas con acceso a abundante dinero. La ruina de la CVF, FIV, CADIVI y todos sus clones, BTV y las bancarrotas del Banco Industrial y de alli el grandespelote de Chavez y Maduro cabalgando en la renta petrolera del estado empresario. Pero aún se sueña en que el estado empresario petrolero continue como modelo de Nación?
ResponderEliminarCierto Evanán, hay que afincar más en el fracaso del petroestado, para no repetirlo.
EliminarSin embargo, es innegable que hay que prepararse para administrar la próxima renta que viene si resucita la industria petrolera.
No se trata de un Estado empresario - es obvio que eso de debe minimizar - sino de un Estado que administre esos ingresos para el logro de un país sustentable, con estrategias y máxima participación de las empresas privadas.
Ujn abrazo!