SALVAR A CITGO - AHORA O NUNCA

RAFAEL GALLEGOS 640

La historia de Pdvsa en “revolución” es tan deprimente como la historia de Venezuela en “revolución”. El país de hoy es la cuarta parte de 1998, al igual que su producción petrolera. Para remate, Citgo está a punto de perderse para los venezolanos. Sería la guinda de la torta de la destrucción de nuestra industria petrolera.

A continuación analizaremos los orígenes, el desarrollo y el significado de Citgo, así como la imperiosa necesidad de que continúe siendo venezolana. Veamos:

Durante la nacionalización del petróleo… que fue un proceso adelantado sin politiquería, sin estridencias, con gerencia y sobre todo con visión de futuro.

Para minimizar las dificultades de comercialización de nuestros mayoritarios crudos pesados, se desarrolló la “Internacionalización de Pdvsa”, que consistió en comprar refinerías en Europa y Estados Unidos, a objeto de colocar esos difíciles crudos desde el pozo hasta los tanques de gasolina de los centros de consumo más importantes del mundo. De la vaca a la boca.

En Estados Unidos, Pdvsa llegó a participar en ocho refinerías y a surtir de combustible el 10 % del mercado norteamericano. Aunado a la Internacionalización adelantada en Europa, nuestra industria petrolera incrementó su capacidad de refinación desde 1,2 millones de barriles por día, hasta casi tres millones, en Venezuela, el Caribe, Estados Unidos y Europa.

Además, en 1998 Venezuela producía más de tres millones de barriles de petróleo por día, y se estimaba que se llegaría a casi seis millones en pocos años. El país estaba destinado a ser el cuarto productor de petróleo del mundo, tras los gigantes Estados Unidos, Arabia Saudita y Rusia.

Hoy, luego de 25 años de gobierno, somos apenas un minoritario productor en la OPEP, y como usted lo palpa - paradoja de paradojas - escasea la gasolina en el país con “las mayores reservas de petróleo del mundo".

Cuando llegó la “revolución”…

Para no entrar en detalles, entre 2002 y 2003, el gobierno expulsó de Pdvsa a 23.000 trabajadores muy calificados… y se afincó la decadencia. Pdvsa pasó de ser una “empresa petrolera con contenido social” a ser una “empresa social con algún contenido petrolero”, y a los trabajadores que no fueran rojos rojitos “los vamos a sacar a carajazos”, Rafael Ramírez dixit.

¿Por qué la “revolución” vendió nuestros activos en Europa y Estados Unidos? Muy simple, el crecimiento de Pdvsa no estaba en las estrategias del gobierno. Saben que una producción de seis millones de barriles diarios genera riquezas privadas y que eso implica opiniones políticas de peso, organizaciones políticas con recursos y sobre todo… alternabilidad. Palabra mortal para un régimen que aspira, al igual que Cuba estar en el poder forever, aunque para ello tenga que navegar sobre la miseria del “pueblo”.

A la “revolución” le convenía una petrolera de apenas un millón de barriles o un poco más, suficiente para sostenerse ellos en el poder (la nomenklatura), en medio de un país improductivo, y desmoralizado, cuyas mayorías sobreviven a duras penas mediante dádivas.

En este escenario de decadencia planificada (o destrucción estratégica, como mejor le parezca), las metas de la Internacionalización estaban de más. Por ello comenzaron a vender las refinerías de Europa y las de Estados Unidos, donde apenas quedó Citgo con tres refinerías.

Hay que aclarar que su inoperancia gerencial les jugó una mala pasada, e hizo que se les fuera la mano en la destrucción estratégica. Llegaron al piso de 300.000 barriles de petróleo por día, que hoy se ha elevado a la también muy insuficiente cantidad de 800.000 barriles. Y las refinerías… sin comentarios.

Exprópiese

Paralelamente, el socialismo del siglo XXI inspirado por Fidel Castro y ejecutado por Hugo Chávez, comenzó a ritmo de “exprópiese”, de invasión de haciendas, del “método chaaz” y de “empresa parada empresa tomada”, a acabar con el capitalismo, o sea… con la empresa privada.

En el área petrolera hicieron lo mismo. Expropiaron a las empresas de servicios petroleros en Zulia, luego a Conoco y otras empresas. Igual con Cristalex. Y en general, no cancelaron las expropiaciones. O sea, confiscaron.

Las empresas afectadas, como era de esperarse, demandaron. ¿Se podía esperar otra cosa?

En Estados Unidos un juez ha aplicado el concepto legal de alter ego, que plantea que las deudas son con el Estado venezolano, y que como Citgo es del Estado venezolano, debe pagar con sus activos. Hasta el 19 de septiembre (nueva fecha, antes 15 de julio) reciben las ofertas. Dicen que la subasta, si los venezolanos no hacemos algo, sería en unos siete u ocho meses.

Citgo hoy

Como es sabido, el gobierno “revolucionario” se endeudó con Rusia y puso en garantía el 49 % de Citgo, asimismo hicieron con unos bonos, colocando el restante 50 % como garantía. Para el año 2019, Citgo estaba endeudada por 4.800 millones de dólares y su valor de mercado se estimaba en alrededor de 5.000 millones. Un cuadro poco halagador: colocada como garantía de préstamos en un 100 %, amenazada de cobros por los deudores del gobierno venezolano, y para remate muy endeudada. Semiquebrada.

Posteriormente, por unas condiciones políticas que para no desenfocar el tema y por falta de espacio no analizaremos, el llamado gobierno interino tomó la empresa y nombró una nueva Junta Directiva dirigida por Pdvsa ad hoc, primero presidida por Luís Pacheco, y hasta hoy por Horacio Medina, dos ejecutivos capaces y probos.

Entonces, Citgo resucitó. Los números están a la vista. Incrementaron su capacidad de refinación hasta unos 800.000 barriles diarios, sus ganancias acumuladas en diez trimestres suman cerca de seis mil millones de dólares. Y su valor de mercado por lo menos se triplicó, hoy se habla de unos 14.000 millones de dólares. Ah!, y dejaron de ser garantía para las deudas rusa y de los bonos.

Pero, paradójicamente esos números positivos hicieron a Citgo muy apetecible para los deudores del estado venezolano. Hoy, está cerca de perderse.

Antes de continuar, una pregunta inocente: ¿la justicia norteamericana tendría la misma premura en proceder legalmente si el gran deudor fuera, como antaño, los rusos?

O sea… Citgo está cerca de caer en manos norteamericanas.

¿QUÉ HACER?

Obviamente, si el gobierno “revolucionario” no hubiera expropiado sin pagar, no estaría Citgo en peligro de dejar de ser propiedad de los venezolanos. He ahí la primera – y única- causa.

La subasta de Citgo implicaría, además de la pérdida de un activo cuantioso y fundamental, que nuestra industria petrolera menoscabará la facilidad de colocar sus crudos pesados directamente en los tanques de los vehículos de Estados Unidos, y finalmente se privaría Pdvsa de su presencia en ese importantísimo mercado.

El Ejecutivo de Estados Unidos, es decir Joe Biden, está en capacidad de retrasar la venta de Citgo. Debe hacerlo, sobre todo ante el muy probable escenario de cambio de gobierno en Venezuela, que permitiría negociar para lograr beneficios mutuos.

Además, están obligados a ser coherentes con nuestra lucha democrática.

Si eso no se da, a los venezolanos nos queda como recurso el éxito de la gestión de Pdvsa Ad Hoc en los tribunales norteamericanos, que por ahora no muestra muchas probabilidades de éxito, aunque nunca se sabe.

¿Acuerdo de Citgo?

De cualquier manera, los venezolanos estamos obligados a luchar por salvar Citgo, para los venezolanos. Es la hora de un “Acuerdo de Citgo”, con participación de todo el país - o los que estén de acuerdo a poner la patria por encima de las diferencias - para salvar ese activo.

Citgo. Ahora o nunca.

¿Quiénes participarían en el Acuerdo? Todos estamos llamados, Pdvsa ad hoc, Pdvsa, el gobierno, los simpatizantes del gobierno, los simpatizantes de la oposición, González Urrutia, María Corina, todos los candidatos, los partidos, los gremios, los sindicatos…

Un “Acuerdo de Citgo” con un impacto similar al Pacto de Punto Fijo. Líderes que promuevan documentos dirigidos a centros de decisión, movilizaciones, creación de conciencia, presencia en foros nacionales e internacionales, redes…

Además de estar orientado a salvar ese vital activo, el Acuerdo podría ser el comienzo de una negociación que nos guste o no nos guste, es imperativa para el futuro democrático de Venezuela.

Es hora de que los venezolanos comencemos a ganar. ¿Hasta cuándo?

PD: Se acerca el 28 J. Todos – todos- a ejercer la democracia… para salvarla.





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