EL BARROSO 2, UN REVENTÓN … DE VENEZUELA

 

Rafael Gallegos    Blog 568              

El 14 de diciembre se cumplieron cien años del reventón del pozo Barroso 2, que produjo 100.000 barriles diarios de petróleo durante diez días. El mundo volteó los ojos hacia Venezuela, que seis años después se convertiría – por décadas-   en el primer exportador de petróleo en el mundo. 

Pero más allá de este suceso, el pozo Barroso 2 significó un reventón en la historia de Venezuela. Aquel país sencillo, pobretón y repartido entre caudillos regionales y semianalfabetas, daba paso de manera acelerada a otro que ni los cerebros más imaginativos pudieron vislumbrar.  

Al gobierno de Juan Vicente Gómez le correspondió usufructuar los primeros ingresos petroleros. A los enchufados de entonces les adjudicaban concesiones que eran traspasadas a transnacionales obteniendo pingües beneficios.

En 1920, bajo el liderazgo de Gumersindo Torres se elaboró la primera Ley de Hidrocarburos. No les gustó a las transnacionales, entonces el complaciente Juan Vicente Gómez les dijo “hagan ustedes las leyes porque son los que saben de petróleo”. Al pobre Gumersindo lo sacaron del Ministerio de Fomento. Regresó años después - en 1929 - al gobierno y siguió su honesta lucha. Fue cuando expresó que los impuestos que se cobraban a las petroleras eran tan bajos y las exoneraciones aduanales tan altas, que hubiera sido preferible no cobrarles impuestos a las petroleras, sino los aranceles aduanales.

Gómez devino en un dictador de petróleo. Su régimen fue de terror y su corrupción gigantesca, era el hombre más rico de Venezuela, sus haciendas tomadas de la mano llegaban desde Maracay hasta los andes. Dejó una Venezuela palúdica, con un promedio de vida de 34 años y 80% de analfabetas, que hacía contraste con la condición de país primer productor y segundo exportador de petróleo en el mundo.

Es decir, Venezuela seguía tan pobretona como antes del reventón. ¿Dónde estaban los reales?

SEMBRAR EL PETRÓLEO

Al morir Gómez, se despertaron los poderes creadores del país. Arturo Uslar Pietri acuñó la frase “sembrar el petróleo”, que se convirtió en un emblema y orientó la necesidad de transmutar el petróleo en una economía sólida. Luego Medina Angarita lideraría la Ley de Hidrocarburos de 1943, que le alargó los pantalones a la relación de las transnacionales con el país.

El primer gobierno de Betancourt se caracterizó por incrementar la participación de los venezolanos en el negocio. Hubo logros en educación, servicios, salud, infraestructura. Los primeros pininos de la democracia. Luego vino el golpe a Don Rómulo Gallegos, y la dictadura de Pérez Jiménez, que en un ambiente de cero libertades y represión, utilizaría las divisas petroleras en importantes obras de infraestructura.

El advenimiento de la república civil en 1958, trajo grandes logros en educación, crecimiento del interior del país, infraestructura, y salud.

Hay que recordar que Venezuela fue entre 1936 y 1976, el país con mayor crecimiento porcentual del PIB en el mundo. Una especie de Qatar latinoamericano.

A partir de 1973, como consecuencia de la guerra del Yom Kippur primero, y luego de la caída del Sha de Irán, se multiplicaron los precios del petróleo y los ingresos de Venezuela. A pesar de éxitos como el Plan de becas de Ayacucho, y muchas obras de infraestructura, el país pasó en apenas una década de poseer inmensos ingresos, a tener una deuda gigantesca.

¿Qué había sucedido?, a la vera de los ingresos petroleros se duplicó la burocracia y se multiplicó el gasto público, la moneda era mucho más dura que la capacidad de exportación de la industria, los empresarios estaban protegidos, y se solicitaron préstamos a la banca internacional confiando en la eterna subida de los precios del petróleo.

Por otra parte, los ingresos petroleros, crecientes desde la época de Gómez, afectaron la mente del venezolano. El nuevoriquismo trajo el facilismo como filosofía. El dinero llovido en abundancia desde el Estado, hizo que se perdiera la relación esfuerzo - éxito. Los millonarios a la sombra del presupuesto se multiplicaron. Y nos acostumbramos a esperar el estornudo de un jeque árabe para subir nuestros ingresos.

La economía – a pesar de comprobables logros- se hizo muy dependiente del petróleo. Ante esta evidencia, Uslar Pietri advirtió (profetizó) que, sin los ingresos petroleros, Venezuela se convertiría en un caso de la Cruz Roja Internacional.

Luego vendría la destrucción estratégica (made in La Habana) disfrazada de “revolución” a que hemos estado sometidos estos 24 años. Sin comentarios por no contarle cuentos a usted, que padece esta historia.  

LA ENFERMEDAD HOLANDESA Y EL SÍNDROME DE ESTOCOLMO

La llamada Enfermedad Holandesa afectó a Venezuela. Las divisas petroleras solaparon la economía. Moneda dura, estado gigante, industria protegida… una economía dependiente del petróleo. A la larga se generó inflación, pobreza, desmoralización y decadencia de la esperanza.

Luego surgió Chávez, no por generación espontánea, sino al lograr capitalizar políticamente la inflación, la pobreza y la desesperanza. Se transformó en un mesías que ofrecía venganza, y solapadamente portaba un plan de destrucción del capitalismo, que terminó deshilachando a Venezuela.

Y el Síndrome de Estocolmo, reacción psicológica en la que la víctima de un secuestro adora a su secuestrador, ocurrió con la “revolución”. En las elecciones, el “pueblo” apoyó la destrucción una y otra vez. Como si votara por el ingreso mínimo más bajo del mundo occidental, por la destrucción de Pdvsa, por un desempleo superior al 30 %, o por el desvalijamiento de la patria. Es como si desde su hambre el “pueblo” cantara “secuéstrame otra vez”. Increíble.

ELIPSIS PETROLERA

Luego del Barroso 2, Venezuela pasó de ser un rincón pobre y atrasado, a ser un país con altos niveles de vida. Sin embargo, fue víctima de la llamada Enfermedad Holandesa y del Síndrome de Estocolmo, y regresó a la pobreza. Todo en menos de cien años.

Hay algo peor que ser nuevo rico: ser nuevo pobre.  

SOLUCIONES

En primer lugar, conocer la historia para no repetirla.

Por ende, cambiar las mentes (con la educación), la economía (con estrategias liberales) y superar los déficits sociales (con políticas pobreza cero y democracia).

Aprovechar las potencialidades petroleras que aun ofrecen un horizonte de dos generaciones.

Es la hora de liderazgos que provoquen otro reventón.  Más que ser la hora, es urgente.

Un reventón político.

PD: Feliz Navidad y un excelente año 2023 lleno de logros y de conquistas democráticas. Hasta el 15 enero.

Esta columna se publica en Informe21, Noticiero Digital, Emisora Costa del Sol 93,1 FM, y Revista Petroleum

 

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