SANCIONES: ¿ACTOR SECUNDARIO, O ESTRELLA DE LA PELÍCULA?
Rafael Gallegos Blog 536
Observar la discusión acerca de las sanciones hace recordar el chiste del señor que encontró a su esposa haciendo el amor con otro en un sofá, y su solución fue… vender el sofá.
Porque parece que la lucha por la reimplantación de la democracia se ha desviado
de su fondo y se ha centrado en las sanciones… en el sofá. Las sanciones son
apenas un actor de reparto en esta crisis, y pareciera que quisiéramos
considerarlo como actor principal, como la estrella de la película.
Centrar el debate en las sanciones es caer en la trampa gatopardiana del
gobierno (cambiar para que todo siga igual), que pretende que creamos que, con su
eliminación, Venezuela va a superar esta profunda crisis.
La realidad es que con sanciones y sin sanciones, en el fondo todo seguirá
más o menos igual. Las sanciones no han ocasionado esta profunda crisis de
país, ergo, eliminar las sanciones no permitirá superarla.
El origen de la crisis está en la destrucción estratégica, de Pdvsa, de
Guayana, de la agricultura, de la industria, de las universidades y de la
educación, en la “inflación inducida” (por el gobierno), en el dinero
inorgánico (emitido por el gobierno), en la corrupción, en los exprópiese, en
las tomas de haciendas con revolver al cinto, en las expropiaciones y
confiscaciones, en la minimización de la banca, en el desmantelamiento del
país. En las elecciones plagadas de ventajismo que logran que ganen los más
repudiados.
Y nada de eso tiene que ver con las sanciones. Si por un milagro
político, Venezuela amaneciera sin sanciones económicas… ninguno de estos problemas
descritos sería resuelto.
Por ejemplo, en el área petrolera, si eliminaran algunas sanciones seguramente
se incrementaría en unos cuantos barriles la producción de petróleo, jamás como
los niveles anteriores. Y seguiría la escasez de gasolina, de diésel de gas
para las cocinas, de combustible para la electricidad, ya que el daño que le
ocasionó la “revolución” a las refinerías, no tiene nada que ver con las
sanciones.
Para lograr resucitar a la industria petrolera se requerirían miles de
millones de dólares al año durante varios años. Y esos volúmenes de dinero sólo
lo traen los inversionistas cuando los gobiernos generan confianza. Y la
profunda desconfianza que genera este gobierno…no tiene nada que ver con las
sanciones.
Similar sucedería con el resto de la economía si se eliminaran las
sanciones. Claro que habría un impulso, más ahora cuando el gobierno hace
esfuerzos por despedir al socialismo y de la mano busca desesperadamente inversionistas
con muchos “dólares criminales” en mano, a objeto de estabilizar la moneda y
abatir la inflación. Habría un efecto
positivo, pero sería una burbuja, un rebote, un pequeño crecimiento. No hay que
ser ciego. Algo sucedería, pero para realmente revertir los efectos de esta
desfachatez llamada “revolución”, hacen falta cambios muy profundos. ¿Qué
tienen que ver la mala calidad de las empresas eléctricas, de agua, de las
telecomunicaciones, del Metro, con las sanciones? Estas afectan; pero apenas
son la guinda de esta gigantesca torta que se comenzó a cocinar en el gobierno
de Chávez.
Y no hay que olvidar que las sanciones provienen de USA y Europa. Que la posición de estos señores ha quedado
clara: te cambio sanciones por democracia.
Si hay una estrella en este complicado escenario, hacia el cual se deben
enfocar los esfuerzos para lograr revertir sistémicamente los resultados del
país, es hacia el logro la Unidad y la estrategia común de las fuerzas
opositoras. Ese sí sería el comienzo de cambios profundos.
HUMO BLANCO COMO EN EL PAPADO
Sin liderazgo unitario no habrá solución a este desbarajuste nacional. Y
éste, lamentablemente está cada día está más diluido. Es necesario que los
líderes, todos: Guaidó, Capriles, López, Ledezma, María Corina, Falcón Ramos
Allup, Velásquez, Fernández, Álvarez Paz… todos los que quieran restablecer la
democracia en Venezuela, se dejen de andar por las ramas. Que se reúnan… y que no suspendan las conversaciones hasta
lograr el humo blanco de la Unidad.
Pero no Unidad de la boca para afuera. Sino respaldada con un compromiso
tipo Pacto de Punto Fijo, que contemple la elección de un líder que encabece el
proceso de llegar al gobierno y la manera de apoyar ese futuro gobierno.
Que contemple un Plan País, ¿qué hacer con Venezuela? Que plantee acciones
políticas, sociales y económicas en el marco de la reimplantación de la
democracia, orientadas a superar esta Venezuela depauperada.
Que desarrolle una Estrategia Comunicacional, que permita transmitir a
la población la necesidad de materializar esos planes para tener un futuro
próspero.
Que tenga suficiente liderazgo para guiar a los venezolanos a la toma
del poder, para hacerlos vibrar y creer que sí se puede.
Parece simple, pero no es mágico. Y menos con esta oposición fracturada y
dispersa que, y duele decirlo, cada vez luce menos capacitada para capitalizar
este gigantesco descontento nacional.
Lo demás, es seguir peleando que si por la carta de los 25, o por la carta
de los 68. Que si sanciones sí, que si sanciones no. Ya basta de que los
opositores parezcan enemigos entre ellos. Que olviden las prioridades. Es hora
de paretizar, de ir al fondo de los problemas.
La verdad es que Biden no saldría de su sorpresa leyendo la
contradicción que encierran esas cartas (de los 25 y de los 68) dirigidas desde
el mismo bando (la oposición). El presidente norteamericano tal vez se pregunte
si esas cartas tan disímiles no las habrá estimulado el gobierno para
fortalecerse con aquello de “divide y reinarás”.
Y mientras tanto, Maduro… se ríe.
Mejor sería que esos 93 cartistas (25+68), orientaran sus esfuerzos a dirigir
una misiva a los líderes de oposición exigiéndoles la Unidad. Tendrían más que
un pleno respaldo, el aplauso nacional, que pide a gritos un liderazgo que lo
ayude a superar esta profunda crisis.
Ya basta de darle el Oscar de actor principal a las sanciones, que
apenas son actores de reparto. La estrella de esta película es la Unidad. Lo
demás… es derrota.
¿Será que prefieren que la ciudadanía los “sancione” y se busque un
outsider?
El liderazgo debe dar la talla. Venezuela está cansada de pasar hambre
sentada en un barril lleno de petróleo.
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Venezuela merece una industria petrolera de primera, que sea capaz de
contribuir a la construcción de un país de primera. ¡Hasta cuándo!
Esta columna se publica en Noticiero Digital, Informe 21, Emisora Costa del Sol, revista Petroleum, y en otros medios.
Totalmente de acuerdo con lo expresado en este artículo, menos en lo que a los actores políticos se refiere. Creo que algunos que jugaron siempre a favor del gobierno no pueden ser admitidos para formar la unidad. No podemos volver a caer en eso, no podemos repetir la misma historia muy bien conocida. Esos traidores merecen unas sanciones y que se vayan a sus casas.
ResponderEliminarGracias. Es necesaria la Unidad. En mi opinión caben todos los que hagan peso. De lo contrario sería repetir unidades chucutas. Las primarias se encargarán de decantar y elegirán a los líderes más representativos. Creo que hay que concentrarse en el foco ,que es el gobierno.Un abrazo.
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