RÓMULO BETANCOURT, LA UNIDAD Y EL GOBIERNO
Rafael Gallegos Blog 514
El
Pacto de Punto Fijo cumple sesenta y tres años el 31 de octubre. Su firma fue
consecuencia de una lección aprendida por los líderes democráticos de entonces.
Entendieron que, por encima de las diferencias, ambiciones, rivalidades y hasta
necedades, debían actuar con mentalidad unitaria si querían que sobreviviera la
naciente democracia.
Sabían
que era imperativo evitar la repetición de otro 24 de noviembre, que en 1948
sacó de la presidencia a Don Rómulo Gallegos, dando inicio a una cruenta dictadura.
Las
razones de la caída de Don Rómulo Gallegos fueron muchas, entre otras el
militarismo, el sectarismo, la desunión de los líderes civiles. También se
habla de la indecisión y falta de veteranía política del gran novelista, así
como su enemistad con Rómulo Betancourt, llegó un momento que no se saludaban.
CURIOSA
“FAMILIARIDAD” EN LAS CONSPIRACIONES
En
diciembre de 1946, en pleno trienio, el teniente coronel Juan Pérez Jiménez, hermano
mayor del también teniente coronel Marcos Pérez Jiménez, jefe de Estado Mayor
General, estuvo entre los líderes de un intento de golpe de estado junto al teniente
coronel Julio César Vargas, a su vez hermano del mayor Mario Vargas, miembro de
la Junta de Gobierno presidida por Betancourt. ¿Un golpe familiar?
Además,
se dijo que Copei alentó el movimiento. Y Jóvito Villalba fue detenido por
averiguaciones.
Juan
Pérez Jiménez era un militar muy preparado, al igual que su hermano número uno
de su promoción. Como dato curioso, el dictador Juan Vicente Gómez cuando ambos
hermanos eran cadetes, le había ordenado a su ministro Eleazar López Contreras que
los botara de la escuela. ¿La razón?: el hermano menor de ellos, el futuro
abogado Francisco Pérez Jiménez, había sido descubierto con un libro de
tendencia comunista.
Se
salvaron porque el general López Contreras logró convencer al benemérito de que
dejara a los hermanos continuando los estudios. Cosa que por cierto no hizo con
su hijo Eleazar López W., cadete detenido en el golpe frustrado de Rafael
Barrios en 1929. Eleazar hijo que permaneció varios años en La Rotunda sin que
su padre hiciera la menor diligencia con su jefe JVG.
En
la intentona militar referida de diciembre de 1946, Marcos Pérez Jiménez y
Mario Vargas controlaron con facilidad a sus hermanos Juan y Julio César.
Tal
vez la rivalidad entre los hermanos Vargas se inició el 18 de octubre del 45.
Julio César aspiraba a ser parte de la Junta de Gobierno; pero Delgado Chalbaud
le dijo que no podía porque su hermano Mario ya formaba parte de ella,
representando a la oficialidad media y baja. Luego, el 24 N, a la caída de
Rómulo Gallegos, los hermanos se encontraban en bandos diferentes, Mario con el
gobierno y Julio César con los golpistas.
Como
último dato familiar, Carlos Delgado Chalbaud era considerado como un hijo por Rómulo
Gallegos. En 1935, ambos con sus respectivas esposas, habían vivido bajo el
mismo techo en España. El derrocado presidente el 24 de noviembre ha podido
imitar a César con Brutus y decirle al ministro golpista: ¿tú también hijo mío?
Aunque
no se descarta que Carlos Delgado Chalbaud hubiera dado prioridad a su
parentesco con su prima Doña Flor Chalbaud de Pérez Jiménez, esposa de Marcos
Pérez Jiménez.
Es
que hay cada familia… como podría haber dicho Rimbaud
VILLALBA
Y CALDERA EL 24 DE NOVIEMBRE
Al
caer Rómulo Gallegos, ni Jóvito Villalba ni Rafael Caldera protestaron. Su
silencio fue revelador. Ambos hicieron migas con el nuevo presidente Delgado
Chalbaud. Al pasar del tiempo fueron “trampeados” electoralmente por la dictadura,
exiliado Jóvito, y Caldera perseguido, baleada su casa y finalmente exiliado.
La
división y rivalidades extremas de los líderes, favoreció la dictadura.
EL
SECTARISMO ADECO
El
mismo Betancourt reconoció que el millón de votos los hizo arrogantes y que las
luchas interpartidistas (AD, Copei, URD y PCV) fueron feroces. “Durante el trienio existió una guerra civil incruenta entre los partidos y una manera casi
bestial de embestirnos mutuamente”, escribió Betancourt. Años después
Carlos Andrés Pérez dijo que la caída de Rómulo Gallegos fue por una asonada
militar aupada por una oposición que había extremado las tensiones.
Adicionalmente
hay que agregar la inocencia que encerró la frase pronunciada por el insigne
novelista-presidente ante la pregunta de Otero Silva sobre los rumores de
golpe: “¿usted piensa que si yo creyera eso estaría empantuflado?”.
A los
pocos días, Gallegos estaba en La Habana pidiendo asilo.
EL
PACTO DE PUNTO FIJO
Los
lideres fundamentales de los tres principales partidos AD, Copei y URD;
Betancourt, Caldera y Villalba, acordaron en el Pacto las bases de la futura
gobernabilidad. Rómulo Betancourt excluyó a los comunistas.
Acordaron
respetar los resultados electorales de 1958. Hay que aclarar que tanto
Betancourt, como Villalba con su candidato Larrazábal (ya casi lanzado),
aspiraban ganar las elecciones. Y que Caldera estimaba una gran votación para
su candidatura.
También
manifestaron su rechazo a intervenciones militares. Sin este pacto, el gobierno
de Betancourt hubiera sucumbido en el Barcelonazo, el Porteñazo o el
Carupanazo. Es oportuno destacar a los valientes militares demócratas que
enfrentaron a los golpistas y a la guerrilla liderada por Fidel Castro, el Lex
Luthor latinoamericano.
Finalmente
acordaron una política de alianzas y un programa mínimo de gobierno a partir de
1959.
Sin
el Pacto de Punto Fijo, el primer gobierno de la república civil hubiera sido
derrocado.
LECCIONES
APRENDIDAS
Los
líderes de Punto Fijo, habían aprendido de su fracaso de los años cuarenta, y
lograron implantar un sistema democrático duradero.
Los
líderes venezolanos de hoy deberían revisar estas historias, que bien vistas
son un faro para el futuro. Hay tiempo de superar esta “guerra civil incruenta
entre los partidos y una manera casi bestial de embestirnos mutuamente”
(escrito de RB).
La
actitud de nuestros líderes políticos de hoy se parece más a la del 24 de
noviembre, que a la del 31 de octubre.
Es
la hora que todo el liderazgo opositor comiencen a negociar entre ellos. Guaidó, López, Capriles, María Corina,
Falcón, Ledezma, los chavistas disidentes, todos los que de verdad quieran
rescatar la democracia… y los que no, que se aparten.
A
buscar coincidencias, delimitar diferencias, establecer un plan de acción para
reimplantar la democracia y un programa mínimo de gobierno.
Un
nuevo Pacto de Punto Fijo es urgente si queremos evitar que la “revolución”
bata el récord de permanencia de un régimen en Venezuela. ¿Cuándo?, saque
cuentas, como la mayonesa falta poco: 31 de enero de 2025.
La Unidad
posible para las elecciones de gobernadores, y sobre todo máxima Unidad para la
ruta del revocatorio. ¿Difícil? Muy cierto. ¿Pañuelos en la nariz?, seguramente.
¿Costo político?, tal vez sí; pero tal
vez no. Pero tengan claro: La No Unidad es
derrota y oscurantismo. En principio una estrepitosa derrota el 21N. Culpa
propia… a asumirla sin echarle la culpa
a Maduro.
Es
hora de aprender de nuestra historia, para no repetirla tanto. Cansa.
-----------------------------------------------------------------------------------------------------Venezuela merece una industria petrolera
de primera, que sea capaz de contribuir a la construcción de un país de
primera. ¡Hasta cuándo!
Esta
columna se publica en los medios digitales El Diario de Caracas e Informe 21,
así como en la revista Petroleum.
Los líderes aprendieron una lección, pero las siguientes generaciones de lideras las olvidaron, triste que tengamos que pasar por el aprendizaje de nuevo
ResponderEliminarHola Manuel, lamentablemente tienes razón.
EliminarUn abrazo.