CON LA DEMOCRACIA, ¿SE VIVÍA MEJOR?
Rafael Gallegos Blog 507
La
ruta democrática que, con altibajos siguió Venezuela desde 1945 hasta el
advenimiento de esta “revolución”, está íntimamente relacionada con la
trayectoria de los partidos políticos AD y sus divisiones MIR, ARS, MEP; con los
tradicionales Copei y URD, con el partido uslarista FND, con los izquierdistas PCV,
MAS, PRIN, VPN, FDP, con el MIN de Ottolina, y el emergente a destiempo NGD, entre
otras organizaciones.
Y
por supuesto con los líderes Rómulo Betancourt, Rafael Caldera y Jóvito
Villalba, entre muchos otros.
El 4
de febrero de 1992, surgió el carismático Hugo Chávez, que supo capitalizar la
decadencia del sistema y en pocos años llegó a la presidencia de la república,
iniciando el largo ciclo de esta “revolución” que padecemos los venezolanos.
Hoy
haremos un somero análisis comparativo de esas dos etapas, Democracia, y
“Revolución”, a objeto de extraer lecciones que puedan ser útiles en el urgente
diseño de una nueva Venezuela.
AQUELLOS
POLÍTICOS QUE NOS GOBERNARON
La
generación del 28 fue un punto de inflexión. Representó un nuevo liderazgo que
adelantó una propuesta democrática moderna, y nuevos esquemas de
desarrollo.
Al
morir Gómez, militares como López Contreras, Medina Angarita y otros, supieron
dirigir la transición post gomecista.
A
partir del golpe del 18 de octubre, se plantea al país una democracia
representativa moderna, una explosión educativa, un proceso de
industrialización en un país sin empresarios, cambios profundos en el agro, y
una eficiente relación con la industria petrolera, que ya venía desde Medina.
Una nueva generación lidera al país. Betancourt,
político e intelectual, encabezó la organización de AD y su concepto
policlasista. Jóvito Villalba, líder de URD, de gran visión y carisma. Rafael
Caldera, fundador del socialcristianismo en Venezuela. Raúl Leoni, experto
laboral y político de altura. Podríamos seguir con Gonzalo Barrios, Andrés Eloy
Blanco, Rómulo Gallegos, Prieto Figueroa, Ruiz Pineda, Arturo Uslar Pietri,
Otero Silva. La lista es interminable y sé que injusta porque deja mucha gente
afuera. Pero la idea es mostrar la gente capaz que forjó la democracia, apoyada
por la entonces joven generación del 45, muy vapuleada; pero que la historia la
colocará en su justo sitio.
Ente
todos construyeron esa democracia con muchos defectos; pero que agregó tanto
valor al país, por décadas.
EL
PACTO DE PUNTO FIJO
Pérez
Jiménez significó diez años de oprobio, que para permanecer en el poder requirieron
de presos y torturados en los sótanos de la Seguridad Nacional, de Guasina y de
Sacupana, y de miles de exiliados, así como de dos fraudes electorales.
El
23 de enero de 1958, Wolfang Larrazábal, un militar demócrata a quien no se le
ha reconocido su maravilloso rol, encabezó la salida del dictador y luego la transición
hacia la democracia.
El
31 de octubre de 1958 se firmó el Pacto de Punto Fijo. Lo acordaron Betancourt,
Caldera y Villalba, a objeto de hacer un equipo que respaldara la
sostenibilidad de la democracia.
LA
PRIMERA ETAPA DE LA DEMOCRACIA
El
presidente Betancourt, acosado por los militares y por la izquierda encabezada
por Fidel Castro, logró sobrevivir. Las divisiones de AD, dejaron al partido
sin juventud.
Luego
los presidentes Leoni y Caldera continuaron derrotando a la subversión y
emprendieron un exitoso proceso de pacificación.
Los
logros de ese período son claros. La inflación fue de un dígito bajo. El poder
adquisitivo iba en ascenso. La explosión educativa impactó por décadas la
calidad profesional y técnica de Venezuela.
Hubo crecimiento significativo de las ciudades del interior. Crecimiento
de la producción industrial y agrícola. Autopistas, caminos agrícolas, puentes
sobre el Lago de Maracaibo y Río Orinoco. El majestuoso Guri y otras represas.
La CVG con su hierro y aluminio. Fundación de Ciudad Guayana y muchas obras más,
impresionantes desarrollos urbanísticos. En quince años… y en democracia.
Como
contrapartida, se aceleró el crecimiento de la marginalidad en los cerros de
Caracas y en las grandes ciudades, y comenzó el agotamiento del modelo de
sustitución de importaciones.
SEGUNDA
ETAPA
Se
inicia con el triunfo de CAP, que coincidió con la espectacular alza de los
precios del petróleo. Se nacionalizaron el petróleo, el hierro y el aluminio. Obras
extraordinarias: Programa de becas Ayacucho, adelanto de Guri, creación de hospitales,
escuelas y universidades, módulos de Apure. Logros laborales.
Sin
embargo, se generó una gigantesca deuda y se duplicó la burocracia. Se implantó
un capitalismo de estado.
En
el balance, no se administró la “bonanza con criterio de escasez”. Al cabo de
diez años la súbita riqueza dio paso a una obligada devaluación por falta de
divisas, inflación, improductividad. Y se manifestó un drástico vencimiento de
los resortes morales.
Los
presidentes Luis Herrera y Lusinchi apenas trataron inútilmente de tapar
goteras.
En
su segundo período, CAP trató con mucha resistencia, de enrumbar al país con un
esquema liberal. Implantó un paquete de medidas económicas a objeto de
desmontar protección, subsidios, burocracia, estabilizar los déficits y en
síntesis construir una economía competitiva. Cuando medidas comenzaron a dar
resultados: la inflación bajaba, la moneda se estabilizaba y el crecimiento era
récord en América Latina; surgió la intentona golpista del 4Fsecundada por la
del 27N. Fracasos militares y triunfo político. A partir del 4F, el paquete de CAP
perdió fuerza. En 1993, renunció a la presidencia como un triunfo de los
“notables”, que están a la espera de la factura de la historia.
Luego
el presidente Caldera y su superministro Petkoff enderezaban con cierto éxito los
entuertos; pero el precio del petróleo se desinfló, y en medio la pérdida de
credibilidad de los lideres tradicionales, el nuevo mesías Hugo Chávez, cual
flautista de Hamelin, convenció a los venezolanos para que lo siguieran (hacia
el barranco). Planteó el derrumbe de todo, para construir un nuevo país.
- Que frían las cabezas de los adecos… y de los
copeyanos – era vox populi.
Lamentablemente,
en lugar de perfeccionar la democracia, el pueblo prefirió acabarla. Arrastrando
lo malo… y lo bueno. Y votó por Chávez.
Sin
echarle la culpa a nadie…cada quien que asuma su responsabilidad.
LA
“REVOLUCIÓN”
Llegó
el comandante y mandó a parar. Con el apoyo de los electores, y de algunos
medios de comunicación que creyeron que
Chávez era un atajo para llegar al poder.
En
una ilusión de armonía, como diría Naim, y aprovechando el gigantesco boom
petrolero de años que le tocó, la “revolución” utilizó los ingresos petroleros para
posicionarse políticamente a nivel internacional, para el despilfarro y para el
grosero enriquecimiento de muchos de sus adláteres. Y llenó al país de dádivas
que reflejaron buenos indicadores sociales y de consumo, mientras paralelamente
de destruía la economía con base en exprópiese, invádase, empresa cerrada
empresa tomada, el millardito y toda una política exprofeso de destruir el país
para comerte mejor.
No
es ni casual ni equivocación la destrucción de Pdvsa, el desvalijamiento del
Guri, el despilfarro sin culpables de Tocoma, el acabose de las empresas telefónicas,
de agua y de servicios.
Cuando
se acabaron las divisas de Pdvsa, la “ilusión de armonía”, dio paso al hambre, que
amenaza con convertirse en la primera hambruna petrolera de la historia.
Todo
estaba cual chapulín, fríamente calculado. El derrumbe de la producción
nacional era una meta de la destrucción estratégica… para comerte mejor y
permanecer para toda la vida en el poder. El modelo cubano.
El
resultado de veinte años de “revolución”: récord mundial de inflación, de
devaluación, pensiones y sueldos para indigentes; seis millones de venezolanos
que se han ido, lo que genera familias rotas; índices de pobreza y de desempleo
vergonzosos para un país con tanto potencial, hambre, y casi cero en
infraestructura.
No
solo no han construido, sino que lo que existía… está desmantelado. La
democracia construyó Pdvsa y la “revolución” la destruyó… construyó el Metro,
orgullo de la democracia y la “revolución” lo ha convertido en una vergüenza…
construyó extraordinarias universidades autónomas y la “revolución” las arruinó…
construyó la CVG e idem...sume y siga…
¿CON
QUIÉN SE VIVE MEJOR?
¿Qué
cree usted? No hay que ser genial para responder esta pregunta. No hay
comparación posible.
La
democracia, con todos sus defectos, es infinitamente superior a la “revolución”.
Acepto debate (de altura).
El
período democrático trajo calidad de vida, y esta “revolución” un período tan
terrible que parece de guerra.
¡Ah!,
y por ser demasiado obvio, no he querido comparar a “aquellos políticos que nos
gobernaron”, con estas luminarias que hoy nos gobiernan.
Nos
corresponde rescatar la democracia. No podemos entregar a las siguientes
generaciones este país roto. Somos más y tenemos razón. ¿Entonces?
País
desvencijado solicita liderazgo que capitalice las grandes mayorías. Urgente.
-----------------------------------------------------------------------------------------Venezuela merece una industria petrolera
de primera, que sea capaz de contribuir a la construcción de un país de
primera. ¡Hasta cuándo!
Esta
columna se publica en los medios digitales El Diario de Caracas e Informe 21,
así como en la revista Petroleum.
Me parece muy bueno el análisis pero bastante mezquino con Pérez Jiménez, nadie dice que no fueran años de oprobio, pero podría haber dicho 10 años de oprobio donde se construyó la ciudad universitaria, la Av Bolívar, la panamericana, la autopista a Tejerias, Los Próceres, El Círculo Militar, El Silencio, los teleféricos de Merida y del Ávila incluido el Humboldt, la concha acústica de Bello Monte, los superbloques del 23 de Enero, etc. Hasta el Puente Sobre el lago se terminó después, pero Pérez Jiménez lo dejo diseñado y planificado.
ResponderEliminarEso si lo comparamos con las nulas obras de Chavez y su combo que antes de construir, han destruido todo lo construido y no sólo en infraestructura, instituciones, educación, economía, ética, etc, hace una gran diferencia con estos 22 años de oprobio.
Cierto. He podido asomar algo al respecto. Por cierto, tema de otra discusión.
EliminarSin qquerer excusarme, el centro del artículo era comparar al chavismo con la "revolución".
Gracias por el comentario.