LA INTERNACIONAL DE LAS DEMOCRACIAS
Rafael Gallegos Blog 497
Estados
Unidos inició su Independencia con trece estados y se expandió hasta cincuenta.
¿Hasta dónde esa unificación ha influido en su éxito? Contrariamente, ¿tantas
patriecitas al sur del Río Grande han influido en su eterno subdesarrollo?
¿Tendría la misma fuerza mundial y prosperidad Estados Unidos si fueran,
digamos, veinte o treinta países en lugar de uno solo? ¿Y si la parte hispana
de América se hubiera integrado en un solo país, seríamos un subcontinente más
exitoso?
EL
ESPACIO VITAL
En los
albores del siglo XX Estados Unidos era una potencia que requería del Mar Caribe
para sus designios. De allí la dominación de Puerto Rico y de Cuba. La
“liberación” de Panamá de Colombia fue un imperativo de la construcción del
Canal. El Caribe se fue convirtiendo en
el patio trasero de Estados Unidos. Las repúblicas hispanas, débiles y
separadas, se limitaron a cumplir designios imperiales. También hay que
recordar la historia de las bananeras, muy bien descrita en el relato novelado “Tiempos
recios” del maestro Vargas Llosa, designado el libro del año 2020 en España.
LA
INTERNACIONAL DE LAS ESPADAS
Para
los años cincuenta Latinoamérica estaba minada de dictaduras militares. Somoza,
Odría, Pérez Jiménez, Perón, Rojas Pinilla, Trujillo, Batista y paremos de
contar. Dictaduras que eran producto de la guerra fría: el comunismo soviético
versus el capitalismo. En Estados Unidos el anticomunismo fue una cruzada que
arruinó prestigios y economías. La meteórica carrera de Richard Nixon, a los 37
años vicepresidente de Estados Unidos, está asociada a su rol como inquisidor
anticomunista. Estados Unidos se sentía más seguro con militares represivos y
obedientes, que con demócratas que ellos consideraban procomunistas.
Hacia
la segunda parte de esa década de los cincuenta, las dictaduras comenzaron a
caer como barajitas y fueron sustituidas por gobiernos democráticos. Rómulo Betancourt
se convirtió en la referencia democrática del Caribe. La referencia dictatorial
era el dominicano Rafael Leonidas Trujillo, alias Chapita.
El 14
de junio de 1959, Fidel Castro, secundado por Betancourt, intentó invadir República
Dominicana desde Cuba. En medio de muchas emociones salió del aeropuerto el
primer grupo. El planificado segundo lote, nunca salió. El gobierno
norteamericano le comunicó a Fidel Castro que si no abortaba la operación, invadirían
Cuba. Castro se echó para atrás. A los patriotas dominicanos los masacraron.
En
1960 Trujillo intentó asesinar a Betancourt. En mayo de 1961 Trujillo fue
asesinado por su misma gente.
Fidel
Castro se constituyó en la tercera referencia política del Caribe: el
comunismo. Trató de tomar a Venezuela como cabeza de playa para su revolución y
fue derrotado por la democracia venezolana. En Latinoamérica ningún movimiento
guerrillero llegó al poder, hasta el arribo de los sandinistas en Nicaragua.
En
1968, la invasión a Checoslovaquia desnudó al llamado comunismo real. A partir
de allí tomó fuerza la idea de hacer la revolución socialista por la vía
democrática. A la izquierda latinoamericana la emocionó el triunfo del
socialista Salvador Allende en 1970. A los pocos años su gobierno fue
derrocado. En el golpe de estado influyeron el fracaso económico, la
polarización del país, la inacabable visita opinando de lo humano y lo divino que
hizo Fidel Castro a Chile, y fundamental, el apoyo norteamericano al golpe.
Se
instaló Pinochet en el poder. Volvieron las espadas como antídoto al comunismo
y con simpatía norteamericana, del cono sur: Uruguay, Chile, Argentina; además en
otros países cercanos.
LA
NUEVA ESTRATEGIA COMUNISTA
Desde
la derrota de la guerrilla venezolana, Castro y otros revolucionarios diseñaron
una nueva estrategia para tomar el poder. Se trataba de carcomer la democracia
desde adentro. De infiltrar adeptos comunistoides en las milicias. En Venezuela
formaron una primera generación que no pudo tomar el poder; luego con el
militar Hugo Chávez, arrojado, simpático y carismático, lograron su cometido.
En
esta estrategia se enmarca la recepción de jefe de Estado que le dio Fidel Castro
a Hugo Chávez en La Habana, cuando la visita que les éste les hizo luego de
salir de la cárcel. Fidel Castro recibió y despidió a un sorprendido Chávez en
la escalerilla del avión. La suerte estaba echada. Nacía el castrochavismo.
La
estrategia era integral, para quedarse de por vida en el poder. Cuba sería la
base de operaciones.
Para
no espantar a los pueblos no hablarían de comunismo, sino de democracia
protagónica y popular, (más allá de la oprobiosa “democracia burguesa”). Castro
iba tras su viejo sueño de “colonizar” a Latinoamérica (¿“castrizar”, “castrar”?).
Acusarían
a los líderes tradicionales de pitiyankis, corruptos y entreguistas. Harían
muchas elecciones con un grosero ventajismo. Se promocionarían como defensores
de la libertad de expresión mientras debilitaban a los medios por el suministro
de papel, no renovaban concesiones, embargaban, o simplemente compraban las empresas
televisoras, radiales y de periódicos. Hegemonía comunicacional.
Desprestigiarían
a los empresarios, los expropiarían e invadirían sus industrias. Confundirían a
la población desvirtuando términos como individualismo y emprendimiento privado,
haciéndolos ver como egoísmo e injusticia. Le dirían al pueblo “ser rico es
malo” y “tú eres pobre porque tu vecino es rico”, fomentando el odio de clases.
Confundirían adrede, fracaso con resentimiento, mérito con mediocridad.
Desprestigiarían la educación y la salud privada, en lugar de hacerlas servir
de refuerzo. Una estrategia integral aplicada. Como la teoría de la rana
hervida, nada de golpe, todo poco a poco.
En
Venezuela solaparían los efectos de la destrucción del aparato productivo importando
hasta cerca de cincuenta mil millones de dólares al año, y por varios años
dieron (habrase visto) dólares para viajar al extranjero. El desiderátum era la
destrucción estratégica del capitalismo y de la democracia.
El
Foro de Sao Paulo sería la escuela latinoamericana para tomar el poder. Allí,
unidos, generarían estrategias comunes que los conducirían al éxito. En pocos
años, a Cuba y Nicaragua se agregaron Venezuela, Argentina, Brasil, Ecuador,
Bolivia. Hoy perdieron en Ecuador, están a punto de ganar en Perú, el año que
viene esperan regresar en Brasil, y están expectantes con dos joyas de la
corona: Colombia y Chile.
Y
ahora cuentan con el apoyo del nuevo eje geopolítico Rusia, China, Siria e
Irán. Y el acompañamiento de grupos subversivos. Y todo por la vía “democrática”.
DEMOCRATAS
DE TODOS LOS PAÍSES, UNÍOS
Así
como predicamos la Unidad en Venezuela como el primer mandamiento para llegar
al gobierno, también hace falta la Unidad democrática en América Latina.
Los
movimientos democráticos deben actuar en conjunto, diseñar estrategias comunes.
Planificar más allá de la simple toma dl gobiernos, diseñar planes para enseñar
lo fundamental de mantener sistemas democráticos, desenmascarar tanto disfraz
que corroe la democracia, poner plazos y estrategias que acaben el hambre y la
pobreza. Hacer un bloque de liderazgo demócrata que actúe en conjunto. Forzar
medidas vinculantes en las áreas electorales y ambientales.
Crear
una Internacional de las Democracias que diseñe matrices acerca de las bondades
de la libertad de empresa, de expresión, políticas sociales, democracia,
alternabilidad, innovación, versus las acciones de los autócratas: expropiaciones,
hegemonía comunicacional, ventajismo electoral y perpetuación en el poder; y
modelos de producción anacrónicos.
Para
el año que viene Venezuela tiene la oportunidad de ganar el Revocatorio. Es el
único movimiento eleccionario del año 2022, donde las encuestas estarán a favor
de la democracia. ¿Entonces?
Es
urgente que todos los líderes opositores se reúnan alrededor de las elecciones
regionales y locales. Movilizar a las masas, desde ya, para el Revocatorio.
¿Qué
hora es? La hora de la democracia latinoamericana. ¿No tiene reloj? Compre uno,
porque a este paso… no amanece.
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Venezuela
merece una industria petrolera de primera, que sea capaz de contribuir a la
construcción de un país de primera. ¡Hasta cuándo!
Esta
columna se publica en los medios digitales El Diario de Caracas e Informe 21,
así como en la revista Petroleum.
Sin duda "Es urgente que todos los líderes opositores se reúnan alrededor de las elecciones regionales y locales" pero me temo rso no sucedera. Tenemos verdaderos enanos mentales de rabos de paja y gigantescos egos liderando la oposición. Si, me refiero a Guaidó, a Falcón, a MCM, a Leopoldo, a Capriles, a Allup. A Borges y tantos otros. No se sentarán a hablar y tratar de unirse contra el chavismo, no lo harán y nos llevan hacia una cubazuela que ya está a la vuelta de la esquina. Estos "líderes" opositores nos llevan a uma consolidación de um régimen impopular que contradictoriamente ganará lad regionales y ganará un referéndum. Ojalá este yo equivocado
ResponderEliminarMi papá siempre me contaba historias sobre su papá (mi abuelo) el cual fue alguacil de los ciruelos, un apartado caserío por onoto Edo Anzoátegui, en fin el tenía un ayudante un poco oscuro, que cuando mi abuelo lo saludaba el respondía mi saludo es plan don Pedro, pero ellos mantenían el pueblo y sus alrededores seguros y hasta productivo, creo que a muchos de los políticos de ahora les falta los pantalones y las alpargatas de don Pedro y su ayudante agredo el mulato, definitivamente nosotros siempre confundimos la libertad con libertinaje y la educación con debilidades, lamentablemente yo soy de los que creo que no abra salida democrática y como dice la persona que hizo el comentario anterior ojalá yo me equivoqué pero que sombrío es ver la barrera desde la visión del toro
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