IMPUESTO CHINO AL PETRÓLEO VENEZOLANO, ¿OTRA SANCIÓN MÁS?
Rafael
Gallegos Blog 492
- ¿Tú también, pana mío? – le podría preguntar a
lo César cuando vio que su hijo Bruto lo apuñalaba - el gobierno venezolano al
gobierno chino, ante la sorpresiva medida de imponer un impuesto de 30 $ por barril
al bitumen diluido, que según voces expertas, saca al petróleo venezolano del
mercado chino.
¡Como
si no fueran suficientes las medidas de Trump, heredadas por Biden, contra las
exportaciones petroleras de Venezuela!
El
bitumen diluido corresponde a una mezcla que se elabora en Malaya, del Merey
venezolano con gasoil y otros componentes, que son utilizados por refinerías en
China.
Hay
que aclarar que el crudo Merey 16, es una mezcla entre crudos livianos y el
petróleo de la faja. Tiene un uso específico en las refinerías y hoy en día compite
favorablemente con crudos pesados canadienses e iraquíes, debido a los
descuentos a los cuales se ve obligado a vender su petróleo el gobierno
venezolano.
La
ruta de las sanciones
Antes
de las sanciones de Trump, el Merey se exportaba a nuestras refinerías en Citgo.
Cuando
se iniciaron las sanciones, el gobierno
comenzó a intercambiar ese crudo por diésel, con las empresas Reilance (India),
Repsol y Eni.
A
finales del 2020, Estados Unidos prohibió esa modalidad. Entonces Venezuela
mediante intermediarios, trasbordos y otras operaciones, hizo llegar el Merey
hasta Malasia, donde se mezclaba con gasoil, para ir luego a refinerías chinas.
La
sanción china
En
China, las importaciones de ese crudo se multiplicaron en 2020, perjudicando a
las empresas estatales de ese país y favoreciendo a los importadores de los
importadores independientes, que para burlar las cuotas de crudos a las que
siempre están sometidos, vendían el llamado bitumen diluido como derivado. Como
hemos expresado, ese bitumen diluido, tiene muy alto componente de Merey.
La
sanción de 30 $ por barril, aplica a combustibles de ciclo ligero, aromáticos
mixtos y … al bitumen diluido.
¿Quiénes
se benefician?
Aunque
usted no lo crea, los panas rusos, y los panas chinos. Los rusos porque pueden
llenar el vacío que dejará el Merey con su crudo ESPO, que ha bajado su
importación a China, o con cualquier otro.
Y
las empresas estatales chinas, que quitarán partes del mercado a los
importadores independientes.
¿Y
Venezuela?, tendrá que buscar donde colocar su Merey, que hoy contribuye significativamente
en el escuálido ingreso petrolero de Pdvsa.
¿Y
la solidaridad china?
Antes,
cuando Venezuela era un país de alta producción y de ingresos suficientes, los
chinos le prestaron al gobierno venezolano 50.000 millones de dólares (vaya
usted a saber en que los gastaron) y Venezuela pagaba con petróleo. Lo que
llaman petróleo a futuro, modalidad que por cierto debería ser aprobada por la
Asamblea Nacional, lo que no sucedió. Venezuela enviaba a China unos 400.000
barriles por día, a efecto del pago del préstamo.
Hoy,
con tanta sanción norteamericana, el cobro de la deuda ya no les parece negocio
a los chinos. Entonces, los panas venezolanos, tendrán que ingeniárselas para
pagar la deuda y además, para colocar el Merey.
¿Panas
chinos? Más pudo el interés que el amor que le tenía.
Gobierno,
¿obligado a negociar?
Aunque
suene cursi cual novela de amor, el gobierno, por su mala situación económica,
se ha visto obligado a coquetear con Guaidó buscando levantar las sanciones a
Pdvsa. Y ahora, ante este panorama (el 12 de junio los chinos comienzan aplicar
el impuesto) la salida debería ser… coquetear más. Porque si antes el fisco
venezolano estaba mal de ingresos, ahora quedará en la quilla.
El
gobierno, a pesar de bravuconadas que imitan al bocazas Muhammad Alí antes de
cada pelea, como bobolongo, monstruo y otras sandeces indignas de los altos niveles
de las cuestiones que se tratan, ha
dado muestras de querer negociar. Por ello no es gratis que haya enviado a los
detenidos de Citgo a su casa, autorizado el programa de alimentos de la ONU, y
nombrado a un CNE que ha levantado algunas expectativas. Por otra parte, el
gobierno todavía niega condiciones electorales, elecciones presidenciales
adelantadas, liberación de presos políticos, entre otros aspectos.
Como
parte de la negociación ha hecho punto de honor en que se sentará a negociar sí
y si se levantan las sanciones a Pdvsa (su INRI particular), se reconoce a la
AN del 6D, y que le devuelven “lo robado” (¿…?) en el ámbito internacional.
Algo así que la oposición pidiera la renuncia de Maduro antes de iniciar
conversaciones.
Puro
guanteo previo. Ya se sentarán.
Ahora,
el gobierno tendrá que hacerse serios replanteos en medio de la pobreza
franciscana en que lo dejará el impuesto de los panas chinos (¿sanciones?), y
sabiendo que los amigos lo son mientras haya algo que ofrecer,
¿Y
qué estarán pensando los chinos?
Ellos
no dan puntada sin dedal. Y tenga usted la plena seguridad que saben que ese impuesto es una sanción… más
fuerte que las norteamericanas.
¿Será
que ya no son panas? ¿O habrán sopesado qué es más lo que pierden en Venezuela
que lo que pueden ganar en Estados Unidos? ¿Serán aliados de una transición?
Tal vez dedujeron que es más negocio ser pana de los Estados Unidos. Y
que en Venezuela, si no hay leal, no hay lopa.
Distinto
al caso iraní, donde le compran a Irán petróleo sancionado y encima le ofrecen
inversiones por 25 .000 millones de dólares al año. Claro, inversiones para al
Ruta de la Seda, que sí es prioritario para China en su objeto de convertirse
en la primera potencia comercial del mundo.
Pura
Alta Política.
No
me defienda compadre…
Esta
columna se publica en los medios digitales El Diario de Caracas e Informe 21,
así como en la revista Petroleum.
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