CONSTRUCCIÓN Y DESTRUCCIÓN DE UN PAÍS
Rafael Gallegos Blog 482
El pasado es la fuente del futuro. Parece una frase al voleo; pero ¿qué somos?, somos memoria de lo que nos ha sucedido. Sin memoria simplemente …no seríamos.
Y
este aspecto individual también aplica a los pueblos. Los venezolanos tendemos
a no conocer o a olvidar de dónde venimos. Y eso, nos conduce a no saber para
donde vamos y a caer en atolladeros como el que padecemos.
Chávez
no fue ni casual, ni por generación espontánea. Fue producto del olvido de lo
que significó la lucha por superar la dictadura de Pérez Jiménez. De no tomar
en cuenta que la democracia cuando decae es perfectible, como dijo Luis Herrera
y nadie le hizo caso. Tal vez por ello Venezuela se fue tras un mesías, que
como siempre – y es una constante histórica- resultó un falso profeta.
Además,
el comandante fue producto de intereses mezquinos que lo impulsaron con la
intención, fallida, de buscar atajos para legar al poder y luego utilizarlo
para favorecer sus intereses.
Chávez
fue el producto de repetir que “hacía falta una gorra para que pusiera orden” olvidando
que de gorras y guerras está llena nuestra historia republicana. Y al final, resultó
el gobierno más desordenado y con la máxima inseguridad personal que hayamos
conocido.
El
“comandante eterno”, fue producto de pensar que los actores de 4F eran unos
muchachos que tenían buenas intenciones – todo el mundo le pidió a Caldera que
los perdonara-, olvidando las decenas de muertos que dejó la intentona, e
ignorando que Fidel Castro y derrotados comandantes guerrilleros de los sesenta,
elaboraron una estrategia para penetrar las fuerzas armadas e implantar el
socialismo por la vía de la rana hervida.
Cuando
yo era un niño, el 23 de enero se celebraba y se conmemoraba. Con el tiempo se
dejó de celebrar y peor, se comenzó a hablar mal de esa fecha, porque esos
adecos y esos copeyanos son unos corruptos y, mejor era mi general Pérez
Jiménez que robaba; pero hacía obras y si tú no te metías en política los
esbirros de la Seguridad Nacional ni te tomaban en cuenta y podías estar
tranquilo. Absurdo muy parecido a aquello de los adecos robaban y te
dejaban robar. Puros mitos que conducen al olvido, y a las autocracias.
Con gigantesca simplicidad histórica comulgamos
con peligrosas simplicidades como que Bolívar
fue un héroe de bronce que no tenía nada que ver con la democracia o con la
corrupción, Páez fue un general muy valiente que traicionó al Libertador, Gómez fue un gobernante anecdótico que le
decían el taita, Medina – me suena- fue un gordito que tumbaron. Y así
fuimos construyendo una historia de lo más fabulada y sin relación con nuestro
futuro.
De
Rómulo Gallegos apenas recordamos que es una avenida y que escribió, creo
que Doña Bárbara. De Uslar Pietri, sin comentarios, creo que ni siquiera se
conoce su avenida. Y de Fernández Morán…
qué va.
Un
país que no conoce su pasado que tiende a convertirse en una brizna del viento
para su futuro.
LA
HISTORIA, PRIMERA VÍCTIMA DE LA “REVOLUCIÓN”
Un
pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción, dijo el
Libertador. Y eso, lo sabe la “revolución”. Por eso su primera víctima en el
proceso de destrucción estratégica, fue la historia. Se empeñó en incrementar
la ignorancia de esta ciencia, falsificando nuestro pasado con la intención de
degradar la memoria colectiva. Un Bolívar socialista- habrase visto-, con un
rostro que nada que ver con el que vieron los pintores del siglo XIX. Un Zamora redimensionado, olvidando a su
lugarteniente que quería degollar a los que supieran leer y escribir. Unos
Betancourt, Leoni y Caldera agentes del imperialismo yanqui y torturadores,
olvidando que implantaron por primera vez elecciones libres, universales y
masivas, y entregaron el poder a presidentes de otros partidos, incluyendo a
Chávez en el 99.
Los
acusan de asesinos; pero de no ser por esos políticos que nos gobernaron en la
república civil, las guerrillas manejadas por un Castro a su vez manejado por los
soviéticos, hubieran triunfado en Venezuela en los sesenta imponiendo una
dictadura igualita a la cubana.
O
quizás un militarote tipo Chapita o tantos otros salvadores de la patria,
hubiera gobernado en lugar de un demócrata.
Conocer
la historia aclara que todas las dictaduras, de cualquier signo, son retroceso.
EL
ORIGEN DE LA CRISIS
Parte
de la crisis que padecemos los venezolanos es por no saber valorarnos. Nuestro
pasado. Nuestra gente. Nosotros. No hemos podido construir un espacio donde
todos nos identifiquemos, nos reflejemos, nos queramos y diseñemos de manera
asertiva el futuro.
En
esta línea, Eddie Ramírez y yo hemos escrito el libro “Constructores y destructores de un país.
presidencias 1900-2020”, que nos
complace poner a su disposición por Amazon.
Se
trata de analizar nuestro siglo XX y lo que va del XXI, a partir de los
períodos presidenciales desde Cipriano Castro hasta Nicolas Maduro, pasando entre
otros por Gómez, López, Medina, Betancourt, Gallegos, Pérez Jiménez, la
república civil y Chávez.
Algunas
presidencias fueron constructoras y otras destructoras. Unas decisivas y otras
grises. Hubo épocas exitosas y épocas degradantes. Tuvimos el mayor crecimiento del producto
interno bruto en el mundo durante cincuenta años. Pero también la deslumbrante prosperidad
petrolera de los años setenta convertida en devaluación y deuda en pocos años.
Democracias, dictaduras. Constructores y destructores. Balances. Y al final,
este desastre… por ahora.
Pero
la idea del libro no es buscar culpables, sino analizar de la manera más
objetiva ese pasado desde su circunstancia, para extraer lecciones que nos
permitan conocer nuestras potencialidades y sirvan de insumo para construir el
futuro que nos merecemos, y al que tenemos todo el derecho.
Muy
simple, para construir una Venezuela próspera, con alimentos, empresas,
trabajo, educación, solidaridad y democracia. Como en cualquier país avanzado
del mundo.
En
lo personal, un orgullo haber compartido la elaboración de estas líneas con un individuo
como Eddie Ramírez, conocedor, metódico y excelente persona; y en lo colectivo,
una oportunidad de contribuir con el conocimiento de quiénes somos los
venezolanos, de dónde venimos, en qué hemos fallado y dónde hemos triunfado; a
objeto de usar esta información como insumo para la construcción de una nueva
era.
Y
para que sepamos que nuestra historia nos enseña que, a pesar de todo, somos un
gran país y que ya está bueno que nos nariceen.
Esta
columna se publica en los medios digitales El Diario de Caracas e Informe 21,
así como en la revista Petroleum.
Rafael, nunca dejes de recordarnos nuestra historia con esa particular y amena manera tuya. Gracias por tu valioso aporte de ideas y críticas concretas y constructivas para ayudar a refundar la Venezuela que necesitamos. Éxito con tu maravilloso emprendimiento
ResponderEliminarGracias Rafael por este artículo tan nutritivo y claro, el que no conoce su historia está predestinado a cometer los errores del pasado. Ojalá pudieses programar algunas conferencias sobre el citado libro. Mis felicitaciones.
ResponderEliminarQue bueno Rafael que Eddie y tú hayan dedicado su tiempo para investigar y escribir sobre quiénes han gobernado este país, lo bueno y lo malo,para un conocimiento histórico que nos permita construir un futuro sobre bases ciertas y no siguiendo ilusorios mesías.
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