EL FALSO ORIGEN DEL PETROESTADO
Rafael
Gallegos Blog 432
La palabra petroestado resulta
de acuñar estado y petróleo. Se aplica a la mayoría de los estados de países
petroleros caracterizados por enriquecerse y concentrar mucho poder, debido al
usufructo de las cuantiosas rentas del negocio. Estados más ricos que el
pueblo, al revés de lo que sucede en los países productivos. Concentra mucho
poder en pocos individuos, o mejor en el hombre fuerte, lo que hace al país
proclive a gobiernos de corte autoritario, verbigracia Venezuela.
Como el gigantesco petroestado
que padecemos los venezolanos se originó en la época de la nacionalización del
petróleo, muchos analistas falsifican inconscientemente la partida de
nacimiento éste, y plantean que es hijo de la nacionalización.
Pero yendo al fondo de las cosas se observa que el Petroestado se origina es por las
cuantiosas rentas del negocio de los hidrocarburos. Por los impuestos y la
regalía, que en el supuesto que no hubiera habido nacionalización, también
hubieran ido a parar al Fisco.
Siempre fue así. Cuando
Juan Vicente Gómez las transnacionales disfrutaban de su paraíso y el Bagre de
sus cuantiosas rentas. El estado se fue haciendo más poderoso que el país. La
agricultura y la ganadería se vinieron al suelo mientras la renta petrolera ascendía
hacia su cima. En este caso no sólo el estado
se hizo rico, sino Gómez. Su mismo Congreso electo a dedo lo condenó –
claro a la familia del dictador y después de muerto - a devolver 400 millones de bolívares… cuatro
veces más que el presupuesto nacional, ¿Petrogómez?
A partir de López Contreras
el estado se fue enriqueciendo vertiginosamente. Generaciones completas
disfrutamos de la renta. El desarrollo se
basó en un Estado poderoso. Venezuela fue durante cincuenta años el país
de mayor crecimiento sostenido del mundo.
ENFERMEDAD
HOLANDESA
Sin embargo el modelo
seguido por Venezuela no escapó de lo que se ha sintetizado como Enfermedad
Holandesa: país petrolero mono productor
que le aumentan significativamente los ingresos de divisas por
exportación de petróleo, crece el Estado, se revalúa la moneda, es más negocio
importar que producir por lo que casi todo es importado. Crece la demanda del
país y se satisface con importaciones. El Estado se agiganta, absorbe las
divisas y las reparte. Las empresas se acostumbran a vivir a la vera de Papá
Estado y el pueblo de manás. Buena parte del país vive a un nivel de países
desarrollados y viaja por el mundo (tabaratos) con un poder adquisitivo de
suecos, cuando en el fondo su productividad es la de un país africano. La
población se acostumbra a vivir de la renta y no del trabajo. Llega un momento
en que las importaciones no cubren la demanda y hay que devaluar la moneda. Comienza
la inflación que se puede transformar en
hiperinflación. Y colorín colorado.
Bajo este modelo, Venezuela
creció durante décadas. Educación, vivienda, infraestructura, democracia. Se
decía que habíamos avanzado 500 años en 30. Fuimos paradigma de América latina. Sin embargo el modelo
encerraba en su seno el germen de su propia destrucción: revaluación,
importaciones desmedidas, facilismo, consumo suntuario, corrupción…
petroestado.
EFECTO
VENEZUELA
Adicionalmente la Guerra
del Yom Kipur en 1973 y la revolución de Irán en 1979, contribuyeron a
multiplicar por decenas el ingreso petrolero. En Venezuela el último
presupuesto de Caldera I fue de 14.000 millones de bolívares y el primero de
CAP un año después 42.000. Y comenzó la Gran Venezuela.
Pérez Alfonzo observó que
esos grandes ingresos Venezuela no los podría digerir. Que le iba a pasar como
a un indigente que se ganara el premio gordo de la lotería y comenzara a comer
siete veces al día y se descompensara. Que Venezuela se iba a indigestar, descompensar
y que ese fenómeno iba a ser conocido en el mundo como Efecto Venezuela.
Sugirió bajar la producción
a 1 millón de barriles diarios. El gobierno de CAP tal vez comprendiendo la
advertencia creó el Fondo de Inversiones de Venezuela (FIV) a objeto de represar
los excedentes. Pero eso no sirvió de mucho. Al acabar su gobierno la
burocracia se había duplicado y la deuda pública abarcaba decenas de miles de
millones de dólares.
La abundancia indigestó a
Venezuela. Comenzó la gran decadencia, políticos y empresarios enriquecidos a
la sombra del estado, se aflojaron los resortes morales y se multiplicó la corrupción,
creció la marginalidad (se hablaba de pobreza
60%) y se exacerbó el Petroestado. Nos convertimos en una sociedad
descompensada.
En 1998 llegó el comandante
y mandó a parar. Supo navegar un barco que se hundía. Luego le tocó un largo boom
petrolero que hizo parecer un niño al de CAP. Se repitió la historia…
¿DÓNDE
SE ORIGINÓ EL PETROLESTADO?
El Petroestado se hubiera
generado con nacionalización del petróleo o sin nacionalización. Ya existía con
Gómez, Betancourt, Pérez Jiménez, Caldera. De todas maneras los precios se
hubieran multiplicado en los años setenta. Sin nacionalización, ante los elevados
ingresos del primer boom petrolero, las transnacionales de todas maneras le hubieran cancelado al Fisco gigantescos
impuestos y éste igual se hubiera abombado (no crecido), y los políticos hubieran dispuesto de pingües
cantidades de divisas.
Es decir, el origen del petroestado
no estuvo en la nacionalización del
petróleo, ni en las concesiones, su origen estuvo en los crecientes impuestos
que recibían los gobiernos y… manejaban a su discrecionalidad.
La gigantesca renta
petrolera se utilizó en el crecimiento
del gasto público, en la moneda revaluada, en el proteccionismo, en la
centralización y en el aflojamiento de los resortes morales. Claro, hubo
Ayacucho, Sidor, Caroní, universidades, etc. Pero las consecuencias del mal uso
pesan más a la hora del balance.
¿QUÉ
HACER?
En materia de hidrocarburos
la solución al problema del Petroestado es mucho, pero mucho más complejo que simplemente
privatizar como algunos plantean. Si mañana por un improbable acto de realismo
mágico se regresara al sistema de
concesiones y se multiplicaran los precios del petróleo, volvería un gigantesco
petroestado, porque el gobierno cobraría muchísimos impuestos.
Ir a las causas que lo
generaron. Acabar con la discrecionalidad de los gobernantes en el uso de la
renta petrolera, sacar los impuestos de
hidrocarburos y la regalía del gasto público, descentralizar la regalía. Comenzar
a federalizar a Venezuela. Maximizar las libertades económicas, minimizar el
proteccionismo y el que se practique hacerlo con sentido de productividad.
Dejar que la moneda flote. Re institucionalizar.
Una solución sistémica para
un problema sistémico.
En la Ley Orgánica de
Hidrocarburos se debe contemplar la despolitización de la industria y la
generación de las condiciones para la llegada de capitales privados; pero
también es muy importante planificar de manera integral la utilización de los
Beneficios de la industria: impuestos petroleros y regalía sólo en inversiones,
descentralizar la regalía, planificar la Economía Conexa, Responsabilidad
Social, Petroquímica y Energías Alternas.
En el fondo nuestras empresas petroleras no
han fallado (excepción del desastre de hoy), el problema ha radicado en el uso estratégico de los Beneficios que de
ellas emanan.
Hay que utilizar
estratégicamente los hidrocarburos, ¿cómo?: creando una industria de primera y
orientarla a impulsar un país de primer
mundo.
Todavía queda una
generación para convertir los hidrocarburos en desarrollo nacional. Para ello
es necesario atacar al Petroestado desde su verdadero origen y actuar en
consecuencia. Lo demás es seguir utilizando parches para detener inundaciones.
Y la verdad es que hace rato estamos haciendo
glub, glub, glub.
Excelente, como siempre, Rafael. Gracias por continuar ilustrándonos y dándonos guías de por dónde dirigir los tiros
ResponderEliminarRealmente es un excelente articulo. Interpreta muy bien lo que hemos vivido en Venezuela y sobre todo aclara el camino a seguir.
ResponderEliminarEs estupendo haber logrado ubicar éste interesante blog. hace falta éste tipo de material de historia contemporánea. Toca ayudar a difundirlo.
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