LAS DOS TRANSICIONES PETROLERAS
Rafael
Gallegos Blog núm. 386
La simbiosis Venezuela -
Petróleo lleva más de cien años. Durante
los primeros sesenta años disparó los indicadores económicos y sociales. Transformó
radicalmente a aquel país de montoneras, palúdico, analfabeta e hipo
desarrollado que fuimos durante los años
de Castro y Gómez. Gracias a la renta petrolera Venezuela reflejó entre los
años treinta y los setenta el mayor
crecimiento del PIB en el mundo.
Mucho progreso (con sus
defectos) y poca sustentabilidad. La moneda dura, el inmenso gasto público
y el gigantismo del estado, fueron
revirtiendo los logros. Creció la
marginalidad y se aflojaron los resortes morales. Para colmo, en lugar de
perfeccionar la democracia, los venezolanos nos fuimos (estadísticamente) tras el
mesías Hugo Chávez, quien cabalgando en la peligrosa antipolítica y tutelado
por Fidel Castro, ofreció acabar con las “cúpulas podridas”, con la “aristocracia”
de Pdvsa y con la injusticia social, mientras
guardaba en la manga un plan de destrucción estratégica, que muy bien aplicado
ha desvencijado a Venezuela.
Así, hoy nos encontramos
padeciendo esta postguerra (económica). Un país en escombros por una guerra sin
bombas. Al revés que Midas, el personaje mitológico que todo lo que tocaba lo
convertía en oro, tocaron un país petrolero y lo convirtieron en un caso de
ayuda humanitaria. Acabaron con todo, incluyendo a la otrora emblemática Pdvsa.
Hoy, la industria petrolera
está quebrada; pero sigue habiendo mucho petróleo y gas en el subsuelo.
¿Entonces? ¿Qué hacemos, contemplar el fracaso? Claro que no, la única
alternativa que nos queda es imitar al Ave Fénix y reconstruir desde las cenizas una nueva
industria petrolera de primer mundo que apalanque a Venezuela hacia el primer
mundo que nos merecemos.
Los beneficios del petróleo
deben dejar de ser una agotable e improductiva renta y ser utilizados en construir una Venezuela que
no dependa de los hidrocarburos, sino de la productividad y la diversificación.
Es imperativo dejar de ser un país con
petróleo y convertirnos, por fin, en un
país petrolero.
PRIMERA
TRANSICIÓN…una industria petrolera de primer mundo
El régimen tiene el sol
quemándole las espaldas. Llega la hora de la transición hacia la democracia. Y
la industria petrolera sigue siendo un pivote de primer orden. Hoy, valiosos
equipos de técnicos petroleros están
trabajando de la mano con los políticos
que tendrán la responsabilidad de liderar al país, preparándose para asumir las
riendas de Pdvsa una vez ocurra el cambio político. La premisa fundamental es
que una industria de hidrocarburos para ser exitosa requiere Gerencia,
Inversiones y Tecnología de primer nivel, tres cosas de las que adolece la actual
Pdvsa.
La entrada a Pdvsa se hará con
el respeto debido a los derechos laborales y humanos del personal que hoy
labora en esa empresa. Se busca mantener la continuidad operacional y la
seguridad en el suministro de gasolina,
diésel, gas oil y gas para los vehículos, los hogares, las industrias, y para
el suministro eléctrico.
Una vez estabilizada Pdvsa,
se procederá a construir una nueva industria petrolera que requerirá de
gigantescas inversiones, y esto no es una opción sino una apremiante necesidad.
Para materializarlas se requiere una nueva Ley Orgánica de Hidrocarburos que ya
está en preparación, que además de liberalizar las inversiones contempla
minimizar el rol del gobierno, para evitar deformaciones como el llamado
petroestado. Para ello se contempla una Agencia de Energía, con autonomía del
gobierno que se encargue de otorgar los lotes de hidrocarburos a los
inversores. Una industria petrolera de primera. ¿Industria petrolera vino
tinto?
SEGUNDA
TRANSICIÓN… una Venezuela próspera que no dependa del petróleo
Se requiere re
conceptualizar el uso de los beneficios petroleros. Redefinir el uso de la
Renta utilizando los impuestos y la
regalía sólo en inversión, democratizando y descentralizando esos recursos.
Además desarrollar estratégicamente una economía conexa a partir de la
actividad petrolera, transferir las tecnologías de punta del petróleo hacia el
parque industrial del país, generar y aplicar energías alternas. Es decir,
transmitir la energía creadora de la
industria petrolera a Venezuela.
Esta segunda transición del
petróleo requiere de estrategas
políticos y de técnicos de primera. Y sólo es plausible si se acelera la
democracia, la empresa privada, la gerencia de
políticas sociales, la educación de primer mundo… ah! y la
transformación radical del estado venezolano.
Solo así superaremos este remordimiento de conciencia colectivo que
nos atormenta por no haber sabido transformar en riqueza sustentable nuestros
fabulosos recursos.
Aunque parezca una paradoja,
nuestra meta debe ser utilizar el petróleo para construir un país próspero que
no dependa del petróleo.
Muy bueno Rafael, un abrazo.
ResponderEliminarExcelente Rafael, un fuerte abrazo extensivo a la familia
ResponderEliminarExcelente analisis Rafael...como siempre!!un abrazo
ResponderEliminarExcelente.
ResponderEliminarSoy jubilado de Pdvsa (técnico petróleo) con 38 años de experiencia. Dispuesto a seguir aportando de ser necesario.....
Excelente análisis, muchas gracias... somos muchos los que queremos trabajar por tener un país asi; hay que incluir mucha innovación en el mix de ingredientes para hacer un gran país
ResponderEliminarMi pana Rafael q tal., no hay desperdicio en tu Escrito. Cuanto me gustaria estar con Uds para ayudar a Reconstruir mi Industria (fueron 23 años) pero estoy lejos aca en Chile.
ResponderEliminarFuerte abrazo amigo....!!