PETRÓLEO: ¿Y LA COSECHA PA´CUÁNDO? (2/2)
Rafael
Gallegos Blog núm. 384
En el artículo anterior
llegamos hasta la Junta de Gobierno encabezada por el almirante Larrazábal, quien para las
elecciones de diciembre de 1958, dando una lección de democracia, renunció a su
investidura para lanzarse como candidato
presidencial. Quedó encargado el Dr. Edgar
Sanabria, quien incrementó el ISRL a las petroleras a 60%.
4.-
LA REPÚBLICA CIVIL
Fueron cuarenta años de
democracia. Con pros y contras. La siembra del petróleo se reflejó en una
revolución educativa con números jamás vistos, infraestructuras como el Guri y
otras represas, autopistas y caminos agrícolas, los puentes sobre el Lago y
sobre el Orinoco, la fundación de Puerto Ordaz, crecimiento de ciudades del interior del país,
el sureste de Caracas. El Plan Mariscal de Ayacucho… el país creció y se alcanzaron niveles de desarrollo que
hacían punto de inflexión en nuestra historia. Ah! y se implantó un proceso democrático del
que se decía era modelo en América Latina. En 1975, el presidente Carlos Andrés
Pérez dijo que Venezuela era una isla de tranquilidad en el Caribe.
Sin embargo, tras las rosas
había espinas. Paralelamente a estos logros también crecía la marginalidad. Las
cifras de pobreza eran terribles. La corrupción idem, aunque apenas cosas de
rateritos si se compara con la de la “revolución”.
¿Qué había sucedido? Pues
parafraseando a Carlos Marx, podríamos afirmar que nuestro modelo democrático encerraba
en su seno el germen de su propia destrucción. Realmente varios gérmenes:
-
La
moneda dura
El
famoso 4,30 que nos convirtió en grandes importadores y pequeños productores.
Una ilusión que nos permitía pasear por los países de primer mundo como si tuviéramos
la productividad de Suecia, cuando apenas poseíamos la de un atrasado país del tercer mundo. Las
expectativas en lugar de basarse en producir, se sostenían en el crecimiento infinito de los precios del
petróleo. Al final, afloró una gigantesca deuda y explotó el modelo. Dejamos de
ser nuevos ricos para ser algo mucho menos digerible: nuevos pobres.
-
El
petroestado
Se concentró demasiado dinero en manos del
Poder Ejecutivo. Estado cada vez más rico y
ciudadanos cada vez más pobres, en lugar de ser al revés como muchos
países prósperos. Mala administración de la riqueza. Nos reíamos de los árabes
y terminamos (por ahora) siendo sus hazmerreíres. Se dice, a mi entender
equivocadamente, que la causa de este aspecto fue la llamada nacionalización
del petróleo, cuando de todas formas las
transnacionales con esos precios hubieran pagado pingües impuestos al fisco. El
problema radicó en falta de visión para el uso de los gigantescos recursos.
-
Los
cogollos de los partidos
Los
grandes partidos políticos en lugar de profundizar su democratización se
convirtieron en cúpulas sin acceso a los ciudadanos. La república civil que
había nacido expandiendo la democracia, ahora la recogía hasta peligrosos
niveles. Los partidos se fueron llenando de oportunistas. Ya no representaban el camino al futuro.
Desde la devaluación de la
moneda en 1983 se instaló en el país una
inflación de dos dígitos. La deuda pública creció hasta niveles que obligaron a
refinanciar. La pobreza crecía y crecía. Y la anti política comenzó a tejer su
historia.
Es necesario hacer un
paréntesis para comentar el fenómeno que el Maestro Pérez Alfonzo denominó Efecto
Venezuela. Pérez Alfonzo planteaba a propósito de los grandes ingresos
petroleros de los años setenta, que Venezuela no tendría capacidad de
asimilarlos e iba a ser un país descompensado cual indigente que ganara la
lotería y empezara a comer siete veces al día. Efectivamente, de los gigantescos
ingresos al fisco salimos endeudados, decadentes, con inflación y con los resortes
morales desvencijados. Sufrimos una crisis de abundancia que es fácil traducir
como crisis de gerencia.
El fracaso del modelo se
sintió en los bolsillos y en la esperanza. El crecimiento sostenido de
cincuenta años no fue sustentable. Se basó en la renta y no en la
productividad. El 27 de febrero no fue una causa sino una consecuencia. El
segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez fue mal comunicado y menos comprendido
y de paso, cuando vislumbraba resultados, llegó el 4F de Chávez y en un ejercicio de ingenuidad la
mayoría Venezuela se fue tras su nuevo Mesías, creyendo que
“aquí hace falta un militar”.
5.-
LA SIEMBRA DE LA “REVOLUCIÓN”
Sin comentarios. Usted la
padece día a día. Utilizaron la renta para destruir (a propósito) a Venezuela
“para comerte mejor”. Puro modelo cubano. No sembraron. Quemaron las semillas.
Retrocedimos más de cien años.
EL
FUTURO
Al igual que en el 1936 de
Uslar, sigue vigente “sembrar el petróleo”.
Toca resucitar comenzando por la industria petrolera. Lo que si se ha
cosechado es el espíritu democrático de los venezolanos, que ha sido un
antídoto contra la perpetuación de este desastre. La semana que viene
comentaremos al respecto, porque llegó la hora del Ave Fénix.
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