ES LA HORA DE LA TRANSICIÓN
Rafael
Gallegos Blog núm. 380
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Comer o no comer.
He ahí el dilema de
Hambret, un personaje chesperiano made in
Venezuela.
Irse o no irse, desayunarse
o cenar, pagar el colegio o alimentar a los hijos. Vivir o morir. Es la hora de
la sobrevivencia. De superarla y comenzar a vivir como en todas las democracias
prósperas. De superar este modelo agotado donde los incendiarios pretenden convencernos
que apagarán con gasolina. Es la hora de la transición. Democracia… o ex país.
Es la hora del liderazgo
que conduzca a Venezuela hacia un nuevo estadio. ¿Que no hay líderes? Octavio
Lepage, el olvidado prócer de la República Civil que tuvo el guáramo de ser secretario general de AD en la clandestinidad,
le dijo en una ocasión a una gran amiga que los líderes aparecen cuando las
sociedades los necesitan. Y debe ser cierto, porque las sociedades no se
suicidan. El gran Rómulo Betancourt le comentó en 1959 a Fidel Castro, cuando
éste le ofrecía la misma lumpia que décadas después le logró vender a Chávez, que Venezuela paría sus propios líderes cuando
los necesitaba.
Para muestra hay muchos
botones. No es casual que en siglo XVIII
en una pobretona y aislada colonia española nacieran los irrepetibles Bolívar,
Miranda, Sucre, Simón Rodríguez y Andrés Bello. ¿La sociedad paría sus líderes
para la Independencia?
Menos casual es que en los
últimos años de la tenebrosa dictadura de Gómez, se manifestara la llamada
Generación del 28. Con diferencia de pocos años nacieron Betancourt, Villalba,
Leoni, Otero Silva, Machado, Prieto, Barrios y otros destacados venezolanos a
los que con el refuerzo de las llamadas generaciones del 36, 45 y del 58, les
correspondió transformar a este militarismo
de siglos en la República Civil que fuimos hasta la llegada del chavismo. Venezuela,
contra todos los agoreros que piensan que las dictaduras son eternas, produjo,
ella sola, sus líderes para la democracia.
Hoy vivimos otra época de
oscurantismo. Tal vez peor que las anteriores. Maduro fue electo en un proceso
con árbitro rojo, a destiempo, con líderes presos e inhabilitados, con partidos
políticos suspendidos y ante una mayoritaria población que no votó para no
legitimar un ventajismo tan grosero. La hiperinflación, consecuencia del
proceder “revolucionario”, amenaza con disolver al país. Es que las legitimidades
política y económica ruedan por el mismo
barranco.
El hecho de que Maduro haya
viajado al futuro- él mismo dixit- y haya visto un país próspero, puede obedecer
a que para esa época él había dejado de ser presidente y se le olvidó preguntar, o a una insólita
corroboración de la teoría de los universos paralelos. Tal vez fue a un
universo bizarro. Porque hay que estar claro, si no realizamos un cambio drástico de modelo
político y social, el único futuro
posible es una Venezuela evaporada.
Que no hemos tocado fondo,
podrán argüir algunos, a quienes les tengo una mala noticia: el “fondo” no
existe, siempre habrá más abismo. Lo que hay es una sociedad hambrienta que
requiere cambios radicales los cuales el gobierno pretende ignorar. El pueblo
sabe que es la hora de la transición porque – paradoja de paradojas- el hambre
le ha aclarado la mente.
Hoy ante nuestros ojos
Venezuela pare los líderes para la transición. Observen el maravilloso
protagonismo de Juan Guaidó, quien forma parte del grupo de jóvenes políticos Guevara,
Stalin González, Goicochea, Mejía, Pizarro, Olivares, o los más recientes Juan
y Rafaela Requesens, entre otros que se han asomado a la palestra en lo que va
de siglo. Es la generación de relevo, llamada a reimplantar la democracia. Como
el joven Bolívar o el joven Betancourt, salen en defensa de la patria.
Se agregan a la lista nombres meritorios también
surgidos en esta lucha como Capriles, Leopoldo, María Corina, Borges. Y a
veteranos como Ledezma o Ramos Allup, porque como decía ese gran venezolano
llamado Arturo Uslar Pietri: “no se está joven ni se está viejo, se está vivo”.
La democracia es asunto de todos.
Y cuando toque reimplantar
la Democracia, se sumarán a la reconstrucción
varios de los millones de jóvenes venezolanos que salieron a buscar futuro. Vendrán
más preparados, más estrategas y más fuertes.
¡Qué orgullo!
Venezuela es así. Cuando
necesita líderes, los pare. Oiga los llantos de los alumbramientos. Y por
cierto no los confunda con el chillido de los ilegítimos cuando los agarran por la nuca.
En Venezuela las
generaciones nacen para luchar contra las contra las autocracias, parece un
sino.
¿TRANSICIÓN
HACIA DÓNDE?
Hacia elecciones limpias,
libertad de pensamiento, de expresión, de empresa. Respeto a la disidencia.
Estímulo a los empresarios, estabilidad económica. Educación y Salud de primera. Marginalidad
Cero. Como decía el Libertador: el imperio de la Ley.
- ¿Qué
hora es?
- Es la hora de la transición… en punto.
Excelente Rafa
ResponderEliminarAunque creo que hoy hay unos 30 millones de líderes: Los venezolanos de adentro y los de afuera. Un abrazote
Rafael, con ese escrito atentas contra cualquier desanimo. Excelente y cada vez mejor pluma.
ResponderEliminarUm abrazoc