SE SOLICITA MANUAL DE PETRÓLEO


Rafael Gallegos    Blog núm. 379

El presidente Maduro ha dicho que lo que están haciendo con el país no está en ningún manual de economía. Parafraseando a Chepa Candela: susto. Tal como  un médico que opere utilizando métodos que no estén en ningún manual de medicina. Pobre paciente… pobre país.

Economía sin manual. De allí los fatídicos resultados. Como si ignoraran que el conocimiento de la humanidad es la acumulación de miles de años de civilización. Claro, el kit del asunto es que los manuales de economía son para construir sociedades. No para destruirlas. En realidad presenciamos la destrucción estratégica de Venezuela para comerte mejor… algo así como la caperucita roja rojita asistida por el lobo feroz. Hambre por diseño.

¿O será que más bien imitando a chicos terribles de la literatura, la “revolución” pretende cual Julio Cortázar, implantar un “Antimanual”, de economía? Uno made in La Habana, ciudad de los jefes del régimen, que cada vez con más frecuencia, imitando a Juanga nos susurran al oído: te pareces tanto a mí.

PETRÓLEO

Lo que sucede en  Pdvsa nos indica que allí tampoco hay manual; pero además ni brújula, ni mapa, ni timón… ni esperanzas. Van a la deriva… y contra las rocas. Lo que ha sucedido con la estatal petrolera no tiene parangón en tiempos de paz, ni en tiempos de guerra. Desmantelaron las refinerías, dañaron la infraestructura y los yacimientos, y ahora importamos gasolina. Un largo sabotaje gerencial.  

Han puesto en veremos la propiedad de Citgo, uno de los grandes logros de la nacionalización. Su compra en los años ochenta fue parte de la estrategia de Internacionalización que tenía por objeto facilitar la colocación de los difíciles crudos pesados. Incluía refinerías y capacidad de distribución de productos en los principales centros de consumo norteamericanos.  Toda la cadena productiva desde el yacimiento hasta los tanques de gasolina. Nuestro  crudo pesado iría de la vaca a la boca.

Ahora la propiedad de Citgo depende del buen humor de los panas rusos, o de la decisión de algún tribunal norteamericano. Dicen que el presidente de Rosneff vino a Venezuela a cobrar deudas, o por lo menos a exigir un trato similar al de los chinos. Aunque usted no lo crea, la respuesta del gobierno en lugar de pagar fue… solicitarles  dinero fresco. Claro que no se lo dieron. Apenas vislumbraron, como calmante, invertir unos cinco mil millones de dólares en sus empresas petroleras de Venezuela.

En cuanto a la OPEP, por más que nos devanamos los sesos no adivinamos que hubiera podido decir el general presidente en la reunión. Los deslenguados dicen que la OPEP va a condecorar a Venezuela por contribuir tanto al alza de precios con el gigantesco recorte de producción que ha tenido en los últimos años: cerca de dos millones de barriles. Ni los árabes se hubieran atrevido a tanto. A este paso de vencedores que lleva la barrena petrolera, pronto tendremos que salir de la organización por perder la capacidad de exportar. Y tal vez, aunque usted no lo crea, podría incorporarse Cuba… con el petróleo venezolano. Habrase visto.

Además del colapso de producción, han perdido autoridad en el organismo porque rompieron la tradicional imparcialidad de Venezuela en el mundo árabe. Ahora están cuadrados con Irán, rival político de Arabia Saudita, llegando a la posibilidad de traer naves de guerra iraníes a Venezuela. Lo que nos faltaba.

Por más que busco manuales para mantener la rentabilidad de las empresas petroleras, desde los editados por las históricas, que si saben de petróleo porque es su especialidad, hasta los marca ACME; no consigo ninguna que indique la ruta que ha seguido el gobierno, que describimos a continuación:

Botar 23.000 técnicos y multiplicar la nómina con fichas del partido, amenazar a los empleados con aquello de quien no sea dojo dojito tendrá que irse, decirles que están en sus puestos gracias a Chávez,  expropiar las empresas contratistas, dañar los yacimientos, volver chatarra las refinerías, abrir un gigantesco compás de corrupción, militarizar el negocio (equivalente a entregarle a los petroleros el mando militar), multiplicar la deuda hasta niveles de default, sustituir empresas petroleras serias por otras de países “panas” que no tienen ni idea del negocio… y paremos de contar.

Ah!, y lo más innovador… prometer elevar la producción en un millón de barriles,  seiscientos mil barriles, o cualquier número que se les ocurra, como si producir petróleo fuera soplar y hacer botellas. Puro Antimanual, o manual para la destrucción.

Destruir la petrolera venezolana equivale a acabar con el valle de silicón norteamericano, o las empresas turísticas de México, o las empresas electrónicas en Japón… pura lesa humanidad.

Pueblo  esquilmado solicita manual de reconstrucción, de petrolera… y de país.

Feliz Navidad y un 2019 lleno de luchas hasta vencer. Hasta enero.

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