EL PETRÓLEO EN LA MENTE
Rafael
Gallegos Blog núm. 378
Ya está bueno que Venezuela
deje de ser un país con petróleo, es imperativo
que se transforme en un país petrolero. El petróleo debe recorrer la ruta desde
el subsuelo hasta la mente de los venezolanos, para que lo pensemos y lo
repensemos hasta que por fin, logremos que el derivado número 3001 de esta rica
sustancia, sea el desarrollo sustentable de Venezuela. Y ojo, que para ello queda
generación y media… si acaso.
Para convertirnos en un
país petrolero es necesario acabar con
tanto mito que nos perjudica. Como la Leyenda Negra, que afirma que el culpable
de todos nuestros males es el petróleo, aspecto tan ilógico como un heredero
que culpe a su fortuna por haber caído en el alcoholismo o en las drogas. Aquí
aplica aquella frase de Juan Vicente Gómez cuando mandó para La Rotunda a Román
Delgado Chalbaud: que culpa tiene la estaca si el sapo brinca y se ensarta.
Existen otros mitos de
iguales consecuencias, como la Leyenda Dorada, que afirma que somos inmensamente
ricos, cuando la realidad es que somos un país con muchos recursos que no hemos sabido transformar en riqueza
sustentable. Más bien nos hemos convertido en unos limosneros sentados en un
barril, ante un mundo atónito que no sale de su asombro al observar cómo un
país con tantos recursos, es víctima de
la tragedia que padecemos, léase diáspora, hiperinflación, hambre y autoritarismo.
Es que la relación de los
venezolanos con el petróleo ha sido de amor y odio, no la hemos logrado
madurar. Desde los comienzos de la explotación del negocio, comenzó la lucha con
las transnacionales por los beneficios, esta realidad se reflejó en magníficas novelas
“petroleras” como por ejemplo “Oficina Número 1” de Otero Silva, “Mene” de Ramón Díaz Sánchez, o más
recientemente “Viento de Huracán” de José León Tapia. Todavía no se ha escrito la
novela de la madurez de esta relación.
Al igual que Miguel Ángel
Asturias afirmó que sus paisanos eran
hombres de maíz, podemos decir que los venezolanos somos hombres de petróleo.
Nos acostumbramos a que la riqueza venga desde arriba acelerada por el
estornudo de un jeque árabe, por alguna guerra de las llamadas petroleras, o
por un misil israelí contra algún vecino. Nos ha sido difícil comprender que la
riqueza se construye desde el trabajo, los negocios, la productividad.
Es tan así que cuando uno
oye en la calle a gente muy humilde discutiendo acerca de si Maduro es
bueno o malo, ¿¿¿¿????, el argumento de los “revolucionarios” es: “tú hablas mal
del gobierno pero tienes carnet de la patria y te quedas callado cuando cobras
los bonos…”. Todo se centra en la dádiva, la comisión, el tiramealgo.
Creemos que el petróleo
llueve. Para remate, esta “revolución” ha
matado la gallina de los huevos de oro y ahora… no hay huevos de oro. Cada día
exportamos menos barriles. A este paso se acelera el riesgo de dejar de exportar
en el 2109. ¿Abandonaremos la OPEP por no tener petróleo para exportar? ¿Entrará
Cuba en la OPEP, exportando nuestro petróleo? ¿Vamos siendo un caso de Cruz
Roja Internacional, como pronosticó Uslar Pietri?
MASA
CRÍTICA
Es imperativo que el
venezolano medio se empodere de su negocio petrolero. Que deje de serle un
extraño para que pueda comprender y apoyar los necesarios cambios que se avecinan en el negocio. Para
ello hay que formar masa crítica. En nuestros políticos, en nuestros
empresarios, estudiantes, sindicalistas. El petróleo es más que petróleo. Es
más que una industria próspera. Es más que una Renta que enriquece al gobierno.
Es más que un generador de empleo. Es todo eso y sobre todo la principal
palanca del desarrollo sustentable de Venezuela. Por ello, tenemos que
empeñarnos en construir una industria petrolera de primer mundo que impulse una
Venezuela de primer mundo. Como la que usted, yo y nuestros hijos, merecemos.
El petróleo es más que
petróleo. Es técnico, es político, es financiero. Y sobre todo, debe prestar
grandes beneficios al país. Nada ganamos con una industria petrolera de primer
mundo si no sirve de eje dinamizador con la Venezuela de desarrollo
sustentable. Como en esta “revolución” que padecemos donde la Renta Petrolera se
ha constituido en un catalizador de la destrucción.
Petróleo en la mente
significa que los políticos, los técnicos, los financistas, los sindicalistas y
toda la gente que tiene que ver con el desarrollo de una industria petrolera de
primer mundo, trabaje en conjunto… en equipo para lograr una industria diseñada
como correa de transmisión o eje, para el desarrollo sustentable de Venezuela.
El petróleo no es un
tornillo aislado, es un pivote. Como la educación, la industrialización, las
políticas sociales. Es industria próspera e impacto positivo en la sociedad.
Hay que pensarlo y repensarlo con estrategia, gerencia, inversiones, tecnologías,
desarrollo de Venezuela. Allí va nuestro
futuro. Lo demás, es esperar estornudos de jeques.
Excelente Rafael, por cierto tenia mucho tiempo sin leer lo referente a las leyendas, a que hace referencia tu articulo.ojala se cristalicen los anhelos de ser un pais mejor que el que tuvimos
ResponderEliminarSeñor Rafael,exelente anàlisis. Recoge toda nuestra miserable realidad mental de tenerlo todo y disfrutar nada.
ResponderEliminarMuy válido Rafael, gracias
ResponderEliminarRafael es Ramon muy bueno tu analisis sobre nuestra realidad petrolera un abrazo saludos
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