CHAVISMO EN AMÉRICA
Rafael
Gallegos Blog núm. 356
Asociar solidaridad con
socialismo nos ha hecho mucho daño a los latinoamericanos. En mi época de
estudiante oí a un político, “progresista” porque era socialista, decir algo
así como que existía socialismo cristiano; pero que jamás se podría hablar de
capitalismo cristiano. O sea… el capitalismo es malo. Por esa torcida carga
ideológica, a los latinoamericanos nos encanta una revolución anti capitalista para
intentar solventar nuestra profunda crisis social.
Por eso Fidel Castro tuvo
tanto éxito internacional. A los 22 días de su toma del poder estaba en Caracas
buscando el dinero que lamentablemente consiguió cuarenta años después. Fascinó
con su carisma a todo el mundo. Explicó que había un atajo denominado
revolución, que se transitaba por las montañas de Venezuela. En el mitin de El
Silencio, sacó un fusil y dijo que sólo lo guardaría cuando se hiciera la
revolución en América. Mucho político e intelectual le creyó y se dispuso a
tomar el cielo con la mano. En esa visita nació el futuro MIR. Castro – y eso
sí es injerencismo- dirigió y financió, con el apoyo de sus jefes soviéticos,
el movimiento subversivo latinoamericano. En Venezuela fue derrotado por Rómulo
Betancourt a la cabeza de valientes venezolanos, y luego en casi todo el resto
del continente.
En los noventa el comunismo
regresó con careta democrática. El máximo exponente de ese retorno fue Hugo
Chávez. Fidel, en un acto que muchos dicen visionario y otros de desesperada jugada
de su última carta en la dura época del “período especial” que casi da al
traste con su revolución, recibió a Chávez en 1994 con honores de Jefe de
Estado. Lo adoptó, adoctrino y guio al triunfo electoral del 98.
Castro, que en 1959 le
había pedido a Betancourt recursos del petróleo para “echarle una vaina a los
gringos” y éste con su voz estridente y malcriada le contestó no tengo plata,
no podía creer cómo tamaño pajarito se le puso en la punta de la escopeta. Cuando
Hugo Chávez llegó a Presidente y le puso las divisas petroleras a sus pies –
hasta el coloniaje - Castro estaba tan
contento que los deslenguados dicen que
rezó: Gracias Dios mío, gracias, tú sabes que yo soy ateo; pero gracias por
enviarme este muchacho… ah! y ves otro igualito por ahí, por favor mándamelo.
LA
NUEVA RED COMUNISTA
El dinero del petróleo
venezolano fue utilizado para expandir el neocomunismo. En pocos años arrasaron
en las elecciones en Nicaragua, Brasil,
Bolivia, Ecuador, Argentina, El Salvador, Honduras y algún otro que se escape. Fidel Castro no
podía creer como se le presentaba este segundo aire, mejor que el primero. Los
nuevos y sumisos pupilos portaban caretas de democracia. Hasta le pidieron que
volviera a la OEA y Castro se dio el lujo de decir que no.
Chávez y los neocomunistas,
aplicaron hasta donde pudieron – unos más y otros menos- la nueva política, o
mejor, la nueva plana, made in La Habana: debilitamiento hasta
el colapso de los poderes públicos y sumisión al Poder Ejecutivo, reelección
indefinida, elecciones opacas aplicando inmenso ventajismo. Ataques a la
libertad de prensa y a la propiedad privada. Fuerte represión. Militarismo
hasta transformar a esa institución en
apéndice del gobierno. Y corrupción infinita. Un poder, llamado irónicamente
popular… para destruir al pueblo en el nombre del pueblo.
Movieron el centro de
gravedad de la política. En estos países ya las elecciones no son entre
conservadores y liberales, o socialdemócratas
y democristianos; sino entre derecha e izquierda, o mejor: demócratas
contra neocomunistas.
Y si antes la URSS y la
China de Mao apoyaban las insurrecciones
comunistas, hoy la red se ha sofisticado. Los nuevos polos políticos giran en
torno a la guerra de Siria. Por un lado Rusia, China, Irán y el propio gobierno
Sirio, contando con la solidaridad de
Venezuela, Cuba y los neocomunistas; y por el otro Estados Unidos, la Comunidad
Europea y Arabia Saudita. Por estas condiciones geopolíticas Venezuela cuenta
con el apoyo – no sabemos hasta dónde- del primer bloque.
Ahora los polos son
Democracia y neo comunismo (o autoritarismo con careta). Así, perdió Petro en
las elecciones colombianas y se salvó Colombia,
como dijo Petro “por ahora”, en una frase que si Duque no se pone las
pilas…
Y los mexicanos con AMLO
están decididos a transitar un desmoronamiento tipo Venezuela. Nadie aprende en
pellejo ajeno. Nos ha costado entender que desarrollo es educación de primer mundo, empresa privada,
políticas sociales para erradicar la pobreza, honestidad y mucha democracia.
Ah!, y cero mesías.
¿Habremos comprendido?
Ojalá, porque hasta que no aprendamos la lección estamos condenados a
repetirla. Fidel, Chávez y si no superamos la pobreza, vendrán otro mesías más
aprendidos.
País nariceado solicita
estadistas…
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