¿Y DESPUÉS DE LA HIPERINFLACIÓN QUÉ?
Rafael
Gallegos Blog núm. 355
Los economistas nos dicen las
hiperinflaciones no duran más de cinco años. Y nuestras abuelas que no hay mal
que dure cien años ni cuerpo que lo resista. Lo cierto es que cinco o cien años,
hay que preguntarse qué sucederá en Venezuela luego de la hiperinflación.
En casi todos los países, luego
de la hiperinflación la variación de precios disminuye hasta un dígito y - tal vez por las lecciones aprendidas - se inicia una senda de crecimiento económico. ¿Será esa la intención del gobierno de
Venezuela? No, hay una diferencia fundamental entre “los demás” países y
Venezuela. En “los demás”: Argentina, Chile, Uruguay, Nicaragua y un larguísimo
etcétera sucedió algo que insólitamente no ha ocurrido en Venezuela: los gobiernos
reconocieron la hiperinflación y abordaron sus causas para superarlas.
En Venezuela por el
contrario, cuando hablan los jerarcas de la “revolución”, los más incautos llegan
a pensar que realmente la carestía y la escasez son un invento de la burguesía.
Claro, hasta que aterrizan de golpe y porrazo en la realidad al observar que una
lata de atún cuesta un salario mínimo. Ya sentimos nostalgia de cuando
discutíamos que la inflación podía llegar este año a 2.000 %. La verdad es que
ese número es nimio ante las últimas expectativas de 100.000, o 200.000 %. Otro
record más para esta “revolución”.
Cuando el gobierno reconoce que estamos mal aclara que no
es culpa de ellos, sino de la “guerra económica” generada por el imperio. Como
nadie les cree ahora culpan a los bodegueros y a los ganaderos. A este paso no
se descuide, mañana culparán a los que puedan comprar en el mercado negro, por enriquecer
a los bachaqueros en lugar de pasar hambre “por la patria”. Puro desparpajo que
insulta la inteligencia y afirma el autoritarismo.
Los economistas nos dicen
que para superar la inflación hay que dejar de emitir dinero inorgánico, y esta
“revolución” por el contrario multiplica circulante todos los días. Con el
agravante que ahora no tiene que imprimir billetes, sino que manda a “meter” el
dinero virtual en las tarjetas de débito.
Y por cierto, hablando de
economistas sesudos, ¿qué será de la vida del petro? La verdad es que al
gobierno le va mal con los petros… aquí y en Colombia… ¿va de petro satanás?
PRÓXIMO
PASO… LA PULVERIZACIÓN
El gobierno no se equivoca.
No tiene ningún interés en acabar con la hiperinflación. La idea es pulverizar
la moneda y el país. Para entonces, si usted quiere comer y no es enchufado, deberá anotarse en su consejo comunal, buscar su carnet de la patria y sentarse a
esperar su clap, o algún bono… hoy te puede tocar a ti. Todo cuidadosamente
planificado. Puro comunismo.
Pulverización de la moneda,
del rostro de Bolívar, de la CVG, de la agricultura, de las universidades
autónomas, de los hospitales. Hasta la diáspora ha sido planificada, no lo dude.
Venezuela va siendo un país
de viejos que como no hay industrias para trabajar viven de sus pensiones, de los clap, de los
bonos, de las remesas. El gobierno se jacta de pensionar a todos los viejos, y lo
hacen con un dólar mensual… mientras tanto, la ONU nos dice que un dólar,
diario, es nivel de pobreza crítica.
Hablan de democracia porque
hacen elecciones entubadas. Hablan de
soberanía y están en la órbita de la revolución cubana. Hablan de
integración latinoamericana mientras la
mayoría de las democracias de la zona los
aislan. Pura palabrería.
EL
GRAN NEGOCIO
No se engañe. La
hiperinflación es tal vez el último vehículo para acabar con lo que queda de
nuestra economía y de nuestro país. Es estratégica, así como la destrucción de
Venezuela - para comerte mejor.
Si de verdad quisieran
acabar con la inflación brincarían la talanquera para negar la barbaridad que
han sido. Devolverían la autonomía al Banco Central, controlarían el gasto
público, liberarían el cambio del dólar, acabarían con los controles, enseriarían
al estado pactando con un organismo que le preste unas cuantas decenas de miles de millones de
$. Resucitarían la industria petrolera más allá de las cursis medidas que
ofrecen que nos convertirán en importadores de crudo… aunque usted no lo crea.
Todas estas medidas traerían
prosperidad, dinero, oportunidades, regreso de un buen porcentaje de la
diáspora. Y muchos comenzarían a salir de la pobreza. Pero como dijo un
gobernador, eso no le conviene a la “revolución” porque al superar la pobreza,
los pobres se vuelven escuálidos… y se les puede acabar este proyecto de poder forever.
Si la hiperinflación no es
estratégica, ¿ por qué son tan “caballeros” y no la tocan ni con el pétalo de
una rosa”?... muy simple, así lo pauta la ruta comunista, vía pulverización del
país… comunismo.
Pilas y guáramo… o la
“revolución” nos devorará. ¿Y qué será de la vida de la Unidad?
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