PETRÓLEO EN LLANTO
Rafael
Gallegos Blog núm. 354
Si el candidato Chávez se
hubiera sincerado y expresado durante la campaña de 1998 que en apenas 20 años
quebraría a Pdvsa, ¿cuántos votos hubiera logrado?
Si en lugar de decir que
Pdvsa era una caja negra, hubiera expresado que le iba a meter cuatro manos más
de pintura- roja- ¿cuántos votos hubiera logrado?
Si en lugar de hablar de
las colitas que supuestamente los altos
ejecutivos se daban en los aviones de Pdvsa, hubiera dicho que él iba a
desaparecer la flota aérea de esa empresa ¿cuántos votos hubiera logrado?
Si hubiera dicho que iba a
descerebrar la empresa al botar a 23.000 técnicos (a mucha honra), que iba multiplicar
por tres a los trabajadores y dividir entre tres la producción, a multiplicar
la deuda, a desmantelar las refinerías, y a… importar gasolina, ¿cuántos votos
hubiera logrado?
Si Chávez hubiera dicho que
iba a convertir en chatarra a la segunda empresa petrolera del mundo y que con
un precio de setenta dólares no se iban a ver ingresos petroleros, o que en veinte años
Colombia nos iba a superar en producción, ¿cuántos votos hubiera logrado?
Pura oferta engañosa.
Qué tristeza. Ahora podemos
parafrasear aquella famosa serie de Maraven “Petróleo en gotas” y llamarla
“Petróleo en llanto”. Bastantes lágrimas ha arrancado esta destrucción
petrolera en los niños desnutridos, en los
enfermos que por la falta de tratamiento y de medicinas se tutean con la muerte,
en los padres desmayados por haber dado
su comida a sus hijos.
Y ahora observamos la
creación de Camimpeg y el decreto 3368 que otorga infinitos poderes al general
presidente y dejan al petróleo en manos de los militares. Y peor, la burla
populista y demagógica de decirle a país que van a reconstruir a Pdvsa bajo la
dirección de los trabajadores.
Basta de mentiras. Los
trabajadores cumplen un rol muy valioso; pero no es el de dirección. ¿A dónde llegarían
los cohetes de la NASA si su logística y direccionamiento fuera resuelto en
reuniones de trabajadores? ¿O los pacientes de un hospital si sus operaciones
de corazón abierto fueran orientadas por votación? La industria petrolera es
harto compleja. Requiere de gigantescas inversiones, tecnología de vanguardia y
gerencia de primera. Si falla una de las tres, falla la industria. Y en nuestra
querida Pdvsa… fallan las tres.
NARICEADOS
Y APÁTICOS
Los venezolanos somos un
público pasivo que observa la destrucción de Pdvsa y la primera hambruna
petrolera de la historia, como si estuviéramos viendo una película con cotufas
y todo. Nos cuesta entender que somos público y actores. Como si a usted le salpicara la sangre de un
crimen en el cine.
Observamos con pasividad de
corderitos, como el burrito bellaco de la novela “Canaima” naricea a un
gigantesco toro otrora bravío, llamado Pdvsa.
En ese toro nariceado va su
futuro, el mío, el de nuestros hijos y el de nuestra gente. Va el futuro de
Venezuela.
Hay que denunciar la
destrucción de Pdvsa. ¿Cómo? Divulgándola nacional e internacionalmente.
Haciendo Foros. Promoviendo debates con los destructores. Denunciando a los
culpables que están más que evidenciados. Exigiendo la restauración de nuestra
principal industria. Mostrando planes conducentes a la recuperación.
El mundo se asombra ante la pasividad ante la destrucción de nuestro petróleo
y nuestro país. ¿A cuántos barriles en
picada tenemos que llegar, a qué números de hiperinflación y de desnutrición, a
qué déficit de democracia, para que protestemos vehementemente?
¿Será que la primera rana
hervida de la historia… es venezolana?
Esta guerra sin bombas nos
ha convertido en una ruina sin gloria. Es la hora de mostrar si somos herederos
de Bolívar, o si por el contrario su ADN se ahogó en la renta petrolera.
Herederos de Bolívar, el verdadero, nada que ver con el que ha falsificado la
revolución y ahora nos mirará desde los nuevos billetes de quinientos mil. Sino
del Bolívar que luchó por la Independencia, la Democracia y la Unidad
Latinoamericana, tres cosas que la “revolución” nos ha quitado. Verbigracia la
entrega al comunismo cubano, las elecciones entubadas y el repudio general a
este gobierno en América.
A Bolívar le han hecho como
al Cristo de Dostoievski: mire Jesucristo es mejor que se quede tranquilo
porque de lo contrario vamos a tener que crucificar a Cristo en el nombre de
Cristo. Han acabado con el legado el Libertador en el nombre del Libertador. Y
con el pueblo… en el nombre del pueblo.
Defender a la industria
petrolera y a Venezuela de esta debacle es un deber patriótico. Estamos
entregándole a las próximas generaciones un casi ex país en medio de un
increíble marasmo. Y la Unidad, nada, como si no fuera con los líderes
políticos.
Petróleo en llanto; pero
los grandes hombres cuando lloran, sus lágrimas fecundan la tierra. Pilas y
guáramo son nuestras primeras necesidades.
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