DEL “POR AHORA” A LA ILEGITIMIDAD
Rafael
Gallegos Blog núm. 311
Cuando Chávez pronunció
aquel “por ahora” despelucó a los ingenuos y a más de uno le acercó la
posibilidad de tocar el cielo con la
mano. El mesianismo se exaltó y buena parte de Venezuela se fue tras de él cual
mesías revivido.
Sus seguidores pensaron: eso
es lo que hace falta, un tipo joven, simpático, un militar que ponga orden en
el caos, que acabe con tanto corrupto. Afloró la anti política y el comandante se
convirtió en el nuevo salvador de la patria.
En la prisión lo
entrevistaban y cual estrella de cine sonreía y saludaba. “Lo de estos
muchachos fue una tremendura, tenían buenas intenciones, fueron muy
valientes”… comenzaba la leyenda del comandante.
Más adelante en diciembre
de 1998, basado en su innegable carisma, el desencanto de la población y sobre
todo con la ayuda de unos cuantos “notables” que lo promocionaron con la
intención de salir de los adecos y los copeyanos “como sea”, Chávez se
convirtió en Presidente.
Disfrutó de magníficos
precios petroleros. A “realazos” generó prosperidad temporal mientras destruía
la economía y las instituciones con la intención de permanecer, como sus jefes
del comunismo cubano, para toda la vida en el poder.
Los más avezados se dieron
cuenta del caos que generaba su gobierno. Por ello políticos, sindicatos,
empresarios, estudiantes, los trabajadores petroleros con su monumental fuerza,
y muchos venezolanos, se unieron en la huelga general del 2002. El 11 de abril,
Chávez fue desplazado del poder… insólitamente lo regresaron.
FALSO
PROFETA
Chávez inició como mesías y
terminó como falso profeta. “Su” destrucción estratégica del país se
caracterizó con medidas como “exprópiese”, “empresa parada empresa tomada”,
invasiones, licuefacción de los poderes públicos, así como ledezmización y protectorados para anular el efecto de los
opositores ganadores en elecciones.
Todo ello ocasionó la
actual economía destruida, la Pdvsa pre quebrada, los eriales del campo, el
acabose del parque industrial… y de la democracia.
Cuando se comenzaron a
sentir los nefastos efectos de las políticas socialistas: inflación, escasez,
caos, inseguridad, desempleo, hambre y más hambre; el pueblo se alejó del “por ahora” y comenzó a percibir como
ilegítimo al poder “revolucionario”.
A partir del triunfo de la
oposición en la Asamblea Nacional, aceleraron las medidas dictatoriales con aspectos
que culminaron en esta elección inconstitucional y fraudulenta de la actual
Asamblea Nacional Constituyente.
Inconstitucional porque no
consultó al pueblo ni su ejecución ni las bases, y por la fascista sectorialización. Lo de fraudulenta
lo acusan entes muy ligados al CNE, y a confesión de partes relevo de pruebas. Votos fantasmagóricos que batieron su propio record
numérico con los centros electorales vacíos. Gasparín vive.
Una Asamblea Constituyente obligada,
y antidemocrática porque una minoría intenta aplastar a una mayoría que no los
soporta. Y eso, los vuelve ilegítimos. Al decir de los deslenguados, ilegítimos
como los cachorritos que no aguantan que los alcen por la nuca sin chillar.
En el 2002 la protesta
consistió en una “rebelión cerebral”,
que desde temprano vislumbró el daño que
la naciente “revolución” le ocasionaría a Venezuela. Hoy se trata de una palpable
“rebelión estomacal”. Las desfachateces de esta “revolución” le han afectado
como nunca al estómago de los venezolanos. La primera hambruna petrolera de la
historia. Qué vergüenza.
LA
ARMAS QUE LE QUEDAN A LA “REVOLUCIÓN”
Ante tamaña deslegitimación
inconstituyente les quedan la represión, la desmoralización y el “casquillo”
para dividir la oposición.
Hablan de paz mientras
amenazan a todo el mundo, irrespetan a los opositores, reprimen a los
diputados, “privan de libertad” a muchos alcaldes y acumulan cientos de presos
políticos en medio de serias acusaciones de torturas. Por si fuera poco fuerzan
las instalaciones de la Asamblea Nacional. Te pareces tanto a mí, les canta el
dictador Juan Vicente Gómez.
El mundo está horrorizado
con este atropello a la democracia. Más de 40 países, han denunciado esta ilegitimidad
del siglo XXI. Trece cancilleres latinoamericanos los declaran dictadores.
Muchos retiran embajadores y anuncian serias medidas. Las denuncias de fraude
electoral potencian el descontento mundial con la ANC.
Internamente el gobierno no
parece tener idea de cómo pagará sus deudas, o de cómo detendrá la desesperanza
y la vorágine del hambre.
El mismo pueblo que los idolatró,
hoy los considera sus enemigos número uno. Pasaron de héroes a villanos, de
benefactores a obstáculos. Aunque usted no lo crea, para permanecer en el
poder, convirtieron a “su” Constitución en “moribunda”.
La legitimidad del “por
ahora” decrece… al ritmo que crece la sombra cuando el sol declina.
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