LA CRECIENTE FUERZA DE LA DEMOCRACIA
Rafael
Gallegos Blog núm. 292
“Con la OEA y sin la OEA hago
siempre lo que quiero y mi palabra es la ley”, es la ranchera que nos quiere poner
a bailar el gobierno. Sin embargo resulta paradójico que quien por ahora sigue siendo el
rey pueda imponerse sin plata, ni
pueblo, ni nadie que lo comprenda… ni en Mercosur, ni en Europa y menos en la
OEA que agrupa a todos los estados latinoamericanos, a excepción del
totalitarismo cubano.
La OEA a lo largo del
tiempo ha sido reflejo de los estados que la integran. Cuando los tiempos son
dictatoriales, la OEA es dictatorial y cuando son demócratas, las dictaduras
quedan lejos.
Por ejemplo, en 1954 una
OEA altamente dictatorial, realizó en Caracas la X Conferencia Latinoamericana,
bajo la bandera del anticomunismo tutelada por el gobierno de Eisenhower. Era
la época de dictaduras favorecidas por Estados Unidos y de la llamada internacional de las espadas
donde destacaban los dictadores Somoza, Trujillo, Batista, Pérez Jiménez,
Odría, Duvalier y Rojas Pinilla, entre otros. El canciller guatemalteco
Guillermo Toriello, en su discurso defendió el proceso democrático de su país -
una isla democrática en la época – y denunció las dictaduras que gobernaban
América. De nada le sirvió, a los pocos meses su presidente Arbenz fue
derrocado “y que” por comunista.
Pero los tiempos cambian. A
los pocos años, la internacional de las
espadas comenzó a caer como barajitas. Para finales de la década se
delineaban en América tres referencias
políticas: Rómulo Betancourt el dirigente democrático, Trujillo (Chapita) el dictador militar, y Fidel Castro el comunista.
Chapita intentó asesinar a
Betancourt en 1960. Venezuela solicitó una reunión urgente de la OEA que
resultó en la expulsión de República Dominicana. La OEA, más bien democrática,
hizo bien al botar a Chapita por intento de asesinato.
Luego Fidel Castro financió
y entrenó las guerrillas y los movimientos subversivos en Venezuela. Además fue
el responsable de la invasión de Machurucuto. Al final, a instancias de la
democracia venezolana, la OEA lo expulsó de su seno. Bien botado, por invadir
un país hermano. Ya fuera, el régimen cubano hizo como en el cuento del zorro y
las uvas: dijo que la OEA era un ministerio de colonias. Tal vez tenía razón.
Pero lo que no explicó fue que el comunismo cubano era un triste apéndice de la
Unión Soviética.
La OEA, reflejo de América
Latina, se ha ido superando con los tiempos. Luego de las dictaduras del cono
sur de los setenta, comenzaron a florecer las democracias. Hoy en todos los
países (menos en Cuba) hay democracias. Unas eficientes y otras tan anémicas
que se les dice dictaduras, verbigracia Venezuela.
Hoy, en pleno siglo XXI, la
OEA no acepta regímenes de facto. Cosas de la evolución. Ahora América es
continente de paz y de democracia. Y la unión de los estados, la OEA, cuestiona
a Venezuela por alterar gravemente el orden constitucional. Para no redundar no
explicaré los detalles que seguramente usted conoce, y padece, mejor que yo. Y el gobierno, como el chiste de Jaimito
cuando se sabía una sola pregunta y era la única que contestaba, solo responde injerencismo, lacayismo, guerra
económica internacional y etc., ante palpables acusaciones como licuefacción de
poderes, anulación de la Asamblea, acumulación de presos políticos, o no
realización de elecciones. Puro escurrir el bulto. Acusa a la “rancia derecha
internacional tutelada por el imperio”. Pero ni por equivocación da por ejemplo
fecha de elecciones regionales, que con justicia podrían ser nacionales porque
el régimen anuló injustamente el Revocatorio, que constitucionalmente hubiera vencido al período presidencial de
Maduro.
Los recientes comunicados
de la OEA y de Mercosur reflejan la fortaleza de la democracia en Latinoamérica.
Es muy simple, si los organismos internacionales no reaccionan América Latina
podría plagarse de dictaduras, autocracias, o socialismos del siglo XXI, que es lo mismo. Hoy la
democracia es más robusta que las dictaduras en la zona. Y Almagro, un prócer
de la democracia.
Y para más INRI, mientras
se discutía en la OEA y porsiacaso alguien tenía dudas del carácter dictatorial del gobierno,
hirieron a dos diputados: Juan Requesens y José Brito; y acrecentaron en cuatro
los presos políticos. ¿Qué dirá el defensor del pueblo?
Pueblo hambriento y
amordazado solicita democracia.
LA
FISCAL Y MADURO
1.- A confesión de partes: si
la fiscal dijo se había efectuado un golpe de estado…
2.- Maduro tiene razón: hace
falta un diálogo. Presidente, si está
tan abierto al diálogo, permita el más sincero y protagónico. Un diálogo de 30
millones de personas: las elecciones. Además,
Venezuela no es suya, es de todos los venezolanos que estamos loquitos por
votar.
Gánese aunque sea un
puntico en la historia. Elecciones ya.
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