DEMOCRACIA SIN ELECCIONES ES DICTADURA
Rafael
Gallegos Blog núm. 281
Cosas de autócratas: la
actitud de presidente José Tadeo Monagas
en 1858 queriendo forzar la Constitución para ampliar su periodo presidencial
de cuatro a seis años, es la misma de Hugo Chávez cuando creo en un segundo e
ilegal intento, la reelección indefinida. No muy diferente a la actitud de Daniel
Ortega presidente reelecto por siempre y nada menos que con su esposa de
vicepresidenta. Nepotismo habemus.
En 1910 el valiente
periodista Rafael Arévalo González, vista la aproximación del período legal de
elecciones, en un ejercicio de inocencia lanzó la candidatura presidencial del
Dr. Félix Montes para competir nada menos que contra el dictador Juan Vicente
Gómez. Montes terminó exiliado en Curazao y González pagó su atrevimiento posando
sus huesos en La Rotunda.
Pero no siempre fue así.
También hay demócratas, como López Contreras que disminuyó su período
presidencial de siete a cinco años, o Larrazábal que para dar el ejemplo
renunció a la presidencia cuando se lanzó de candidato presidencial, o Rómulo Betancourt que teniendo la victoria
en sus manos no quiso ser candidato presidencial en 1973.
EN
LA SATANIZADA REPÚBLICA CIVIL…
En 1968 el candidato del
gobierno Gonzalo Barrios perdió las elecciones por mínima diferencia. El
presidente Raúl Leoni entendió que era saludable para la reciente democracia
que la oposición ganara unas elecciones tan cerradas. Asumió Rafael Caldera y a
los cinco años, su candidato Lorenzo Fernández perdió ante el opositor Carlos
Andrés Pérez, cuyo candidato (de AD)
Luis Piñerúa fue derrotado cinco años
después por el opositor Luis Herrera. Luego en 1998 Hugo Chávez ganó las
elecciones ante Salas Romer, candidato del establishment,
y sin ningún inconveniente, asumió la Presidencia de la República.
En resumen: durante la
República Civil, de nueve elecciones presidenciales, el gobierno perdió nada
menos que siete, y siempre entregó el poder. Además, las elecciones se
realizaron, todas, a la fecha y hora precisa, sin esas comunistoides excusas
como las que ahora asoma el gobierno para no contarse.
LA
ALERGIA ELECTORAL DE LA “REVOLUCIÓN”
Ahora que la “revolución”
sabe que el pueblo los repudia y que no ganarían ni una elección de condominio,
se les ha caído la careta y se han convertido en los reyes de la tramoya. Cual
Juan Charrasqueado si pierden arrebatan. Como le arrebataron al secuestrado
Ledezma, le nombraron “protector” a Capriles, han apresado a alcaldes, o han
anulado a los diputados de Amazonas por más de un año, por temblor a la mayoría
calificada de la gloriosa Asamblea Nacional.
Ahora que nadie los quiere
anulan el Revocatorio, y atrasan las elecciones para gobernadores y alcaldes. Además
amenazan aumentar el desfase con eso de
la legalización de los partidos políticos. O sea, que la democracia revolucionaria,
si acaso hará elecciones regionales en el 2018 después de legalizar a los
partidos que les parezca, anótelo. ¿Y qué irán a inventar para las
presidenciales? Probablemente seguirán
inhabilitando o apresando a los candidatos peligrosos de la oposición como
Capriles, Ledezma, Leopoldo, Ramos Allup, María Corina…
… Y se la jugarán con la
Asamblea Nacional. Un deslenguado me dijo que están deseosos de anularla; pero saben que perderían peor que
en el 2015. Tal vez lo que les convenga es nombrar 112 Diputados Protectores
Parlamentarios, como el Protector de Miranda. Pura democracia.
La meta de la “revolución” -
quién lo duda - es no contarse, o hacerlo como los panas y jefes de la
democracia cubana: con un solo partido (PSUV) y jactándose de haber ganado con
el 99 % de los votos.
Y mientras hacen sus
tramoyas amparados por cuatro de los cinco poderes, el pueblo muere de mengua. Sin
pena, mienten diciendo que ha que han disminuido la pobreza y la miseria, cuando
por ejemplo, Venezuela come ahora 75% menos de carne y que el único negocio que
crece es la franquicia del Restaurant Basuras.
Se jactan de haber construido millón y medio de viviendas. ¿Usted cree
que aguantan una auditoría? ¿Y cree que de verdad pasan de cien mil?
Maduro dice que arrasaría
en unas presidenciales en Colombia, que idem en unas presidenciales en Brasil,
y no lo dudamos, es más deseamos que se lance por allá. De lo que estamos seguros es que en Venezuela su derrota sería
espectacular. Nueve arepas.
Si fueran demócratas como
Betancourt, Leoni, Caldera, Pérez, Lusinchi, o Herrera, se contarían, perderían
y se irían. Así harían esos líderes de la República Civil, quienes tenían mil
defectos, fallas y hasta malos gobiernos; pero la verdad sea dicha: ante Chávez
y Maduro… parecen Churchill.
Y hablando de Churchill, no
se desesperen, que las crisis como ésta, producen magníficos liderazgos. Digamos
con Shakespeare que la noche es más oscura antes del amanecer.
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