BETANCOURT Y FIDEL: DEMOCRACIA Y DICTADURA
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Rafael Gallegos Blog núm. 276
Los años sesenta fueron de
redefiniciones, rompimiento de ideas… lumpias. La mayoría de los intelectuales
eran de izquierda y los estudiantes, ni hablar.
En 1959 llegó Fidel Castro a
Venezuela. Todo un espectáculo, los barbudos fungían de estrellas de rock. Las
mujeres los abrazaban, los besaban, les arrancaban botones, y hasta los pelos
de la cara.
¿Y ustedes con esas
montañas tan altas no han hecho la revolución? – preguntaban asombrados, al
observar el Ávila.
La revolución les parecía
cosa de montañas.
- Si
fuera así, tal vez deberían comenzar por el Himalaya y dejarnos tranquilos – se
habrá dicho entre dientes Rómulo Betancourt.
El gran político venezolano
fue uno de los pocos que no cayó en la histeria fidelista.
- No
tengo dinero – le dijo con su voz antipaticona y estridente al comandante
Castro, cuando este le pidió petróleo o vaya usted a saber qué, “para echarle
una vaina a los gringos”.
Fidel no se llevó ni un
dólar, “por ahora”, como diría quien después le entregó a Venezuela. Pero se
llevó a la juventud de Acción Democrática (AD), y nació el Movimiento de
Izquierda Revolucionaria (MIR), una gran fisura en la alborada de la democracia
venezolana.
- Comandante,
por qué usted no convoca a elecciones, con esa popularidad, arrasaría – le
preguntó mi padre, el querido e inolvidable Rafael Gallegos Ortiz.
- Basta
que un solo diputado me eche vaina para que yo no pueda hacer lo que tengo
pensado- le respondió Castro.
LOS
DOS MODELOS
Rómulo Betancourt significó
para Venezuela el ideario democrático: elecciones limpias, independencia de
poderes, libertad de expresión y de empresa, soberanía económica, desarrollo de
agricultura e industrias, infraestructura, educación, servicios,
alternabilidad, representatividad de los partidos minoritarios, pilas y guáramo
para luchar contra las insurrecciones militares y comunistas… a la larga se levantaron Guri, CVG, Pdvsa, aeropuertos, autopistas,
crecieron importantes ciudades, sureste de Caracas, becas Gran Mariscal de
Ayacucho, revolución educativa. En los años setenta Venezuela era una referencia, muy perfectible claro, en
América Latina. Había derrotado la invasión del comunismo internacional,
encabezada por Castro. Lo hicieron a punta de plomo y democracia.
Por su parte Fidel Castro
significó la dictadura más totalitaria de América. Cero libertades, un solo
partido, fusilamientos, presos políticos, entrega de la soberanía al comunismo
soviético, racionamiento, expropiaciones, escasez, hambre… marasmo comunista en
nombre de los pobres. Huida en masa de los cubanos, que preferían arriesgar la
vida en las fauces de los feroces tiburones del Caribe, que las dolorosas coces
del “Caballo”. Cuba terminó cual tiburón, como país martillo. Botaron la hoz del
comunismo y dejaron el martillo… “martillaron” primero a la URSS y luego a
Venezuela. Reflejaron una revolución que si bien mostró al comienzo avances
sociales en medio del totalitarismo, paralizó la agricultura, el azúcar, las
industrias y todo lo que se moviera. “Para comerte mejor”, le dijeron a Cuba,
cual lobo a la caperucita.
LA
SEGUNDA BATALLA
Castro intentó invadir a
Venezuela por diversas vías. Los demócratas y militares venezolanos le dieron KOT. Fue expulsado del sistema interamericano.
A los años, los intelectuales y las juventudes lo fueron abandonando. Al suicidarse el comunismo soviético, arreciaron
los problemas en una Cuba que no producía casi nada.
Por eso los deslenguados
dicen que al Fidel observar a Chávez
gritó: Eureka!
Cuando el venezolano le
respondió sí a lo que le había negado el sagaz Betancourt 40 años atrás, Castro y
que rezó:
- Dios
mío tú sabes que yo no creo en ti; pero gracias por haberme mandado a este
muchachote desde Venezuela- y sacó el martillo.
Petróleo por espías. Cosas
veredes…
DE
LOS MISMOS MUSIÚS Y DIFERENTES CACHIMBOS
Betancourt también se llamó
José Figueres, Lázaro Cárdenas, Rómulo Gallegos, Álvaro Uribe, López Michelsen,
Ricardo Lagos, y tantos líderes que
dedicaron su vida a implantar y mantener sistemas democráticos en América
Latina, luchando contra el caudillismo, el militarismo, el comunismo, el
golpismo y tantos ismos tan dañinos.
Fidel Castro perteneció al
club de los líderes anuladores de
las vías electorales, de la libertad de
prensa y de pensamiento; propiciadores de presos políticos, de la represión, del
poder para siempre. Estirpe de mesías semillas de falsos profetas: Velasco
Alvarado, Somoza, Pinochet, Trujillo… de la larga la lista de dictadores
latinoamericanos.
Venezuela hoy se debate
entre la dictadura y la democracia. Pilas y guáramo…
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