“NI CON VOTOS NI CON BALAS”, PURA DECADENCIA
Rafael Gallegos Blog núm. 272
Este gobierno es suma cum
laude de la decadencia. ¿Surgirá algún talento como el de José Rafael Pocaterra
capaz de escribir otras memorias de algún venezolano de esta decadencia
chavomadurista?
Para no hacer largos
recuentos, ubiquémonos en la decadencia de los personajes que nos gobiernan
respecto a estamentos políticos del pasado. Las comparaciones son odiosas; pero
es inevitable recordar- y relacionar con la actualidad - cuando el Presidente de la República era el
gran novelista Rómulo Gallegos y su canciller nada menos que el emblemático
poeta Andrés Eloy Blanco. O la época de líderes, cuestionados en su momento,
pero con una luz que brilla a la distancia, como Rómulo Betancourt, Rafael
Caldera, Raúl Leoni, el Maestro Prieto, Pérez Alfonzo, Alirio Ugarte Pelayo,
Burelli Rivas, Sucre Figarela, Rafael Alfonso Ravard; o militares como el
civilista Wolfang Larrazábal. Y si comparamos con los izquierdistas de la época,
los “comunistas” que nos gobiernan se
enceguecen ante la talla intelectual de Moisés Moleiro, Américo Martín, Teodoro
Petkoff, Juan Bautista Fuenmayor, Héctor Mujica y dejemos de contar.
Recuerdo con nostalgia
cuando el Dr. Uslar Pietri, otro incomparable, dijo “pendejos” ante una
escandalizada televisión, o el ya expresidente Lusinchi salió en primera plana
por decirle a un periodista “a mi tú no
me jodes”. Eran palabras altisonantes, de excepción para el educado lenguaje de
la época. Nada que ver con la decadente sarta
de vulgaridades que cualquier alto funcionario suelta día a día por los
medios, desde mentadas de madre hasta acusaciones de drogadicción o de
asesinato, y Conatel… viendo hacia otro
lado.
JÓVITO
VILLALVA
El “ni con votos ni con
balas” del presidente Maduro, contrasta con el “votos sí, balas no” del candidato
presidencial Jóvito Villalba en 1963, otro dirigente brillante y decente. Frase
muy significativa si la ubicamos al final del violento quinquenio betancurista cuando
se produjeron el Barcelonazo, el Carupanazo, el Porteñazo y la invasión a
Venezuela liderada por el pana y modelo Fidel Castro. Ante las actitudes
conspirativas y golpistas, la frase del Maestro Villalba demostró su compromiso
con la democracia.
Contrario al talante dictatorial
del “ni con votos ni con balas” de
Maduro, que indica que quienes nos le oponemos no podemos acceder a Miraflores,
ni por las buenas ni por las malas. ¡Ni que Venezuela fuera de ellos! ¿Y eso es
negociación? ¿Cómo es eso de que tenemos que acostumbrarnos a que ellos sean
gobierno y nosotros oposición? Y plantean que sin Maduro no hay paz,
pretendiendo imitar a Luís XIV en su
lecho de muerte con su “después de mí el diluvio”, cuando todos sabemos que
está cayendo un palo de agua y… no tienen paraguas.
MUD
Y DIÁLOGO
La MUD va al diálogo y yo
confío en la MUD. Tiene sus credenciales de triunfo el 6D, contra todos los
pronósticos y contra todos los pesimistas. Y no son ni bobos ni traidores. Hay
que confiar en su estrategia. Ya veremos… nadie dijo que esto era ni fácil, ni
corto.
Confían en el Vaticano, que
tiene la llave del diálogo. Esperemos que el papado sea firme en la defensa de
los derechos de los venezolanos, sin entregas. La hora es crítica y decisiva.
Observemos la espada de Damocles que representa para la democracia
latinoamericana el triángulo de las Bermudas Cuba, Nicaragua y Venezuela.
Confiamos en que el Vaticano haya superado aquella Orden Piana que le otorgaron
al sanguinario déspota Juan Vicente Gómez.
De ninguna manera se pueden
“negociar” nuestra dignidad y nuestros derechos. En las democracias no “privan
de libertad” por razones políticas y las diferencias se dirimen mediante el
voto. El Revocatorio, o contarnos todos, es la bandera.
“VÁMONOS
QUE NADIE NOS QUIERE”
Si saben que nadie los
quiere, es la hora de irse. Si saben que han ocasionado una catástrofe, es hora
de irse. Si saben que hay un país unido resuelto a defender sus derechos, es
hora de irse. Y sería decente que imitaran a sus panas de la FARC y pidieran
perdón por tanto daño.
Pero nada, pura
contradicción, engaño y aferrarse al poder. Se llaman bolivarianos en medio de
gigantescas diferencias con el Libertador. Por ejemplo, él nació rico y murió
pobre. Contrario al grotesco enriquecimiento de muchos “revolucionarios”. Se
jactan de ser bolivarianos; pero imitan a Hitler, a Idi Amín, o a Chapita con la
frase “ni con balas ni con votos”. Olvidan
que Libertador fue uno de los padres de la democracia venezolana. Te pareces
tanto a mí, les canta Boves desde su tumba.
Si de verdad fueran
bolivarianos imitaran al Simón Bolívar quien en su lecho de muerte deliraba
“vámonos que nadie nos quiere”. Porque el Padre de la Patria fue demócrata…
hasta en su agonía.
Pero nada, pura decadencia.
¿Bovesismo leninismo?
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