PETRÓLEO, RENTA Y RENTISMO
Rafael
Gallegos Blog núm. 261
En Venezuela desde hace más
de cien años, los términos petróleo, renta y rentismo han interactuado en
seguidilla. El petróleo genera renta y la renta genera rentismo, o mentalidad
rentista.
Durante la dictadura de
Gómez, las transnacionales petroleras fungieron como enclaves y para los
venezolanos eran como garimpeiros. Al comienzo no teníamos ni idea del negocio
petrolero. Con el tiempo hubo aprendizaje y se adoptó el concepto de
transformar el petróleo en desarrollo sustentable, acuñado por Uslar Pietri en
la frase “sembrar el petróleo”. Luego se impuso la orientación de maximizar la participación
de los venezolanos en la renta. De allí surgió la Ley petrolera de Medina
Angarita y el llamado “fifty- fifty” de
Betancourt y Pérez Alfonzo.
La renta petrolera se
convirtió en la principal fuente de divisas mientras la agricultura se mudaba
desde los campos hacia los puertos. Y la moneda se volvió tan dura como la de
cualquier país desarrollado.
El modelo - economía de
puertos, moneda dura - funcionó los primeros años en ese país palúdico e
improductivo que arrancaba desde cero. Venezuela durante unos cincuenta años logró
uno de los mayores crecimientos sostenidos, económica y socialmente, en el
mundo. Además el petróleo nos sirvió para “sembrar” la democracia. En los altos
años sesentas y los setentas, Venezuela fue una isla democrática en
Latinoamérica, rodeada de dictaduras y guerrillas por todas partes.
Años de democracia civil
que han sido los más prósperos de la historia de Venezuela. Pero, parafraseando
a Marx, el uso de la renta petrolera generó en su seno el germen de su propia
destrucción: la moneda dura y el petroestado. Y si a eso aunamos que
confundimos recursos con riquezas…
Moneda dura que hacía que
producir en Venezuela fuera más costoso que importar y petroestado que
concentró en la figura del Presidente de la República todo el poder de decisión
que por definición contradice los principios democráticos. Además, quedó la
mentalidad rentista (rentismo), tan fuerte que ha sobrevivido en los momentos
de mayor escasez: creemos que somos ricos y que el estado nos tiene que dar
todo.
En pleno boom de los
setenta, el gran Pérez Alfonzo, vislumbró con su “Efecto Venezuela”, que tanta
divisa, superior a la capacidad de absorción del país, nos iba a descompensar.
A partir de la devaluación de 1983, se comenzaron a sentir las secuelas de éste
Efecto, en el marco de nuestro círculo vicioso: de boom en boom y de paquete en
paquete.
Se agotó el esquema y los
venezolanos, en lugar de volcarnos hacia una economía productiva y perfeccionar
la democracia, nos embarrancamos (estadísticamente) tras el populista Chávez,
quien como Jefe de Petroestado, tenía los bolsillos repletos de dólares y dilapidó
la renta exacerbando el facilismo y destruyendo la economía.
Le tocó un boom gigantesco
de 100 $ el barril durante quince años. Utilizó la renta para acabar con el tejido empresarial e
institucional y luego de diez y ocho años, llegamos a esta hiperinflación y
escasez que unos llaman socialismo del siglo XXI y otros hambre, desesperanza y
colapso.
EL
FUTURO
Nos queda a lo sumo
generación y media con los hidrocarburos en plan estelar. Petróleo, renta y
rentismo, deben ser redimensionados.
En lugar de petróleo: Energía y química, es decir petróleo,
gas, refinerías y petroquímica. Hay que innovar el negocio, expandirlo hacia
todas sus posibilidades para maximizar el valor agregado que pueda generar.
En lugar de renta: Beneficios de los Hidrocarburos: Renta, industria conexa, industrialización, Petroquímica
como pivote de industrialización y Responsabilidad Social. La renta debe ser
reorientada, descentralizada (en términos de decisión y geográficos) y
utilizada exclusivamente en inversiones (que el gasto salga del ISLR).
Y Execrar el Rentismo (Productividad). Las divisas no vienen del
cielo, hay que trabajarlas. No somos un país rico, sino un limosnero sentado en
un barril. Hay que aplicar Reingeniería al Estado Venezolano… y al país. Es
necesario profundizar la democracia y
potenciar la propiedad y las inversiones privadas. Además, aplicar la
estrategia Marginalidad Cero, porque al rescatar la democracia, o acabamos con
la marginalidad o pronto llegará otro Mesías más aprendido.
Es imperativo lograr una
relación adulta con nuestro principal recurso: Energía y Química/ Beneficios de
los Hidrocarburos/ Productividad.
PRIMERO
DE SEPTIEMBRE
Rescatar la democracia pasa
por salir a la calle el 1ro de
septiembre. RR2016. Que retumbe Caracas y que retumben los principios
democráticos.
Nos vemos en la calle.
PD:
Lamentamos profundamente la desaparición física de nuestro primo político Luis
Christiansen, Presidente de Consultores 21. Hombre joven, honesto e
inteligente, que parte cuando tenía tantas cosas por dar a Venezuela. Paz a sus
restos.
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