EL PAÍS MÁS FLACO DE AMÉRICA

               
 Rafael Gallegos    Blog núm. 254

La llamada “Dieta Maduro” ha adelgazado al país. No lo vea tan mal, ahora comemos menos carne, harina, pasta, aceite y azúcar, entre otras nostalgias, por lo que tenemos menos triglicéridos y colesterol, y por lo tanto menos riesgo de infarto. Estamos más delgados, una o dos tallas, observe su entorno. La Dieta Maduro nos cumple el sueño de botar los cauchitos, la barriga, la papada. Algunos hasta se verán más jóvenes y podrán sacar del closet ropa que ya daban por perdida, que de paso compensa la imposibilidad de comprarla nueva. Aunque gracias a la “revolución”, uno de los mejores negocios es vender ropa usada para comprar comida.

La Dieta Maduro, también llamada Dieta Roja - Rojita, deja como niños de pecho a Scardale, Alí Lazo, otros doctores famosos, a la dieta de los puntos y a luminarias como Jane Fonda. La dieta de las mises es inaplicable en Venezuela,  ya que se basan en el inalcanzable atún.

Esta Dieta Roja – Rojita es la que se aplica en todos los países comunistas. A paso de vencedores, vamos desplazando a Cuba como como el país más flaco de América. Observe. La misma ruta “revolucionaria”. Y claro, los mismos resultados. Ya vamos llegando a los “buzos” en nuestros basureros. Eso nos pasa por copiarnos del peor alumno del salón.

La  sangre limpia de colesterol y otras toxinas, se considera de calidad para la exportación. Como en el Haití de Duvalier, ¿Exportaremos sangre roja – rojita?

Pero no todo son buenas noticias. Porque en los niños venezolanos de hoy avanza la desnutrición que en el futuro significará  menos talla, peso, inteligencia, capacidad de producir y por supuesto menos salud y expectativa de vida. ¿Cuántos niños, ancianos y enfermos han muerto por esta escasez roja- rojita?

Y el estrés desespera los padres. “¿De dónde saco la leche para los niños?” Muchos sacrifican sus comidas para que sus hijos coman. En el país crece el hambre, verdadero origen de las pobladas, que el gobierno se empeña en publicitar como obra de la derecha,  de los paramilitares, o del infaltable Uribe.

Somos el país de las caras alargadas, sería bueno averiguar cuantos kilos hemos rebajado en promedio en los últimos meses. Observe el desinfle las caras de los entrevistados por televisión. Observe a sus vecinos, si no son enchufados. Caras alargadas, como los relojes de Dalí. El surrealismo del hambre.

Es que el pueblo escuchó mal. No era Hombre Nuevo, sino Hambre Nueva. ¿Qué sentirá el rozagante presidente, presidiendo un pueblo tan flaco?

Cadena de valor del hambre

Cuando Chávez decía “exprópiese” estaba sembrando los barros que han traído estos lodos. Si hubiéramos agudizado el oído, hubiéramos escuchado: arruínese. Casi todas esas empresas expropiadas son eriales. Pero la cadena comenzó antes, cuando la “revolución” hizo todo lo posible por desprestigiar a los empresarios, a la gente de Pdvsa, a insultar a la iglesia, a los “oligarcas”, a las “cúpulas podridas”, o cuando quiso freír en aceite a los adecos. Toda una campaña de desprestigio que trajo como consecuencia la salida de más de cien transnacionales, la quiebra de miles de empresas, el acabose de Pdvsa y de las empresas de Guayana, la invasión de haciendas productivas, la pérdida del 30 % de la ganadería.  Claro que hubo Guerra Económica, la provocó el gobierno para acabar con el país. Destrucción estratégica para comerte mejor.

Como en el comunismo cubano, desmontaron la economía para permanecer toda la vida en el poder. Pero aquí les tambalea el modelo, el pueblo es profundamente democrático. Quien no nació en democracia, se crio en democracia.

Todos los exprópiese trajeron este desabastecimiento de comida y medicinas  superior al 70 %. Y la inflación más alta del mundo.  O sea, no hay comida y la que hay supera la capacidad de adquisición de los venezolanos. Un médico, un profesor, un TSU, o un profesional medio tienen que trabajar muchos meses para comer por un mes. O sea… Misión Imposible. El sueldo mínimo no cubre ni el diez por ciento de las necesidades alimentarias… Hambre, ¿patriótica?

Y gobierno: sin echarle la culpa a nadie. Porque ni el imperio, ni el “pelucón” gritaron exprópiese, ni controlaron los precios por debajo de los costos, ni destruyeron a Pdvsa, ni desaparecieron toneladas de divisas, ni destrozaron los principios económicos con aquello de “un millardito”.

Ahora como Jesús en Canaan, pretenden convertir el agua en vino. Un milagro: repartir la comida que no hay. Tal vez el único milagro de esta “revolución”, ha sido transformar la riqueza del subsuelo, en hambre.  Un anti milagro.

Con tanta flacura, terminaremos volando como Remedios, la bella.

Cuento Corto
Recontra

Cuando fue candidato, prometió una computadora con internet para cada escuela de los barrios marginales.

Ganó y cumplió.

La respuesta no se hizo esperar.

-Tengo hambre. com

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