DIÁLOGO CON T: TALANQUERA O TRANSICIÓN

             
 Rafael Gallegos    Blog núm. 256

El diálogo no es hablar por hablar, ni hacer rozar dos monólogos, ni enfriar al país, ni dar la impresión internacional de no ser autoritario sino “dialogador”, ni ganar tiempo o retardar el Revocatorio. Y menos para hacer muecas que disimulen sonrisas, ante las amistades.

Seamos claros, el modelo “revolucionario” es absolutamente inviable. El gobierno sólo puede continuar, si se decide a… brincar la talanquera. Y no sería el primero ni el último en hacerlo. Lo hicieron gobernantes tan distantes como Fujimori y CAP al aplicar en su gobierno modelos económicos diferentes a los ofrecidos en la campaña electoral. Brincó la talanquera Fidel Castro cuando en los albores de su cruenta dictadura juró ser demócrata y no ser comunista. También brincaron la talanquera Gorbachov cuando acabó con el comunismo soviético, o Deng Xiao Ping cuando desechó la importancia del color de los gatos y abrió las puertas al capitalismo chino.

Maduro no sería ni el primero ni el último en brincar la talanquera; pero no ha mostrado la menor intención de hacerlo, por ahora.

Tampoco se puede dialogar para negociar el Revocatorio, ni sobre la elección de gobernadores. Sería algo así como discutir la aplicación de la Ley con un estafador. La Ley no se dialoga, se cumple y punto.

Entonces, queda como único tema del diálogo, la Transición. Reconocer que este gobierno está agotado. Que los “n” motores no mueven la economía, sino que la hunden. Que cada vez hay menos comida, más hambre y escasez desesperante. Que da pena ver a un país petrolero saliendo en masa a buscar comida para Cúcuta. Que Pdvsa está en el peor momento de su historia. Y ahora, ¿dónde estás Ripley?, los ladrones se meten en las casas y en lugar de preguntar por la caja fuerte, ubican la nevera y la despensa, para saquearlas.

-      Vendo nevera por falta de uso.

Y de paso, a este gobierno ya no lo quieren ni los enchufados. Hay que saber reconocer cuando todo se acaba. Reconocer la hora de la Transición.

Así hizo Pinochet, cuando reconoció que su dictadura era inviable. Negoció su salida y en el corto plazo, mantuvo poder para protegerse. Aunque con tanta fechoría innegociable… sufrió el desprecio y la cárcel en su vejez.

Franco, tuvo compasión de España para luego de su muerte. Formó a Juan Carlos para ser un rey con Parlamento. Sabía que el franquismo era inviable y diseño su transición.

Los hermanos Castro saben que el comunismo cubano fracasó y diseñan la transición hacia el pos comunismo cubano, al estilo Franco, pos mortem.

DIÁLOGO … PARA LA TRANSICIÓN

Por Venezuela y por los venezolanos, el gobierno y la oposición deben dialogar… para la Transición. La certeza del hambre y la probabilidad de una explosión social, obligan al Presidente a ejercer su apellido – actuar con madurez- y comenzar a diseñar el pos socialismo.

A la oposición también le va a costar gobernar sola. ¿Quién detiene los desbordes por tanta expectativa y tanto pranismo? Para ello hacen falta políticos de todas las tendencias y militares demócratas.

Es imperativo un acuerdo nacional: partidos de oposición, tendencias demócratas  del chavismo, sindicatos, empresarios, académicos, universitarios. Todos los que creamos en el respeto y la democracia.

Una Unidad que vaya tras el Revocatorio, o antes si Maduro entiende que ya el gobierno no da más. Cuanto antes mejor.

Y un Pacto de Gobernabilidad. Sí, como Punto Fijo, modelo hasta del Pacto de La Moncloa, donde se hable de respeto, estrategias, democracia, libertad de empresa, de hambre cero.

Y surgirán los hombres de la Transición. López Contreras, hombre fiel a Gómez, hubiera podido erigirse en un nuevo dictador; pero entendió que el gomecismo no era posible.  Larrazábal, militar, luchó a brazo partido por la Transición hacia la democracia, a veces en contra de “compañeritos” que le exigían implantar otra dictadura.

Los “revolucionarios” deben facilitar las cosas. Entender que las circunstancias los han convertido en flautistas de Hamelin que llevan a Venezuela al barranco. Y la oposición tiene que trabajar para hacer un próximo gobierno muy plural políticamente, en aras de la gobernabilidad.

Hay que rescatar la unidad emocional. Cuando Pérez Jiménez los adecos se escondían en las casas de sus familiares del régimen; cuando la guerrilla, perseguidos se escondían en la casa de  sus familiares adecos que hasta eran ministros. Al terrible Nereo Pacheco moribundo, quien le compraba las medicinas era un militar que él torturó.

Y lo increíble, el primer sitio en España donde se izó la bandera Venezolana luego de la Independencia, fue en la casa madrileña del general La Torre, el mismo que perdió en Carabobo. Las razones fueron… familiares; pero esa es otra historia.


Abajo el odio y la impunidad. Mientras más rápida la Transición, mayor la   gobernabilidad y el futuro.

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