LOS ARREPENTIDOS
Rafael
Gallegos Blog núm. 251
Goebbels, ministro de
Hitler, justificó los crímenes nazis repitiendo mentiras mil veces hasta
convertirlas en verdad. Repitió hasta la saciedad que la “raza aria era superior al resto de la
humanidad”, y que la “raza judía inferior”, era la culpable de todos los males
de Alemania. Cualquier parecido con la vida sinreal
(y sin comida) del venezolano, más que coincidencia… es plana de
totalitarismos.
Fidel Castro, pana mayor de
esta “revolución”, dejó a Goebbels como un aprendiz. Con la ayuda de la URSS tropicalizó
sus métodos. A punto de edulcorar mentiras logró que muchos le creyeran que el
comunismo cubano, una de las más cruentas dictaduras del mundo, era la
construcción del hombre nuevo. Igualmente logró que la indigestada izquierda
latinoamericana de la época, pensara que los dignos exiliados cubanos eran unos
“gusanos”.
En Venezuela, los
goebbelistas criollos, tutorados por los Castro, han sostenido el peor gobierno de la historia
a punta de mentiras repetidas y frases
ingeniosas. La última no tiene desperdicio, ni parangón: los arrepentidos. Habrase visto. Yo pecador me confieso.
Arrepentidos, de haber
firmado para revocar al gobierno. Ya el presidente Maduro, al ser derrotado
para la Asamblea, había adelantado algo
de esa novedosa teoría, al decir que los votantes por la democracia estaban
arrepentidos y confundidos. Como nié.
Pero ni al mismísimo Maduro
se le ocurrió ordenar al CNE que los arrepentidos pudieran retirar su voto por los diputados de la MUD,
hasta lograr que los “demócratas” comunistas (o sea círculo cuadrado) tuvieran
mayoría en la Asamblea. Sin embargo a Tibisay, en un arrebato de genialidad –
aunque los deslenguados afirman que Jorge Rodríguez le sopló - se le ocurrió que
los firmantes podían retirar su firma, así porque sí. Puro bulying político.
Como si los venezolanos no
tuviéramos palabra. La rectora como que no recuerda que el que regala y quita
el diablo la visita. A partir del trece de junio, los que firmaron para sacar a
Maduro, pueden retirar su firma. Si los bancos se copiaran este método,
acabarían con el sistema de cheques.
- - Ese cheque no vale.
- - Pero si usted lo firmó.
- - Si señor; pero estoy arrepentido.
- - Ahhh!
¿Será que los “revolucionarios”
van a amenazar con botar a los funcionarios públicos que no retiren su firma? Sí,
los mismos “demócratas” que se la pasan rezando “fuera de la Constitución, nada”. Los deslenguados plantean que lo que realmente dicen
es “de la Constitución, nada.”
Como Tibisay ha innovado la
teoría electoral, no tendría nada de raro que luego del Referendo Revocatorio,
declararan unos 50 días hábiles (si se portan bien porque si no, suspendemos el
proceso) para que los que se arrepientan de revocar a Maduro, retiren su
huella. Arrepiéntete (de pasar hambre),
que la patria os lo agradecerá. Como diría el profesor Triniti, así el
gobierno no puede papierde con nadie.
Entonces nuestro sistema
electoral será el mejor del mundo, el único con arrepentimiento incluido en el
menú. Y la democracia no se medirá por el número de votos, sino por el número
de arrepentidos.
Es muy simple: la gente
votará, luego el gobierno amenazará a los empleados públicos con botarlos. Alguno se “arrepentirán” y retirarán su voto. Puro realismo… del mágico.
El que sí está muy arrepentido,
es el pueblo por haber votado por Chávez y ahora por Maduro, quien por cierto
nos debe la revisión de los cuadernos electorales y su partida de nacimiento. Muy
arrepentido, porque está cansado de tener el estómago vacío, a sus hijos sin
leche y sus enfermos sin medicinas, y de palpar como sus mesías se han
transformado en falsos profetas.
Por ello firmó masivamente para
el 1 % y así les duela a los demócratas comunistas, cuando corresponda firmar el
20 %; los arrepentidos, los engañados, los desengañados, los funcionarios, los
desenchufados, los familiares de los enchufados, firmarán donde tengan que
hacerlo.
Pronostico que el 20 % se
convertirá en más de 60 %, más de las
dos manitas, a ver si Maduro se da cuenta que nadie lo quiere y abre paso a la
democracia en este valle de lágrimas. Con tanta tramoya, el pueblo parafrasea al Dostoievski de “Humillados y
ofendidos”. Ojo, “revolucionarios”, por
primera vez el pueblo grita “tengo hambre”.
El gobierno dice que es
imposible el revocatorio este año. Y tal vez nos “castiguen” y suspendan el
proceso hasta que nos “portemos bien”; pero lo que no podrán trasladar para el
año que viene, es esta rebelión de estómagos vacíos. Así digan que el hambre…
es política. ¡Qué riñones!
Estamos llegando a la obra
de Víctor Hugo: “Los Miserables”. Goebbels vive…
PD:
Ya
está bueno de que digan los deslenguados que Julio Borges es colaboracionista.
Es un insigne luchador por la
democracia. A tu salud Julio.
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