LA ISLA DE CUBALÁPAGOS
Rafael
Gallegos Blog núm. 239
Cuando Charles Darwin
visitó las Islas Galápagos le pareció estar ante un mundo congelado en el
tiempo. Especies nunca vistas, como las iguanas marinas, el carmorón – un
pájaro que no vuela -, los pinzones que luego fueron bautizados como de Darwin,
los gigantescos galápagos, y rarísimos mangles, flores y cactus. El científico tomó notas y embarcó
algunas especies. Ese material le sirvió de base para su monumental Teoría de
la Evolución de las Especies, que además de revolucionar el conocimiento humano, exasperó a las
encopetadas damas británicas al afirmarles su familiaridad con los monos.
El presidente Obama, en su
reciente visita a La Habana ha debido compartir el “frio” del naturalista
Darwin, al observar una ciudad congelada en el tiempo con sus pasajeros amontonados
en camiones, sus calesas tiradas por mulas o el parque automotor antiguo, donde
los vehículos más modernos son Ford o Chevrolet de los cincuenta. Complementando
con la vista de los edificios, tal vez Obama se sintió trasladado a la época de
Batista. “Sesenta años os contemplan”, ha podido el presidente norteamericano
parafrasear a Napoleón Bonaparte con su “cuarenta mil años os contemplan”,
frente a las pirámides de Egipto.
Y eso que a Obama le
mostraron una ciudad edulcorada.
- ¿Y tanta alharaca para
esto?- se habrá preguntado el presidente
pensando en el casi fatídico octubre de 1962, cuando el mundo no dormía
esperando el para muchos inevitable choque de Estados Unidos y la Unión
Soviética, por el asunto de los misiles nucleares instalados en Cuba, que
hubiera ocasionado el acabose de la raza humana. Y tal vez pensó en la
fracasada invasión de Bahía de Cochinos, cuando la vigorosa revolución cubana
los puso en ridículo ante el mundo. -
¿Tanta alharaca para tanta pobreza…? – se habrá repetido el presidente.
Y eso que no puede entrar
en el cerebro, ni sentir las necesidades y frustraciones de los miles de
cubanos que a través de los años de revolución, han preferido arriesgar su vida
ante las fieras fauces de los tiburones, que enfrentar al comunismo cubano.
“Cumplimos cuarenta y siete,
de sesenta y un derechos humanos” – respondió desfachatadamente el presidente
Castro a la pregunta de un periodista. Habló de las maravillas en sanidad y en
educación de la isla. Se jactó de la
igualdad de género. Que se le paga igual a los hombres y a las mujeres por
trabajos similares.
- Tiene
razón Raúl – me dijo un deslenguado que
estaba a mi lado – a los hombres y a las mujeres les pagan lo mismo: una
miseria. Y sin dejarme reaccionar, hiló con otra frase: Cuba tiene el mejor
coeficiente Gini (de igualdad) en el mundo. Todos son iguales en la pelazón… menos los enchufados de la
nomenklatura - finalizó el deslenguado.
EL
ÚLTIMO COMUNISMO
Luego del “auto suicidio”
de la URSS, encabezado por Gorbachov, la caída de las piedras del Muro de
Berlín y el vertiginoso salto de
talanquera de China hacia el capitalismo, cuesta creer que el comunismo cubano sea
algo más que un proyecto de poder forever para “comerte mejor” al pueblo.
Ya van quedando, como diría Diego González, como un Parque Temático. Veamos:
En Cuba no existe propiedad
privada sino propiedad estatal. La vivienda es propiedad del estado. Los medios
de producción industriales y agrícolas, son del Estado y sumamente
ineficientes. Ya es un borroso recuerdo la alta producción de azúcar, de
tabacos, etc. Los sueldos son de los más bajos del mundo. Las elecciones son mono partidistas y el Poder
Popular depende – al igual que en Venezuela- del gobierno central. No hay
libertad de expresión. O sea… totalitarismo en el siglo XXI. Totalitarismo y
pobreza.
El régimen cubano botó la
hoz y dejó el martillo, para “martillar”, primero a la URSS y luego a la
desvencijada Venezuela. Ahora buscan otra salida con su archirrival Estados
Unidos.
Por TV vimos la represión a las maravillosas Damas de Blanco. Igual que en Venezuela,
mandaron a fichas del régimen a atacarlas y desprestigiarlas, sin respetar su
elemental derecho de protesta. Puro derecho inhumano. Gloria a la oposición
cubana, héroes del siglo XXI.
En Cuba pueden esperarse cambios
económicos, producto de la creciente interacción con el próspero exilio, el
internet y la empresa privada que generan estos tratados. Obama y el Papa son catalizadores de este
proceso, cual Reagan y Juan Pablo II en la URSS. De la ancianidad de los Castro
y de la revolución, puede surgir una nueva era.
PREGUNTAS
AL VOLEO
¿Dejará Cuba de ser una
Isla Galápago de la política? ¿Qué rol juega la “martillada” provincia de
Venezuela en este proceso? ¿Soltará Raúl
los presos de la lista? ¿Hasta cuándo los Castro seguirán con el bloqueo… a la
democracia cubana?
La historia, no se detiene.
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