HOMBRE NUEVO, DE PAQUETE
Rafael
Gallegos Blog núm. 238
HOMBRE
NUEVO, DE PAQUETE
Qué de cosas tienen los
revolucionarios. Y que crear un hombre nuevo. Fidel Castro y el Che Guevara nos lo
prometían hace sesenta años. Presumo que adelantaban la creación un hombre
comunista, fidelista, guevarista, raulista, pro soviético, anti yanqui y sobre todo, un corderito incapaz de
contradecir a Fidel Castro. Un hombre cuya vida transcurriera entre pionerito
cuando niño y sumisa ficha del partido en su adultez. Acostumbrado a leer el
prodigioso diario Granma, donde no hay variedad de ideas porque sólo se
expresan las únicas que valen la pena: las del partido.
Las aguerridas mujeres como
las Damas de Blanco, la admirada bloguera Yoani Sánchez, o los diversos
grupos de oposición y resistencia,
constituyen inexplicables alteraciones del ADN marxista que traen de cabeza a los
revolucionarios. ¿Cómo es posible – se preguntan- que esos mutantes exijan esas desviaciones
pequeño burguesas como libertad de expresión, elecciones con más de un partido,
alternancia de poder y sobre todo esa babaridad
que llaman propiedad privada? Y se sorprenden cuando miles de cubanos huyen y prefieren
morir en las fauces de los tiburones que vivir en el comunismo.
Venezuela, fotocopia borrosa
de la revolución cubana, no podía
quedarse atrás. Y han formado al hombre y la mujer nuevos, nuevecitos, de
paquete, como diría Don Francisco.
Seres que rezan diariamente
su propio Credo Bolivariano: Creo en
Chávez, Comandante Eterno Creador de la Revolución Bolivariana. Creo en Fidel,
su único padre. Creo en mi Comandante que fue concebido en el árbol de las tres
raíces por la obra de Bolívar, Zamora y Simón Rodríguez. Nació el 4F en parto
de balas… padeció el 11 de abril, fue encarcelado y condenado a muerte, descendió
a La Orchila. Al tercer día volvió
volvió volvió sentado a la derecha de Dios- dado y recuperó la presidencia…
Los “revolucionarios”
creen que los escuálidos, vende patrias y traidores, que han sido confundidos
por el imperio, deben expiar culpas y arrepentirse. Rezar diariamente el Yo
Pecador: Yo pecador confieso que me he
desviado, que no he entendido que bajo la escasez, la inflación y el hambre yace
la revolución bonita de un gigante. Que
he pecado de pensamiento, palabra y obra. Por mi culpa, por mi culpa, por mi
grandísima culpa. Por eso ruego a los ángeles y demonios, y a los santos y corruptos y enchufados de
la revolución, que intercedan por mi
ante los jefes de Cuba para que me concedan el perdón de mis pecados
contrarrevolucionarios. Que me perdonen por creer en la resurrección de la
democracia y descreer de la guerra económica, por quejarme cuando mis hijos no tienen
leche ni medicinas, por haber perdido la fe en la “revolución”, por creer que
la inflación es inducida; pero por el mismísimo gobierno. Yo pecador me confieso
confundido, por mi culpa, por mi culpa, por mi grandísima culpa…
PRIMICIA
El hombre nuevo
venezolano ya está en la calle. Y aunque usted no lo crea, puede ser… usted
mismo.
La salud del hombre
nuevo venezolano es mejor que la de los hombres de la oprobiosa cuarta
república. Cero colesterol porque ya no come huevos por inalcanzables, ni salsa
de tomate porque no hay, ni carne sin comentarios, ni mantequilla a 800 Bs, ni
azúcar otra vez sin comentarios. Además, el hombre nuevo y la mujer nueva tienen
mejores coronarias por caminar infinitas cuadras buscando comida.
El hombre nuevo
venezolano tiene un hígado maravilloso porque
ahora no toma aguardiente. No bebe
whisky 20.000 bs, ni ron 4.000 bs, ni cerveza porque no hay. ¿Qué te pasa Lorenzo?
Y el hombre nuevo
ahora es más sano porque no se trasnocha en discotecas, muy caras. Ni sale de
noche por los atracos y le queda más tiempo para estar con su familia y
dedicarse a sembrar cachamas y tomates en el balcón y en la sala.
Un vecino hombre
nuevo me comentó el otro día que estaba feliz por su primer tomate de balcón.
Que quiso celebrar tomándose un bloody mary, pero la vodka estaba demasiado
cara, así que decidió hacer una ensalada y su esposa le dijo que un tomate no
hace verano.
El gobierno ha
creado, para reforzar valores “revolucionarios” en el hombre y la mujer nueva,
su propio Diccionario de Culpables: Tengo
hambre… guerra económica. No hay medicinas… el imperio. El pasaje está muy
caro… Uribe. Me atracaron… los paramilitares. No le puedo pagar el colegio a
mis hijos… la CIA. Tengo la nevera vacía… Capriles. Se me va toda la plata en
comida…Ramos Allup.
-
¿Tendrá Maduro la
culpa de algo? - le pregunté a mi amigo hombre nuevo, como quien no quiere la
cosa.
-
Nooo chico, cómo se te ocurre, el presidente trabaja
día y noche, ni duerme para sacarnos de este atolladero donde nos metieron los
corruptos de la cuarta república.
O sea… zombi nuevo,
de paquete.
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