MODELO ¿AGOTADO O INSERVIBLE?

                 
 Rafael Gallegos    Blog núm. 232

Se dice que  Don Andrés Bello era muy faldero y que su esposa en una ocasión lo capturó con las manos en la masa y le dijo: “Andrés, estoy sorprendida”, y Don Andrés, muy conocedor del idioma le respondió: “no mi amor, el sorprendido soy yo, tú lo que estás es estupefacta”.

Paralelamente, este gobierno nos dice ¡sorpresa!, se acabó la renta petrolera… y nos dejan, estupefactos. Los sorprendidos son ellos, sus avezados estadistas fueron incapaces de prever que los precios del petróleo podían bajar de un momento a otro. Y más estupefactos quedamos cuando, aclarando oscurecen, y nos dicen que ahora sí hay que comenzar una economía productiva. Por ello inferimos   que tienen  diez y siete años desarrollando una economía improductiva.

Puro concepto caza bobos. Pretenden seguir engañando al pueblo. La gran realidad es que tienen diez y siete años destruyendo la economía. Y no inventamos nada. Esta “revolución”, siguiendo el modelo cubano ha practicado una destrucción estratégica del país, a objeto de permanecer para toda la vida en el poder.

Por eso destruyeron la producción nacional. ¿O es que ustedes creen que Chávez, no sabía que con su “exprópiese” estaba diciendo “destrúyase”? ¿O que  el gobierno ignoraba que las invasiones y tomas a los hatos y haciendas  iban a crear miles de hectáreas de eriales sustitutivas de la agricultura, la ganadería y la agroindustria existente? Nada es casual. ¿Podemos creer que el gobierno ignoraba que la multiplicación del circulante iba a generar hiperinflación, o que el control de precios por debajo de los costos, cierre de empresas; o que el goteo de dólares para los empresarios se reflejaría en escasez y devaluación? Claro que sabían que estaban destruyendo a Venezuela. En el lenguaje del lobo de la caperucita roja rojita, destrucción estratégica del país: “para comerte mejor”.

En cuanto a la destrucción de PDVSA, que los “revolucionarios” acusan de sabotaje como si no tuvieran nada que ver, no hay que olvidar la frase del mismo Hugo Chávez: “yo provoqué el paro”. A confesión de parte, relevo de pruebas. O sea que ellos y sólo ellos  son los saboteadores de la industria petrolera venezolana. Se refuerza esta verdad cuando se observa cómo incrementaron el personal de PDVSA desde 45.000 a por lo menos 150.000 trabajadores, la deuda desde 5.000 millones de dólares hasta más de 100.000 y llevando la producción desde crecientes  3,3 millones de barriles por día, cuando botaron a 23.000 dignos trabajadores petroleros, hasta decadentes 2,3 millones, según cifras de la OPEP,  trastocando el rol de la principal industria venezolana desde robusto pivote del desarrollo, a pre quebrada  empresa mantenida por la imprenta del Banco Central .

¿O es que se nos puede ocurrir que a un gobierno como éste le hubiera convenido una producción de seis millones de barriles de petróleo por día, o producción agrícola suficiente, o industrialización, o un emporio en Guayana?... no, porque eso generaría capitales y alternabilidad en el poder, como en todos los países prósperos. En los comunismos, los pueblos languidecen tras una tarjeta de racionamiento y se visten de rojo para mantener los trabajitos que da el gobierno en sus improductivas empresas, donde el trabajador hace que trabaja y la “revolución”, hace que les paga.

Este modelo, no está agotado, nació inservible como todos los modelos comunistas. El modelo cubano es un milagro de sobrevivencia, cadáver insepulto y momificado, al que increíblemente algunos  todavía le rinden honores.

Nos hablan de guerra económica y como el capitán Araña que embarcaba a la gente para la guerra y se quedaba en tierra, embarcan al pueblo en colas de supervivencia  en las gloriosas batallas de los supermercados, mientras ellos se quedan disfrutando de sus alacenas llenas. Ya quisiéramos ver en una cola a algún jerarca “revolucionario”.

 Culpan de las fallas de distribución a las grandes empresas y amenazan con tomarla en sus manos. Dios nos libre si toman, por ejemplo la Polar, porque allí si es verdad nos comeremos los unos a los otros.

Puro modelo cubano; pero no contaron ni con la tradición democrática de Venezuela que el 6D les dijo ya basta, ni con la condición continental del país, que impide a nuestros tiburones hacer el papel de cancerberos cuidando que nadie huya del infierno comunista.

Ah! y tampoco contaron con al contrario que el comunismo cubano…. no tenemos a quien “martillar”. Observen la respuesta que le dio la CELAC a Maduro: no hay.


Lo que sí hay, es un proceso de cambio irreversible.

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