LOS DIOSES CIEGAN A LOS PERDEDORES

              
 Rafael Gallegos    Blog núm. 228


El triunfo del 6D, significa nada menos que la entrada de Venezuela al sXXI. Con 16 años de retraso; pero como dice la canción: “no hay que llegar primero, hay que saber llegar”. Es algo muy grande lograr la mayoría calificada en la Asamblea Nacional.  Y el hecho que el gobierno no entienda la magnitud de la derrota, les acelera su salida del poder. “Los dioses ciegan a los perdedores”, decían los griegos. Se solicitan lentes…

Hablan de haber logrado el 43% de los votos, y se ciegan creyendo que aún mantienen  un gran capital político; pero no se dan cuenta que sin dilapidar recursos del estado, sin ventajismo y sin hegemonía mediática, no hubieran llegado ni al 20 %. Como todos los poderosos, olvidaron que todo tiene su final, que lo único eterno es que nada es eterno. Que diez y siete años, es una inmensidad. El sol de la “revolución”, más que  las espaldas, les calienta los talones.

Y sus acciones posteriores los han sumido en un aislamiento que ya deben medir sus encuestas. Están más solos que la una.  Y de paso, suena muy cursi aquello de que la gente está “arrepentida” de haber votado por la MUD. Yo, por ejemplo, en lugar de  ello, me siento orgulloso y emocionado. Y no conozco a ningún “arrepentido”. Lo que si conozco es “arrepentidos” de haberlos apoyado alguna vez.

En la instalación de la Asamblea Nacional, los diputados oficialistas quedaron como  el Rey Desnudo. Todo el mundo observó que su único diálogo es el insulto y la descalificación. Desnudos y a la intemperie.

Se jactan de defender los siguientes “logros” de la “revolución”:

-      Un millón de viviendas que seguramente al ser auditadas se reducirían a mucho menos de la mitad, y  de paso se niegan a que se entregue títulos de propiedad a los usuarios, porque se les acabaría  el humillante dominio de cambiar a los más humildes techo por apoyo al gobierno.

-      Una Ley de Precios Justos, que más bien debería llamarse de Ley de Productos Desaparecidos, porque cada vez que regulan un producto, como por obra de Houdini, desaparece del mercado, por ejemplo: huevos, leche, café, harina precocida y todas las cosas que a usted lector, le faltan en su casa.

-      ¿Los “exprópiese” del  comandante eterno están incluidos en sus logros?, porque a esa frase le debemos el quiebre de empresas, la improductividad, la escasez y esa inflación que tiene a los venezolanos pasando hambre.

-      La “soberanía petrolera”, es decir la PDVSA desvirtuada y pre quebrada, dependiente de préstamos del Banco Central y que ahora le genera pérdidas a la nación.

Solo un pueblo masoquista es capaz de defender estos desaguisados, entre otros.
-      No me defienda compadre - le dijo el pueblo al gobierno el 6D.

-      Tú lo que estás es confundido – responden los “revolucionarios”, sin vislumbrar la magnitud del rechazo.

Puro autoengaño. Pánico a leer su realidad. A este paso, se irán con el revocatorio pensando que el pueblo los añora. Autoengaño, como el marido que vive con otra mujer y la esposa lo justifica diciendo que lo hace para para darle celos. Se solicita tren de aterrizaje…

“Con hambre y sin empleo, con Chávez me resteo”,  pretenden que les diga el pueblo. Olvidan aquella frase: “decirle a un hombre que es libre sin que tenga un pedazo de pan con qué comer,  es como soltar a un hombre en la mitad del océano  y decirle que es libre de llegar nadando hasta la costa”. Es que amor con hambre… no dura.

LA NUEVA VENEZUELA

Y la MUD, también debe leer su gran victoria. El pueblo les dijo que está obstinado de la “revolución”. El mismo mensaje que le dio a Chávez en el 98: que estaba obstinado de los adecos y de los copeyanos.  Esa energía hay que canalizarla para evitar dispersiones. El pueblo quiere comida, buenos servicios, seguridad, buenos empleos, esperanza. Y eso requiere de unidad, políticas sociales “cero marginalidad”, empresas privadas que reivindiquen las industrias y el campo, estrategias, transformación del petróleo en calidad de vida.

Tenemos buenos políticos, veteranos y emergentes, que seguramente nos guiarán hacia la prosperidad: Chuo Torrealba, Ledezma, Capriles, Leopoldo, María Corina, los muchachos diputados… la MUD.

Además, un pueblo que debe haber aprendido las lecciones: solidaridad, equipo, democracia, organización, libre empresa, políticas sociales, independencia de instituciones, honestidad, trabajo, trabajo y más trabajo y que ser pobre es… pésimo.

Y como las sociedades “paren” a sus líderes en los momentos cruciales, emergió el líder de la transición: Ramos Allup. ¡Suerte!

2016,  año del renacimiento.  La mesa está servida, buen provecho.


PD: Próximo paso de la “revolución”: culpar a la Asamblea Nacional de este desastre por “saboteo”. 

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