EL MURO DE VENEZUELA
Rafael Gallegos Blog núm. 216
Cuando los gobiernos
construyen muros generan aislamiento de sus sociedades y a mediano plazo
consecuencias impredecibles y negativas para el sistema que intentan preservar.
Veamos:
Algunos de estos muros son
de cemento, como la Muralla China, construida a lo largo de generaciones para
defenderse de las invasiones los enemigos del norte. En principio lograron su
objetivo; pero ese muro, según el historiador Paul Kennedy plantea en su libro
“Auge y Caída de las grandes potencias”, no permitió a China aprovechar la
plataforma de sus grandes ciudades, su avanzada tecnología, sus barcos y su
comercio. Según Kennedy, los chinos concentraron sus recursos en el norte, se alejaron del mar
y le dieron paso a Europa Occidental como
puntero del mundo en los siglos XV, XVI y siguientes.
Otro muro de cemento, más
reciente y vergonzoso, fue el construido por el comunismo a lo largo de Berlín
para aislar a Alemania. El objeto del Muro de Berlín fue reforzar el
totalitarismo comunista y apresar a los ciudadanos, evitando que “confundidos”
huyeran hacia el “oprobioso” capitalismo.
Pero los deseos de libertad
de los seres humanos son un principio de sobrevivencia. Muchos se las ingeniaron
para brincar ese muro. Como si las víctimas del comunismo vieran por un huequito a los “explotados” del
capitalismo comer completo sin esa escasez de leche, café, harina, zapatos, hospitales
que curen, o escuelas que enseñen, aspectos que caracterizan a los gloriosos socialismos autoritarios, tal
como el que nos acontece a los
venezolanos.
Los ciudadanos tras la “cortina
de hierro”, genial frase acuñada por Churchill, buscaban afanosamente un
capitalismo que los explotara, como a sus prósperos vecinos. Al final, en los
gloriosos noventa, el muro demostró muy en línea con la teoría marxista, que
“tenía en su seno el germen de su propia destrucción”. Se convirtió en su
antípoda, de protector del comunismo, en símbolo de la liberación. El “hombre
nuevo”, asqueado de que ralentizaran su vida en el nombre de los pobres y
obstinado de que se burlaran de su pobreza con frases como “ser rico es malo”
mientras la nomenklatura vivía mejor
que los magnates del vituperado capitalismo (cualquier coincidencia con
Venezuela, es parte de la plana/plaga socialista), terminó por tumbar el muro.
Piedra a piedra cayó y cada una desnudaba al comunismo como una forma de
esclavitud que jamás debe repetirse. El muro, no pudo evitar la libertad.
También hay muros de mar,
como el del comunismo cubano. Estos son protegidos por fieros tiburones caza
balseros. Chávez tuvo el descaro de bautizar a ese mar como el Mar de la
Felicidad. No se sabe si quería describir la felicidad de los tiburones a los
que la represión y el hambre castrista les envia cíclicamente toneladas de
carne humana, o a los cubanos tan felices ellos bajo la égida de ese
totalitarismo tropical.
Como será de pésimo el
régimen cubano, que el pueblo prefiere,
en muy respetables cantidades enfrentarse a los tiburones y al agitado Mar
Caribe que al G2 y la continua represión. “Más tiburón serás tú”, parecen
pensar de los hermanos Castro. Gloria a las Damas de Blanco, a la bloguera
Yoanni, a los arriesgados balseros, a ese pueblo que como decía Don Rómulo
Gallegos, sufre y espera. Y lo vergonzoso es que lo hace ante la vista gorda de
tanto gobierno “demócrata” latinoamericano. Aunque hay conversaciones USA- Cuba,
siguen los balseros.
En Venezuela, la “revolución”
(ya ni sus adláteres le dicen bonita) va construyendo su propio muro. Ya los
clavos bordean los estados Zulia, Táchira, Apure y Amazonas, por ahora. Poco a
poco abordarán la frontera con Brasil y en cualquier momento inventan algo para
el resto de las fronteras y hasta las marítimas. Algo se les ocurrirá, su
totalitarismo es creativo. Siguen la escuela cubana, para la cual Goebbels es
un niño de pecho.
El objetivo inmediato es
hacer elecciones en Estado de Excepción, otra forma de ventajismo. Y a la
larga, continuar aislando a Venezuela. Saben que aislados, nos dominan más. Ya
lo han hecho en economía, el corte de divisas para las actividades
empresariales va en línea con la estrategia de destrucción de la “revolución”.
Igual que el aislamiento informativo destruyendo los medios libres televisivos,
radiales, de prensa.
Aísla a los pueblos y vencerás. Un millón de gracias a las
democracias internacionales panas del régimen, por dejar sola a la oposición. Pero
el mundo gira… remeber los años setenta.
La frase de Reagan: “Gorbachov,
derribe ese muro”, se la repetirá el
pueblo, en masa, al régimen el 6D. A votar para cambiar.
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