EL GENDARME INNECESARIO



Rafael Gallegos                          Blog núm. 212

                           EL GENDARME INNECESARIO

Lo más peligroso de los autoritarismos es la justificación que a veces le hacen los más valiosos intelectuales. Para no ir muy lejos, recordemos cómo lo más granado del pensamiento latinoamericano y del mundo, justificó la dictadura totalitaria de Fidel Castro. Nos decían que en Cuba no había totalitarismo porque en las dictaduras del proletariado, mandaba el pueblo. O que las democracias representativas eran una careta del imperialismo para explotar a los pobres. Por años nos cansamos de leer por ejemplo, como Pinochet era malo y Castro bueno, cuando los dos están en el mismo saco. Nos vendían que las dictaduras de derecha son malas y las dictaduras de izquierda buenas. O al revés, todavía existe una legión que justifica a Pinochet.

Con la URSS ni hablar. Para el mundo de “izquierda”,  Stalin fue el bondadoso y genial “padrecito” por años, hasta que uno de su misma camada, Nikita Kruschev denunció sus crímenes, y aunque usted no lo crea, muchos “intelectuales” pusieron el grito al cielo acusando de falsa  a la denuncia, calificándola como patraña del imperialismo.

Venezuela no ha sido la excepción, hombres de talla intelectual  bajo la careta del “gendarme necesario” justificaron la nefasta dictadura de Juan Vicente Gómez, la de la represión que se cansó de torturar y asesinar en La Rotunda y en todas las cárceles de Venezuela, la del paludismo generalizado que hacía que el saludo de rigor fuera “¿cómo te sientes”?,  la de la esperanza de vida promedio de 34 Años, la que le entregó a las transnacionales del petróleo el país y de manera complaciente  botó de su cargo a Gumersindo Torres, la de una fortuna del dictador, mayor que el presupuesto nacional.

 Hombres de indudable talla como Laureano Vallenilla, Gil Fortoul, César Zumeta, o le padre Borges justificaban a Gómez, el gendarme necesario,  como el hombre providencial para un país que según ellos, no estaba todavía preparado para la democracia. Como contrapartida el gran José Rafael Pocaterra desde la prisión escribió su monumental “Memoria de un venezolano de la decadencia”, que desnudó, para la historia, al dictador Gómez y a su época.

Y al déspota militar (hay que decir las cosas por su nombre) Marcos Pérez Jiménez, todavía hay gente de talla que lo justifica, como si unas autopistas se pudieran asfaltar con la sangre y el sufrimiento de tanto asesinado, torturado, perseguido y exiliado, en medio de un retroceso democrático.

Más han hecho militares civilistas como López y Medina, o políticos como  Betancourt, Caldera, Leoni y todos los presidentes de la República Civil, que los regímenes militaristas que hemos padecido. Ese es un tema que invito salga la discusión.

La gran diferencia entre el éxito norteamericano y el fracaso latino es, no lo dude el militarismo. En Estados Unidos, los héroes de la independencia que mandaron, se fueron a su casa como civiles. En Venezuela encabezaron, salvo  honrosas excepciones, todos los golpes hasta que se acabó su ciclo vital. Creían que les correspondía ser los dueños de Venezuela como recompensa por su arrojo, valentía y servicios prestados durante la Independencia.

Desde la Independencia, hasta 1945, es decir 115 años, sólo Vargas, Rojas Paúl y Andueza (seis años) fueron presidentes civiles. Puro militarismo. Y el militarismo, revisen todas las historias, todas, es fracaso.

PARLAMENTARIAS

Hay que ganar las Parlamentarias para comenzar la reimplantación de la República Civil. Nada de cuarta, quinta o sexta república; la República Civil. Si se impusiere un régimen militar, habríamos fracasado.

La República Civil, un régimen con elecciones limpias, poderes públicos autónomos, alternabilidad, promoción de la empresa privada como pivote del desarrollo, agresiva gerencia de políticas sociales, militares que mantengan la vigencia de la Constitución, autoridades con respeto, respeto y más respeto a todos.

Un régimen civil bien gerenciado, como sucede en casi todos los países latinoamericanos que han ido acabando la pobreza: Chile, Costa Rica (no tiene militares y por lo tanto no hay  golpes), Panamá y Perú, entre otros. O como los gobiernos civiles de Europa, de Japón y casi todos los países exitosos. 

Nada justifica las dictaduras. De ningún signo, porsiacaso a alguien se le ocurre ante la desfachatez que vivimos, justificar algún “gendarme necesario”.

Venezuela tiene demócratas y costumbres democráticas. El gran obstáculo para esta  “revolución” en su meta de convertirnos en otra Cuba, ha sido el sentimiento democrático de la ciudadanía. Aquí el que no nació en democracia, se crio en democracia.

Por ello el 6D, a votar para ganar y cambiar. Asfaltemos la República Civil, es el único camino.



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