BETANCOURT, FIDEL Y CHAPITA
Rafael Gallegos Blog núm. 210
En
los años cincuenta cayeron unos cuantos dictadores militares latinoamericanos
como Armas, Odría, Pérez Jiménez y Batista, entre otros. Era la decadencia de
la “internacional de los sables”. Otros dictadores quedaban vivitos, como
Somoza y Rafael Leonidas Trujillo, alias Chapita y dictador por antonomasia, que
acumuló más de treinta años en el poder.
Como
contrapartida a la caída de las dictaduras, dos liderazgos resaltaban como referencias latinoamericanas: Fidel Castro,
que emergía con el comunismo bajo el brazo y Rómulo Betancourt, que
representaba la salida democrática. A su vez, Chapita, era un faro de la continuidad del
militarismo dictatorial.
Al
comienzo, Rómulo Betancourt y Fidel Castro
se aliaron para derrocar a Chapita. Como resultado, el 14 de junio de 1959, un
avión con cincuenta patriotas, la
mayoría dominicanos, salió de Cuba para invadir la República Dominicana. El
segundo avión que debía salir poco después, no partió. Se dice que Castro echó
para atrás los planes porque Estados Unidos lo amenazó con una invasión a Cuba.
El resultado: se quedaron esperando los refuerzos y los masacraron.
Luego
se definieron posiciones. Trujillo y Castro coincidieron, cada uno por su
cuenta, en su antibetancourismo. Rafael Leonidas Trujillo, el 24 de junio de
1960, fue el autor intelectual del frustrado asesinato de Betancourt.
Por
su parte Castro, con su revolución, le mostró utopía en la esquina, a los jóvenes de la
época. Lideró el movimiento guerrillero, tuvo participación en el Carupanazo y
en el Porteñazo. Pura injerencia contra la democracia venezolana. Betancourt y
los militares demócratas, lo derrotaron y lo expulsaron de la OEA. A punta de
guáramo, se salvó la República Civil.
Betancourt,
políticos demócratas y valientes como Caldera, Villalba y otros, así como militares
civilistas, implantaron la democracia venezolana. Lucharon en dos frentes: contra los comunistas y contra la
llamada extrema derecha o militarismo. Se implantó la República Civil.
Fidel
Castro, trató de exportar su revolución
a América y África. Estuvo a punto de desatar la tercera guerra mundial en
1962. Implantó una dictadura totalitaria que ya dura más de dos generaciones.
Se convirtió en un instrumento del imperialismo soviético y hoy Cuba, que
apenas ha sobrevivido gracias a las dádivas de URSSS primero y Venezuela
después, convierte a USA en su nuevo mejor amigo.
A
Chapita, lo mataron ex colaboradores. Dicen que rogó que le perdonaran la vida;
pero nada. Murió el dictador Trujillo,
pero el militarismo sigue vivo, ahora
camuflado en algunas democracias de utilería en el continente, verbigracia la nuestra, y en anteriores
décadas, mediante expresiones como Pinochet y Videla.
BALANCE
Chapita
implantó una dictadura feroz. El culto a la personalidad llegó muy lejos, por
ejemplo, Santo Domingo llegó a llamarse Ciudad Trujillo y su hijo Ramfis, de
tres años fue nombrado Coronel y se le cuadraban los militarotes. Y el pueblo:
hambre. República Dominicana ha progresado significativamente, solo a partir de
la democracia.
Fidel Castro: represión, hambre y desesperación. Si no fuera así, los cubanos no
arriesgarían su vida y la de sus hijos en medio de tiburones y un fiero Mar
Caribe para ir a Miami. O los deportistas no desertarían, o los médicos no
huirían desde Venezuela. Además, dirigieron unas guerrillas fracasadas y
retrógradas en casi toda América Latina.
Rómulo
Betancourt: Nació en un país
donde nunca había habido ni voto directo y secreto, ni alternabilidad y murió
en uno donde eso ya era rutina. Defendió a sangre y fuego la acción contra los
enemigos de la democracia. Implantó la
República Civil. Por primera vez en Venezuela hubo alternabilidad presidencial
(de nueve presidenciales, siete perdió el gobierno), paz, descentralización e
infinitos logros que ante la hecatombe nacional que padecemos, hoy son
nostalgia.
Guri, Pdvsa, Ciudad Guayana, la CVG, Plan Mariscal
de Ayacucho, crecimiento de las ciudades del interior, industrialización,
Puente sobre el Lago, Puente sobre el Orinoco, universalización y potenciación
de la educación, sureste de Caracas, son algunos de los logros de la
democracia. ¿Qué luego se generó la decadencia y no supimos afrontarla?,
cierto. Por eso estamos como estamos. Chávez colocó la utopía a la vuelta de la
esquina. Fue un Mesías que resultó un falso profeta.
La figura de
Betancourt, al contrario que las retrógradas de Castro y Chapita, desde ya se proyecta en la
historia como una luz que alumbra nuevas generaciones. No para la copia, sino como una orientación democrática y civil que
ayude a establecer, por fin, un continente próspero y lleno de esperanzas.
El 6D, a votar
por la República Civil. A ganar para cambiar.
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