IRÁN, EN BUSCA DEL EQUILIBRIO PERDIDO



Rafael Gallegos    
Blog núm. 207

                   

          Como una espada de Damocles atada a una solitaria crin de caballo, pende sobre la cabeza de la humanidad, la amenaza de una guerra atómica. Hiroshima y Nagasaki, que dejaron más de 200.000 muertos en segundos, son apenas unos triquitraques comparados con los portentos atómicos de hoy, capaces de sacar del eje a La Tierra y convertirnos en una historia que tendrá la particularidad que nadie podrá contarla.

         Posiblemente el sitio del planeta donde hay más probabilidad de que se desate un devastador fenómeno nuclear, es el medio oriente. De allí, la importancia del Acuerdo logrado entre el grupo llamado 5+1 (USA, Rusia, China, Gran Bretaña y Francia + Alemania), e Irán, en referencia al desarrollo de bombas atómicas de este último.

         El medio oriente contiene en sus entrañas la sangre que mueve al mundo. Las avanzadas tecnologías que han desarrollado los países más avanzados serían sin el petróleo, como dice el amigo Diego González, un parque temático. Por ello los Estados Unidos y las potencias se han empeñado en lograr un permanente equilibrio en esa zona.
        
         Cuando Mossadegh nacionalizó la industria petrolera iraní en 1951, las potencias le hicieron la vida imposible hasta que en 1953 la CIA y el MI6 lo derrocaron y en su lugar quedó el Sha de Irán, a quien armaron hasta para los dientes y convirtieron en el policía (equilibrio) de la zona; pero en el 79 lo derrocó Komeini, cargado de odio hacia  occidente. Entonces se buscaron un nuevo policía, Hussein. Y vino la   guerra Irán – Irak, financiada por URSS y USA. Quedaron tablas y Hussein se convirtió en el nuevo factor de equilibrio; pero se le hinchó el ego y se creyó su cuento, e invadió a Kuwait. Eso, le costó el poder y  Arabia Saudita quedó convertido  en el nuevo policía regional, hasta que estallaron las Torres Gemelas. Bin Laden y buena parte de Al Qaeda eran sauditas, por lo que a las potencias se les hizo riesgoso confiar en la monarquía Árabe.

         Entonces Estados Unidos buscó asumir directamente el rol policial. Inventaron lo de las armas nucleares, sacaron a Hussein y… se perdió la autoridad en Irak.  Surgió el Estado Islámico, en parte de Irak y de Siria. Buscaron democratizar, a lo occidental a los países árabes y vino la “Primavera Árabe”, sin muchos resultados. Puro desequilibrio.
       
         Ahora, la nueva estrategia para el equilibrio es  el tratado con Irán. ¿En qué consiste? Este país no producirá Uranio 235 en proporción de 90 %, solo llegará hasta 4%, suficiente para ser usado como combustible en plantas eléctricas. Ni producirán el otro combustible atómico, el Plutonio 249.

          Bomba de uranio fue la “little boy” o “pequeño niño”, como irónicamente llamaron a la bomba de Hiroshima, y bomba de plutonio la  “Fat man”, “hombre gordo”, otra ironía más, que estalló en Nagasaki.

         A cambio del Acuerdo con el Grupo  5+1,  a Irán se le levantarán las sanciones políticas y comerciales, abriéndosele fuentes de financiamiento y tecnológicas que entre otros aspectos le permitirán elevar en alrededor de 1,5 millones de barriles por día, su producción de petróleo, mediante inversiones cercanas  a  200.000 millones de dólares. Igualmente se construirá el gasoducto Irak – Irán -  Siria, para proveer de gas a Europa. Por otra parte, se dice que Irán se compromete, subrepticiamente, a neutralizar el Estado Islámico.

         Todo un juego geopolítico. Sin embargo, el eje Arabia Saudita – Israel - Egipto y Qatar, no ven con buenos ojos el Acuerdo, piensan que fortalecerá significativamente a Irán en la zona y que tan solo se correrá la arruga nuclear por unos diez años. Entre los que se oponen, destacan además del eje mencionado, las oposiciones de USA, de Irán y dicen que hasta los ayatolas iraníes. Para quienes lo apoyan, se ha comprado tranquilidad, ¿equilibrio?, por unos años.

          Obama ha completado la jugada con el acercamiento  Cuba / USA, a objeto de  acabar con el totalitarismo en Cuba y en la zona, lo cual incluye, y no lo duden, a Venezuela, que quizás sea, ironía de ironías,  “damocleada” por Cuba, como parte del acuerdo.

          Los hidrocarburos son, todavía, la sangre que mueve al mundo. Observen a Rusia jugándosela en Ucrania por el negocio de  surtir de gas a Europa.

          Las estrategias petroleras siguen siendo prioritarias. De allí la importancia de Venezuela en el contexto internacional, rol que se acrecienta ante el polvorín, ahora atómico, del medio oriente; los costos y declinación de las lutitas; así como los incontables factores que interactúan en el mercado petrolero, que han hecho tradicionalmente  casi un albur prever con exactitud el desarrollo de los precios.


          Pero eso, es otra historia. 

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