ENTRE EL GÉNESIS Y EL APOCALIPSIS
Rafael
Gallegos Blog. Núm. 177
La primera víctima de todas las revoluciones es la
verdad. Por ello, todos los revolucionarios inventan su propia versión del
pasado. En Venezuela han creado su historia paralela. Desde Colón, hasta hoy.
Descabezaron al Almirante, y peor, lo
simplificaron. La Independencia la han querido reducir a anécdotas y a una
guerra entre buenos (socialistas) y
malos (imperialistas).
Al Libertador lo han pregonado como socialista y
guevarista. A su Carlos Marx le han omitido los insultos que escribió sobre
Bolívar. Cambiaron el rostro del
Libertador. Lo volvieron mestizo, olvidando que Bolívar, como todos los
mantuanos de la época, tenía cara de español. Y de paso, descalifican a todos los
pintores que los retrataron. ¿Alguien podrá creerles?
En el supuesto negado que pudieran hacer lo mismo
con Manuelita, seguro les saldría una imagen morena, contrariando los retratos
de la época y olvidando su origen
netamente español.
Y así han falsificado todos nuestros procesos
históricos. Al demócrata Rómulo Betancourt, lo venden como un tirano asesino, obviando
que generó el período más democrático y próspero de la historia de Venezuela,
que entregó el poder por elecciones y que si fue a la violencia, lo hizo para
defender la democracia de los intentos de golpe de estado en el Barcelonazo, el
Porteñazo, el Carupanazo y las guerrillas, promovidas por el dictador cubano
Fidel Castro (y eso no fue injerencia, sino intervención).
Luego mitifican los golpes de estado del 4F y 27 N.
Colocan la figura de Chávez al nivel de Bolívar en la Asamblea y lo llaman
Libertador del s XXI, cuando en Venezuela hay un solo Libertador, de todos los
siglos.
Y ahora, tratan de ocultar el sol con un dedo,
culpando al imperio, al capitalismo, la derecha, a FEDECÁMARAS y los opositores,
de los tres mosqueteros de la
desintegración del país: inflación, escasez y devaluación, dos caras y
canto de la misma moneda de la ineficiencia y la casi ex Venezuela.
LA BIBLIA
ROJA, ROJITA
Un deslenguado me pasó unas reinterpretaciones de la Biblia que
supuestamente han elaborado los rojitos. No sé si son ciertas, porque la verdad
es que no salen bien parados. Aunque tampoco lo hacen con los cuentos de Colón y de Bolívar.
Me dicen que en su empeño por la historia nueva y
roja, han decidido reinterpretar desde el Génesis hasta el Apocalipsis. Veamos:
Génesis: Adán, Eva, Caín, Abel y otros más, eran socialistas
y se sentían reprimidos en El Paraíso. Lo percibían como una jaula de oro.
Cuando el ultra derechista Caín mató a Abel con una quijada de burro y se hizo
el loco, sintieron que la violencia se apoderaba de ellos. Culparon al
mismísimo Dios. Lo acusaban de concentrase en la fruta prohibida y no tomar
medidas de bienestar. Decidieron conspirar para hacer una revolución, por
supuesto comunista. Pensaban que Dios,
con el cuento de que no podían comer la fruta del árbol prohibido, les minaba
la libertad y extendía sus latifundios. El líder de la revolución era Adán.
Decidieron utilizar las dotes femeninas de Eva. La enviaron a calentarle la
oreja a la culebra, a la que sabían un demonio y percibían como jefa de la
oposición. La culebra no convenció a Eva. Fue al revés. Más bien, a Eva le
costó que la dejara probar la fruta prohibida.
-
Dios no se va a
enterar – le insistía Eva a la culebra.
-
Que va, ese tipo
está en todas, te va a ver y nos va a botar a todos de aquí- argüía la culebra.
Al final Eva la convenció. Probó la fruta y le
llevó un poquito a Adán. Éste quedó encantado. Esos árboles son del pueblo – se
dijo. Y claro, el pueblo eran él y su familia. Quiso madrugar al Dios capitalista
y pronunció su célebre frase:
exprópiese.
Cuando Dios supo, los botó sin contemplaciones de
El Paraíso con todo y culebra. Como no había visas, ni fortunas bancarias, los
castigó con eso del pan con el sudor de sudor de su frente…
Como no sabían trabajar, sino hablar, insultar y expropiar, fracasó la
primera revolución comunista.
Los deslenguados me dijeron que en la
reinterpretación bíblica, el barbudo Moisés es el tatarabuelo de Fidel Castro.
Isaac, ascendiente de los revolucionarios venezolanos, sí sacrificó a su hijo, al
que había bautizado como Pueblo. El soñador José no había soñado con vacas
gordas y flacas, sino con precios bajos y precios altos del petróleo y por eso
nadie le entendía. El Mesías fue crucificado
por orden del imperio norteamericano. A Judas, un antecesor de
Rockefeller, le habían comprado la información acerca de Jesús, por 30 dólares.
Así, llegan al Apocalipsis. Mis patriotas
cooperantes me informan que están
paralizados porque quieren rebautizar esa parte de la Biblia copiando el
título de una película gringa: “Apocalipsis Ahora”. Nosotros les sugerimos
agregar “ Y aquí… en Venezuela”.
Feliz Navidad y un 2015 lleno de Libertad.
Nos vemos en enero.
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