SERIEDAD, QUE NO SOMOS BOBOS


Rafael Gallegos                                                                 Blog. Núm. 163

SERIEDAD, QUE NO SOMOS BOBOS

En la cadena del sacudón – temblorcito que si acaso llegó a un grado Richter y eso, medido por Tibi - Maduro gastó unas  horas intentando mostrarnos… lo maravillosa que está Venezuela.

A pesar de lo interesantísimo de la charla, comencé a dormirme. En el entresueño, me dio envidia del país que mencionaba Maduro. Me di cuenta que  Tomas Moro tenía razón. Utopía no quedaba, como dicen los griegos, en ninguna parte… era el país que gobernaba Maduro.

 ¿En qué continente quedará? , me preguntaba mientras trataba, sin éxito, de salir de mi somnolencia. Que diferente a Venezuela, pensaba, o más bien soñaba.  Qué bien gobierna Maduro a Utopía - me decía en mi sueño.

Deberían traerlo a Venezuela.

Despiértate Rafael – me dio un sacudón; pero de verdad,  mi mujer. Comencé a salir de mi utopía onírica en el preciso momento en que Maduro decía que tenemos el menor desempleo de los últimos años. Aterrice en mi realidad cuando me di cuenta que yo estaba desempleado… en el momento de mayor empleo.

Luego, Maduro felicitaba a Eulogio del Pino y le daba méritos por haber “rescatado” a PDVSA del “paro” petrolero y haber sido  incondicional con Chávez. Y a  Ramírez por “rescatar” a PDVSA de las “garras” de la meritocracia oligárquica y pro imperialista.
Qué pena. Más que comunismo, esto es lugarcomunismo.

-      No me rescate compadre- les dice la desvencijada PDVSA, a esos próceres del petróleo.

Pero la verdad es que Maduro se quedó corto. Además de a del Pino, ha debido felicitar a todo el gobierno, empezando por los jerarcas, por haber “rescatado” a Venezuela de la meritocracia.

O sea, de la sana competencia, de los ascensos por conocimientos y por valor agregado. Sabido es que desde el comienzo de esta “revolución” la partidocracia, que sí tiene “garras” y que de paso “agarra”, ofrece cargos en el gobierno por ser miembro del PSUV, por ser incondicional de Chávez, por haber luchado contra algún molino de viento colocado por el gobierno, por hacerse el loco con los desaguisados, por  marchar vestido de rojo, por aplaudir, aplaudir y aplaudir a quienes los jefes les digan que aplaudan.

La Verdad, es que están “rescatando” a Venezuela… de un futuro próspero.

 EL ÚNICO CONEJO GANADOR DE UN OSCAR

Van paralelos al conejo Buggs. Serán, el único gobierno que ha generado prosperidad… en medio de devaluación record mundial, de la segunda inflación más alta del mundo, de la gigantesca escasez, de la Caracas tan violenta. Algo así como el único individuo que no se moja ante un manguerazo.

Seriedad señores. Ya basta de engañar a la gente con tanta palabrería. Los venezolanos no somos bobos.

Les dicen a los enfermos de la tensión, de la tiroides, de epilepsia, de enfermedades crónicas, cansados de hacer desesperado turismo de farmacia, que en éstas hay de todo. A los de operaciones quirúrgicas desfasadas – a veces fatalmente-  por falta  de materiales y de camas,  que eso es culpa del contrabando. Y por cierto, ni se pueden enviar encomiendas con medicinas, ni comida, dentro de Venezuela. Eso es…contrabando.

Escasea la leche y nos dicen que  ha bajado la desnutrición. Y a las desesperadas madres, ¿qué otro embuste?

La “revolución” ha “triunfado” en un país donde hay que hacer colas para conseguir aceite, papel higiénico, harina pan, champú, hojillas y paremos de contar. Claro, colas porque según el gobierno… no hay cajeros. ¿Dónde estás Ripley?

Supermercados con estantes escuálidos, sin carne, sin pollo, sin jabón de lavar, con el perdón de usted, sin un carajo.

Como el conejo Bugs, el único conejo ganador de un Oscar, somos el único país del mundo donde no hay industrias y no hay desempleo, no hay comida y no hay desnutrición, no hay producción y no hay escasez,  no han hecho escuelas y no hay niños sin estudios. Sin cabillas y con  600.000 casas construidas.

Con control del dólar para cuidar divisas, que ya se llevaron. Con inclusión… a punta de vejaciones y de presos políticos.

Cuéntame una de vaqueros.

Promueven cinco revoluciones, como si con una no tuviéramos desastre más que suficiente. La “revolución” de la productividad, con la mitad de las empresas existentes  en 1998, en lugar de tener el doble. Proclaman la “revolución” tecnológica mientras empujan al talento joven al extranjero: se han ido del país más de un millón de nuestros venezolanos más instruidos.  

Y así, hasta la “revolución” de las comunas, que fracasó en China, en Rusia, en Cuba y que es simplemente comunismo, o sea fracaso, totalitarismo, improductividad y hambre. Como en todo el mundo comunista.

En nuestras propias narices, nos conducen al ex país. Y nos dicen que vamos al cielo (será al de los perritos, con el perdón de los perritos).


La unidad de la oposición es más imperativa que nunca. Pilas y guáramo son nuestras primeras necesidades. Abajo el comunismo.  

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