FÁBRICA DE POBRES…PARA COMERTE MEJOR
Rafael
Gallegos
Blog. Núm 165
En una ocasión Raúl Castro le dijo a Chávez que
Venezuela cada vez se parecía más a Cuba. Tenía razón. Cada vez hay más
pobreza, más escasez, menos libertades. Como diría Pedro Infante, ya vamos
llegando a Pénjamo… más bien a La Habana comunista, con su sueldo de unos veinte
dólares al mes. El sueldo mínimo
venezolano, saque cuentas, ya se acerca a los cincuenta dólares. El segundo más
bajo de América.
Y si aunamos la escasez crónica que nos agobia, no
nombro los productos por no echarles cuentos a los que saben tanta historia, y
además la inflación, la violencia, las mentiras que dejan a Goebbels como un
aprendiz, o la llamada hegemonía (a realazos) comunicacional, podremos inferir
que esta exitosa fábrica de pobres que mientan revolución, le está saliendo muy
cara a Venezuela.
DESTRUCCIÓN
ESTRATÉGICA
Cuenta el general Guaicaipuro Lameda, que el otrora
poderoso Giordani le dijo en una ocasión algo así como que sin pobres no hay
revolución. Lameda molesto le respondió con un merecido insulto, que ofendió al
ministro, quien entró al despacho del Presidente y lo acusó con Chávez. Éste
salió a reclamar y Lameda no se amilanó. Por lo que Chávez, suspendió la
reunión… para otro día. Este valiente gesto, sacó al general de PDVSA.
Otro ministro dijo que no podían sacar a los pobres de la pobreza porque, “se
nos convierten en escuálidos”. Algo así como un novio que viste feo a su amada
para que no se la “levanten”. Con estas
frases, los personeros destacados del régimen, demuestran el pánico que le
tienen al progreso de los venezolanos.
Nada original. Pura interpretación de órdenes de
Miraflores. “Ser rico es malo”, había dicho Chávez. Y los más ingenuos, le
creyeron.
Claro ser rico era malo, para los que no podíamos deslumbrar
con un reloj de lujo en las “cadenas”
televisivas, ni fanfarronear con eso de mi avión, o mi palacio, o tener a los familiares
dándose vida de jeques por el mundo. Es
decir es malo ser rico, para los que no estamos en la “nomenklatura”, o sea,
para casi todo el país.
Y no crea que se trata sólo de frases. Es la
estrategia de la “revolución”. Por eso es que tienen 15 años fabricando – exitosamente - pobres, mediante
la destrucción de empresas privadas, empleos y oportunidades de crear riquezas.
Si los venezolanos produjéramos seis millones de
barriles diarios de petróleo, y desarrolláramos las empresas de Guayana y
rescatáramos de esta inopia a la
agricultura y la industria… la “revolución” tendría que hacer sus maletas. Mientras
más prósperos, menos revolucionarios los venezolanos. La prosperidad, júrelo, es contra revolucionaria.
A ellos les conviene un país zombie, sin poder
económico que se transforme en poder político y en alternabilidad. Eso,
contradiría su desiderátum: permanecer por siempre en el poder.
No se engañe, la “revolución” no está fracasando. Este “titanic-olas”,
es necesario, para copiar al maestro, a Cuba comunista.
PARA EL
EXTRANJERO, MENOS PETRÓLEO Y MÁS CEREBROS
Entonces, en lugar de exportar petróleo, exportan
cerebros. La inteligencia les estorba. Más de un millón de muchachos, técnicos,
graduados, pos graduados, se han ido de Venezuela.
Nos vamos quedando sin ladrillos para construir el
futuro. Y eso… es parte de la estrategia. A las autocracias, les molesta la
inteligencia. Ya lo dijo el generalote Millan Astray, delante de nada menos que
Don Miguel Unamuno: abajo la inteligencia.
Dicen que el subdesarrollo de España respecto a
buena parte de Europa, se debió a que no se pudieron recuperar de la botada de los judíos y de los árabes en el siglo XV.
Ellos eran los banqueros, los artesanos, los constructores, los médicos.
Igual que en nuestro caso. Se van muchos de los más
capaces y la “revolución”, ni pendiente. Y de paso, apresan a los que protesten. A los “guarimberos” les
dicen terrorista,s mientras alaban a los
verdaderos terroristas internacionales. A Leopoldo López le montan un
juicio kafkiano. ¿Estarán cocinando otro
Mandela? Y por cierto, los muertos de esta violencia de las calles, son en su
mayoría jóvenes.
Para los jóvenes, diáspora, cárcel y cementerio. Va
quedando un país de viejos.
Cada joven construye su futuro y tiene todo el
derecho a irse, a quedarse, a protestar, a no protestar, a protegerse de la
violencia. Sin embargo, quiero dejarles esta reflexión: si Bolívar se hubiera
ido, todavía estaríamos en manos de los españoles. Pero cada quien, es dueño de
su destino.
Exportábamos petróleo e importábamos cerebros. En
“revolución” es exactamente al revés. Cuidado y éste es el pecado más mortal
del régimen.
Todo pasa y todo queda, como dijo Machado. Pasan
las “revoluciones”; pero queda el daño.
Y en el futuro, no lo duden, porque la historia se
repite, alguien tendrá que imitar a Unamuno en Salamanca: como decíamos ayer.
Todo pasa y todo queda.
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