KAFKA VIVE, ¿VENEZUELA SIGUE?


Rafael Gallegos                                                                 Blog. Núm. 155


 En “El Proceso” de Kafka, a Josef K lo detienen sin informarle de qué delito. Simplemente se encuentra procesado. Recorre unos cuantos tribunales que lo acusan no sabe de qué. Total eso no importa. Está preso porque debe estar preso y sin que importe de que se le acuse, porque está acusado, de estar acusado. Tampoco importa que hable con algunos  jueces que le digan que tiene razón, que su proceso es injusto y que debería estar libre;  pero que no pueden hacer nada por él, porque las cosas son así y que tenga paciencia. K, como el fugitivo Richard Kimbel, curiosamente otro K,  está acusado por un crimen que no cometió.

Observando el proceso de Leopoldo López, L, me doy cuenta que Kafka no ha muerto. Que vive, y en Venezuela. L está preso porque tiene que estar preso. (Fuera de aspectos literarios, está preso porque  le tienen pánico y por eso, también lo inhabilitaron hace años). No importa de qué se le acuse, L, como K, está preso y seguramente, igual que éste, terminará condenado. Eso sí, saldrá como Mandela mucho más temprano que tarde. L está preso por una poderosa razón de estado: porque sí. Igual que Simonovic, Afiuni y un largo etcétera. “El Proceso” de Kafka, quien lo duda, es una descripción de la burocracia y del totalitarismo.

¿En qué se diferencia el proceso de Kafka del proceso “revolucionario” que padecemos los venezolanos? Muy simple: aquel es una descripción y este… una vivencia.

Otro personaje, también llamado por Kafka con la letra K, es el principal de   “Metamorfosis”. Un día, ese K amanece de espalda, que siente muy dura y se aterra al verse las manitos… de cucaracha. Se acostó humano y se levantó cucaracha.

Por cierto, el Gabo dijo que cuando tuvo la gran idea de lo que sería “Cien años de soledad” dándole vueltas a la cabeza, consiguió  darle forma a su genial  libro, luego de leer “Metamorfosis”.

A los venezolanos nos ha pasado como a K. Todos los días amanecemos patas pa´rriba y con una condición diferente a la que éramos como país. La “revolución” ha metamorfoseado a la patria. Kafka vive.

Porque es kafkiana la prisión de L, y la de S, y la de A y la de todo el abecedario, pasando por los alcaldes, por los estudiantes y por los policías. Ni Kafka hubiera tenido el descaro de llamarlos políticos presos. La mano de lo kafkiano  se palpa en una Asamblea que golpea a las mujeres parlamentarias  y después las bota, por parlamentar. Es kafkiano un gobierno “de los pobres” que muestra los peores indicadores económicos del mundo.

K, KANDIDATO A PRESIDENTE

¿Esta historia, absolutamente inventada,  es del pasado, del presente o del futuro?
Adivine… adivinador:

 K, se convierte en kandidato presidencial. Su desprograma de gobierno contiene  siguientes promesas: inflación de tres dígitos… escasez de dos dígitos... cierre de la mitad de las empresas… odio entre los venezolanos… oposición presa… PDVSA quebrada… violencia full… libertad de expresión democratizando el espectro y comprando los periódicos y televisoras que no pueda democratizar… control los precios y desaparición de los productos… desaparición del dólar y aparición de  empresas fantasmas… control del papel de los medios que no haya podido democratizar… juicio a los que hablen mal del gobierno, o sea de  Venezuela… cambio de las inyectadoras de los hospitales por pistolas. O sea, conversión de Venezuela en una Potencia. Cualquier parecido con este gobierno, es pura coincidencia.

Y una parte del pueblo está maravillada. Le encanta ir a las tiendas y no conseguir aceite, leche, azúcar, papel, champú, repuestos, medicinas. O le fascina conseguir productos y no poder pagarlos. Es feliz cuando lo atracan. Y se transfigura con la propaganda del gobierno a toda hora. Ah!, y delira por el kolonialismo kubano.

K promete importar tiburones adiestrados, porsiacaso cuando la gente  ya no se pueda ir en avión, se le ocurre irse en balsa. Komunismo habemus.

Para el lema de su campaña, el candidato K, ha tomado de Caldera, aquello de chiripas de mi chiripero, y prometerá  que al igual que K el de “Metamorfosis”, todos los venezolanos amaneceremos un día patas p´arriba igual que K.

Cucarachas de mi cucarachero, es su grito de batalla.

Y en las elecciones K tendrá menos votos, pero Kibisay dirá que K irreversiblemente, ganó y es el nuevo presidente. Y saldrán los komunistas a decir que eso de que en las elecciones gana el que tenga más votos, son inventos del imperialismo que le quiere cobrar a la “revolución” su valentía ante al capitalismo mundial.  Kafka vive.

Ah! y K promete fehacientemente que a los que voten por él, les otorgará la orden “Kaballero de Don Kijote”.

Porque con Kafka o sin Kafka, todavía quedan inocentes.

Y kolorín  dojo dojito,
este cuento, igual que Kafka
está vivito.



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