LA HORA DEL CAMBIO PROFUNDO
Rafael Gallegos
Blog. Núm. 132
Pocas veces un país ha fracasado tan
estrepitosamente como la Venezuela de esta hora. Observe en derredor. Las
instituciones licuadas y ministerizadas. Cero en autonomía y rapadísimos en Democracia. Todavía nos
deben el reconteo que pidió Capriles. La historia los recontará.
Y del resto, violencia, escasez, inflación,
improductividad, quiebras… no vale la pena ni comentar. Casi que somos un ex
país. Usted ya lo sabe y lo siente hasta la saciedad. Record planetario de destrucción nacional en tiempos de paz.
Pero, ojo, la sociedad venezolana ha fracasado... la
“revolución”, no. Para los gloriosos hijos del golpe frustrado del 4F se están cumpliendo, una a una, las metas de
la destrucción estratégica, en la que están empeñados desde hace quince años.
Éste es un proyecto de poder absoluto que requiere cabalgar
sobre las cenizas del pasado para perdurar forever,
como en el comunismo hereditario de Cuba. El mismo de los Castro que castran. El
que tenga ojos que vea. La ruta está clarita. La destrucción del capitalismo, y
que para construir el socialismo.
De allí la destrucción de PDVSA – acepto debate –
de la CVG, de las empresas y de la producción nacional.
La misma ruta de Cuba. Igualiiita. Y el mismo
problema de fondo: los “revolucionarios” son muy buenos para destruir; pero
pésimos para construir. La Rusia de Lenin y Stalin; la china de Mao, la Corea
de los Kim y por supuesto la Cuba de Fidel… jamás despegaron del subdesarrollo. Es decir, del hambre, de la
represión, de los emigrantes fugados y de la minimización de la esperanza. A los ciudadanos del “paraíso socialista”, tan
solo les dieron a probar la manzana envenenada. Por supuesto roja rojita.
El mismo precipicio, a donde nos llevan estos desafinados flautistas de Hamelin.
EL CHAPULÍN…
COLORADÍSIMO.
Pero resulta que los rojos venecubanos no contaron
con astucia de la historia. Hay condiciones diferentes que los llevan al
fracaso del proyecto totalitario:
1.- En Rusia, China y Corea, sin tradición democrática, pudieron sustituir el autoritarismo por el
totalitarismo sin mucha resistencia. En Venezuela, casi todos, o nacimos en
democracia, o nos criamos en democracia.
2.- Cuba y los países comunistas fueron en su momento los consentidos de los
intelectuales. Neruda, Gabo, Sartre y paremos de contar. El estado del arte
intelectual por varias décadas. Hoy,
todo el mundo sabe del estrepitoso fracaso, del trucutrulismo de ésta “revolución”, a pesar de reuniones como el
CELAC, donde los presidentes se hicieron los locos con el reprimido pueblo
cubano.
3.- En su momento, la clase media cubana se fue a
Miami. Los clase media venezolana, no
cabemos en ninguna parte. Así que tienen que aguantarnos. Aquí estamos y
aquí seguimos, sirviendo de muro de contención al comunismo… hasta vencer.
EL CAMBIO
VA…
Como no saben reconstruir, se les agotó la “revolución”.
Sólo les queda la represión. De allí las
prisiones a los manifestantes, la escasez de papel y las amenazas a los medios.
Somos un
país lejos de cumplir los objetivos de comer, trabajar, vivir en
democracia y tener esperanzas para un mejor futuro. Cuando eso sucede, se hace
imperativa la Reingeniería: cambios de
raíz, cambios profundos.
Y anótenlo, los cambios vienen... con nosotros, sin
nosotros, o contra nosotros.
Rusia cayó vencida por la velocidad del chip capitalista.
China encontró la puerta de salida a su fracaso: el capitalismo. La Europa
comunista observó, atónita, el suicidio piedra a piedra, del Muro de Berlín.
Cuba se sostiene, por ahora, porque desechó la hoz y le aplicó el “martillo”
a Venezuela.
PROYECCIONES
¿Cómo será la escasez en pocos meses? ¿Y la
inflación? No hay dólares. PDVSA cada vez produce menos. Ahora la mantiene el
Banco Central. ¿Y quién mantendrá al Banco Central? ¿Quién podrá prestarnos?
¿Nos venderán comida fiada? Inflación, escasez y hambre. Sin dólares, no hay
paraíso.
Mensaje al gobierno:
1.- El modelo cubano, no es viable en Venezuela.
2.- Si
quieren obtener resultados diferentes, deben obrar de manera diferente.
O sea… deben negar la “revolución”. Es
mucho pedirles, algo así como buscar a los incendiarios para que apaguen el fuego.
Se solicitan estadistas para realizar cambios
profundos. Abstenerse mesías y fumadores de lumpias.
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