PÁNICO A LA CAJA DE PANDORA
Rafael Gallegos
Blog. Núm. 95
Un día, los
dioses tomaron la decisión de separar el hábitat de los seres mortales del de
los inmortales. Las malas lenguas dicen que Zeus se molestó con Prometeo, porque éste queriendo resarcir la desventaja
en que quedaban los mortales, les había dado a estos el poder del fuego. Para minimizar
tal poder, Zeus ordenó moldear una mujer de arcilla. Una
mujer de extraordinaria belleza, con la intención de que fuera algo así como un
caballo de Troya, o como dirían ellos un "bello mal": una belleza que
alegrara a los hombres al recibirla, sin saber que en realidad lo que implicaba,
era una gran cantidad de desgracias.
Zeus bautizó a la
mujer con el nombre de Pandora.
Un día le entregó a
su creatura una caja, para que se la llevara al hermano de Prometeo. Quien sabe que venganza urdía en
su cerebro. La caja contenía en su
interior todos los males: el odio, la venganza, la envidia, etc.
Zeus le pidió- los deslenguados dicen que le
suplicó, que le rogó- a Pandora, que no abriera la caja. Que la llevara, y
punto.
Pero Pandora,
mujer al fin, no aguantó la curiosidad.
Abrió la caja. Esta comenzó a desahogar las fuerzas oscuras, todos los males
que la habitaban, cual genio dispersándose al salir de un ánfora. Los males salieron,
recorrieron el aire y se alojaron
cómodamente en el alma de los hombres.
Pandora se asustó y
cerró la caja. Pero ya era tarde. En la caja sólo quedaba… la esperanza.
PANDORA XXI
Muchos siglos
después, el mito sigue vivito y coleando. Algunos dicen que la caja de Pandora
del mito griego es, hoy en día, una caja electoral.
Y que Pandora XXI es un
“bello mal” - que nos pinta bellezas como por ejemplo “el mejor sistema
electoral del mundo”- que para muchos deslenguados, oculta fuerzas
oscuras.
Por ello curándose en salud, y para no crear falsas
expectativas, Pandora XXI se niega a abrir las cajas electorales.
Y tal vez tenga razón. Debe cumplir las órdenes de
Zeus XXI, inmortal que según las malas
lenguas, vive rodeado de tiburones caza balseros en el, según ellos, Olimpo del siglo XXI… La Habana.
Dicen que repitiendo el mito, Zeus XXI le encomendó
a Pandora XXI - le suplicó, le rogó, le imploró - que no abriera las cajas
(electorales). Que de allí iban a brincar sapos, culebras y todas las fuerzas
oscuras.
Que no abrieran las cajas. Pero la curiosidad, en
el siglo XXI, disfrazado de presión del pueblo, crecía, como diría el Dr.
Choquehuanca, como crece la sombra cuando
el sol declina.
Abran las cajas, abran las cajas, abran las cajas,
presionaba el pueblo.
Si abrían las cajas, saldrían el odio, el
resentimiento, la ineficiencia, la tramposería, los planes de destrucción
estratégica, el lobo feroz con su bocota para comerte mejor, “el sistema
electoral más transparente del mundo”, el ventajismo haciendo strip tease… y todas esas ideas que
conforman la mentira, irían a instalarse en la mente del pueblo.
Saldría todo. Bueno, casi todo. Al tapar la caja,
sólo quedaría… la esperanza.
LA DUDA RAZONABLE
La
gran pregunta, en este siglo y en el siglo de los griegos. Es, ¿por qué la
esperanza está en la caja de las fuerzas oscuras? ¿Será que el mito se
contradice?
Yo
creo que no. En este y en todos los siglos, la esperanza, aparte de ser lo
último que se pierde, no es suficiente.
Para
materializarse, requiere de sueños, de sueños compartidos. Reflejados como organización, disciplina. Confianza en el
líder, Henrique Capriles es nuestro
Prometeo. Y sobre todo, seguridad en que si somos mayoría y tenemos
razón, debemos exigir que la verdad se instale en las mentes de los ciudadanos.
Para
ello es imperativo abrir las cajas.
Salga sapo o salga rana. El reino de la
incertidumbre es mal consejero.
Creo
que lo que saldrá de las cajas electorales es la verdad. Verdad que como decía Jesús, nos hará libres. Y agrego
humildemente, esa libertad, nos hará prósperos. Abrir las cajas y hacer una
auditoría que refleje la verdad.
Hay
que disipar las dudas para seguir adelante. Gane quien gane. La mujer del
Cesar, además de ser honesta, hoy más que nunca, tiene que verse honesta.
Abrir
las cajas electorales es en la Venezuela de hoy, una necesidad nacional.
Sus tapas son la puerta de la necesaria
reconciliación entre los ciudadanos, base de este siglo XXI, que presumo está
por comenzar en el país.
Porque
los venezolanos no nos curamos de esta manía de llegar tarde a los siglos. Al
sXX, según de Mariano Picón Salas,
llegamos en 1936. A éste, esperemos que pronto.
Al
abrir las cajas, abriremos el siglo.
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