LA HORA DE CAPRILES


Rafael Gallegos                                                                      Blog. Núm. 64

Reloj no marques las horas, corean los “revolucionarios” aterrados porque saben que si hay algo escuálido en este mundo, es el tiempo que les queda. Reloj detén tu camino, siguen cantando a ver si se les da el milagro de que el reloj detenga al camino que ofrece el candidato de la democracia, Henrique Capriles.

Intentan imitar a Lucho Gatica. Lo único que le imitan es el apellido. Es lo que les queda del fiero tigre que tal vez  y sólo tal vez, fueron por allá en el siglo XX. Reloj detén tu camino, porque puede suceder.

Y júrelo, va a suceder.

Porque  la sarta de mentiras con que intentan engañar al pueblo ya no se las cree  nadie. La cadena de desastres es tan continua que parece a propósito. Los pranes, los muertos de las cárceles, el puente de Cúpira, los caminos rotos. Parece una película de terror.

Y en petróleo, vergüenza de vergüenzas. Rockefeller, el que dijo que el mejor negocio del mundo era una petrolera bien administrada y el segundo mejor negocio, una petrolera mal administrada… jamás pensó en una petrolera tan ineficiente como la que “rescató” la “revolución”.

Plan de Siembra Petrolera, bautizaron pomposamente su plan petrolero. Los derrames hacen pensar que como no podían sembrar el petróleo, decidieron derramarlo por los ríos del país. El coque de Jose, hace pensar que más bien lo han sembrado en los pulmones de los anzoateguienses.

Y ahora con la lamentable explosión de Amuay, al no poder buscar culpables más allá de lo obvio, dicen como Jaimito que más desastroso fue el por ellos denominado sabotaje petrolero. O sea, cuando la meritocracia petrolera se unió a la huelga general, entregando las instalaciones, notaría mediante.

No quieren reconocer que sabotaje, es la continua improductividad que ha dañado hasta niveles insospechados a nuestra empresa bandera, desde el 2003, año de la lobotomía empresarial. Que sabotaje es obligar a los técnicos petroleros a ser rojos rojitos, asociarse en la Faja con países que no tienen ni idea del negocio, descuidar el mantenimiento de las instalaciones y la formación de talentos, dañar los yacimientos, multiplicar por diez la deuda y disminuir entre dos la expectativa de producción. Un largo sabotaje de diez años. 

Como no quieren asumir su responsabilidad, no hayan a quien culpar por la explosión. En la investigación, por supuesto promovida por ellos y con la gente de ellos; “descubrirán” algún culpable. Tal vez sea la Gente del Petróleo por  haber dejado alguna válvula abierta en el 2002. O el imperio mediante algún avión sin piloto. O los paramilitares.

Usted es la culpable…la lista de culpables será más larga que las cadenas a las que el gobierno somete  a los que no tienen cable. Las investigaciones llegarán al mismo fondo a que llegaron con tanto derrame petrolero, con la comida podrida, o con la explosión de Cavim, y por supuesto será “hasta las últimas consecuencias”.

Y la culpa será de los adecos, de los copeyanos, de Fedecamaras, de Cedice, de la Gente del Petróleo, de Coener, de Betancourt, de Gómez… del “traidor” Páez. Hasta podrían culpar a la primera explosión: el Big Bang, pasando por Eva cuando mordió la manzana roja rojita. La lógica es rigurosa: sin Big Bang  no habría mundo y sin mundo no habría explosión. Ojalá no se les ocurra responsabilizar al Autor.

Han pasado de la desfachatez a la calamidad.

Pero ya no engañan a nadie. Todo el mundo sabe que cuando botaron “yoprovoqueleparo”  a los 23.000 petroleros, comenzó la indetenible caída de PDVSA, que hoy se refleja en baja de producción, importación de gas y de gasolina, derrames, explosiones.

Nadie les cree cuando dicen que PDVSA era manejada por una transnacional y que   gran parte de sus directores eran de la CIA. La gente añora la seriedad de la vieja PDVSA y deplora el amateurismo de hoy.


La gente sabe que es la “revolución” la que ha entregado la Faja a países que sin idea del negocio y por eso los tres mejoradores dañados y el bajón en la producción.

Y en cuanto a los 23.000 botados- a mucha honra- la gente sabe que los botó “yoprovoqueleparo”, con pito y todo, y que si estos estuvieran en la corporación, la producción sería cercana a 6 millones  de barriles diarios, no se derramaría tanto crudo, ni habría tantas explosiones. No me rescate compadre, habría que decirles.

Pero, les llegó la deshora. Ya los relojes se les tuercen, se adhieren a las paredes, se arrastran por el piso, como si los hubiera pintado Dalí. 

Reloj no marques las horas… cantan con Gatica. Pero el tiempo es indetenible. Les llega la hora de salida.

Una nueva generación tomará las riendas de Venezuela. Hoy, la encabeza Capriles.

Capriles Presidente. Es un deber patriótico. Hay que detener esta calamidad.

 

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